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Finaliza la revuelta en dos cárceles de El Salvador al aceptar las autoridades sus exigencias

Los internos exigen que los traslados a penales de máxima seguridad estén justificados y piden acceso a los servicios de rehabilitación

Las autoridades salvadoreñas han logrado poner fin a casi nueve horas de situación límite en dos penales de la capital del país. Grupos de reclusos de esas dos prisiones han retenido a unas cien personas, en su mayoría familiares de los propios internos, para exigir que se reconozcan ciertos derechos. El diálogo con los presos ha hecho que la calma regrese a ambos centros.

Miembros de la llamada Mara 18, a quien algunos califican de pandilleros, recluidos en los penales de Chalatenango, y en el de Cojutepeque, en la zona central del país, han retenido por unas nueve horas a casi un centenar de personas, la mayoría familiares, para presionar a las autoridades a escuchar sus demandas. Entre sus peticiones figura que se traslade a los miembros de ese grupo Mara 18 que se encuentren en la cárcel de máxima seguridad de Zacatecoluca a otros recintos. Exigen que los presos que sean trasladados a ese centro de máxima seguridad lo hagan tras haber sido sometidos a debido proceso.

"Las demandas que los reos solicitaban no eran desmedidas, están dentro del cumplimiento de la ley. En primer lugar solicitaban que no se realicen traslados arbitrarios a centros de seguridad sin el debido proceso", ha explicado David Morales, procurador adjunto para la Defensa de los Derechos Humanos, presente en las negociaciones.

Los reclusos también piden acceso a servicios de rehabilitación porque no hay un compromiso serio de parte de las autoridades y además, han exigido que un enfermo de sida en Chalatenango fuera exonerado de responsabilidad penal "porque así lo permite la ley cuando alguna persona sufre de una enfermedad terminal".

El director del centro penal de Cojutepeque, Enrique Campos, ha señalado que en ese recinto han comenzado los preparativos para que las personas que estaban retenidas puedan salir de la cárcel y viajar a sus lugares de origen tras los acuerdos que se alcanzaron en el penal de Chalatenango.

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