La ONU eleva a 700 los muertos en Haití por el paso de la tormenta 'Jeanne'
La expedición de Naciones Unidas constata que la Isla Tortuga no está afectada especialmente
La tormenta tropical Jeanne ha causado una auténtica catástrofe en Haití. Mientras las autoridades haitianas cifran en 600 los muertos en las inundaciones causadas por la tormenta, la misión de la ONU en la isla y la Cruz Roja elevan el balance hasta los 709 muertos. No obstante, el número de víctimas mortales podría elevarse, dado que se cuentan al menos 1.000 desaparecidos y una vez que se logre acceder a zonas que aún permanecen incomunicadas. Además, hay cientos de heridos y miles de personas se han quedado en la más absoluta miseria.
Mientras, la Misión de Naciones Unidas en el país (MINUSTAH), ha podido finalmente sobrevolar la isla para evaluar los daños. Tras la mejora de las condiciones meteorológicas, la misión ha enviado un vuelo de reconocimiento que ha podido constatar que la Isla Tortuga, que se temía había sido arrasada por las aguas con sus 25.000 habitantes, no ha resultado tan afectada como apuntaban esos temores. Los daños en esta isla no son mayores que en otras zonas del país.
Algunas autoridades del país corrigen al alza la cifra ofrecida por las misiones internacionales, pensando sobre todo en que aún no se han evaluado de forma precisa los daños. De hecho, el vuelo de los representantes de la ONU no ha podido aterrizar en otra de las zonas afectadas, la ciudad de Port-de-Paix, debido al exceso de agua y barro que se acumulaba en la zona.
Sí pudo obtener una valoración más precisa de los daños en la ciudad de Gonaive, que según fuentes de la ONU permanece inundada en un 30%, con el 80% de la población afectada, y donde podría haber hasta 600 muertos y un millar de desaparecidos. Fuentes de la organización han precisado que en los próximos días continuarán las misiones de evaluación, con objeto de obtener un balance más preciso de los daños causados por Jeanne en el país.
El país más pobre de América
La situación es de máxima gravedad en el país, que es además el más pobre de América y uno de los más pobres del mundo. Miles de familias han pasado la noche sobre el tejado de sus casas esperando a ser rescatadas, en un país que no cuenta con recursos para hacer frente a este tipo de catástrofes. Regiones completas se encuentran incomunicadas, algunas poblaciones casi han desaparecido bajo las aguas y las principales carreteras del país se han convertido en ríos de cauces descontrolados. Según el delegado del Gobierno en la región de Artibonite, a la que pertenecen Gonaives y Port-de-Paix, Elie Cantave, sólo en la ciudad de Gonaives ya han muerto más de 500 personas, de las que la mayoría son niños menores de seis años.
Los equipos de rescate siguen encontrando más cadáveres en la ciudad, que no está preparada para gestionar la tragedia, según Cantave. El ministro del Interior también ha señalado que otros 76 cadáveres han sido hallados en otras regiones del norte del país. Por otra parte, medios locales han informado de que en la ciudad de Port-de-Paix han muerto al menos otras 40 personas a causa de los corrimientos de terreno y edificios destruidos por los vientos huracanados y las lluvias torrenciales. El responsable de comunicación de las fuerzas de la ONU destacadas en Haití, Toussaint Kongo Doudou, no ha ocultado su preocupación y ha afirmado que "el balance final puede ser mucho más trágico".
El Gobierno haitiano ha declarado tres días de duelo nacional en solidaridad con las víctimas y las familias damnificadas. A la falta de agua potable, la interrupción del servicio de electricidad y la incomunicación que sufre el noreste del país, hay que sumarle la necesidad urgente de medicinas, especialmente desinfectantes para combatir la insalubridad generalizada y el riesgo de epidemias. Para colmo de males, en la región de Artibonite se encontraban la mayor parte de cultivos de trigo antes de que la tormenta Jeanne acabara el pasado fin de semana con ellos.
Haití, castigado por todos los males
Éste es el segundo azote de la naturaleza que sufre en lo que va de año este convulsionado país. El pasado mes de mayo, unas torrenciales lluvias causaron la muerte de miles de personas en la frontera de Haití con República Dominicana, países que comparten el territorio de la isla La Española. Pocos meses antes, Haití llegó a estar al borde de una guerra civil a causa de una crisis política que desembocó en la huida del poder y del país del entonces presidente de la República, Jean Bertand Aristide.
Castigado por casi todos los males que pueden afectar a un país, Haití es especialmente vulnerable a los fenómenos meteorológicos que acarrean fuertes lluvias, por el estado de desforestación en que se encuentra. La causa de la desforestación es la tala constante y masiva de árboles para usarlos en forma de carbón vegetal como combustible.
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