El presidente de Austria, en estado crítico tras sufrir un ataque al corazón
Thomas Klestil finaliza su mandato el próximo jueves
El presidente federal austriaco, Thomas Klestil, de 71 años de edad, se encuentra muy grave tras sufrir un paro cardíaco esta madrugada, por lo que el canciller federal, Wolfgang Schüssel,ha asumido interinamente las funciones de la jefatura del Estado, según informó la agencia austriaca de noticias APA.
Tras haber sido reanimado en su residencia, el jefe de Estado de la república alpina fue trasladado esta mañana al Hospital General de Viena en helicóptero.
El presidente austriaco, nacido el 4 de noviembre de 1932, padecía una enfermedad pulmonar crónica después de haber sufrido una neumonía atípica grave y prolongada en otoño de 1996.Klestil tenía previsto para esta semana un amplio programa de actos con motivo de su despedida del cargo, ya que será relevado el próximo jueves.
Thomas Kletsil ha ocupado el cargo de jefe de Estado durante doce años. Accedió a la presidencia por primera vez en 1992, por las listas del Partido Popular Austriaco (ÖVP), de ideología conservadora. Seis años después renovó su mandato.
Titular de un puesto fundamentalmente protocolario y de mediación en el juego político, Klestil ha ejercido de embajador volante de Austria en sus numerosos viajes al exterior. La preocupación por la imagen internacional de Austria motivó que en 1999-2000 se implicara intensamente en la política interna para frenar la llegada al poder del liberal FPÖ, liderado por el ultraderechista Jörg Haider. Este partido fue el gran triunfador en las legislativas del 3 de octubre. Thomas Klestil presionó, sin éxito, para una reedición del gobierno de coalición entre socialdemócratas y populares.
La formación del gobierno ÖVP-FPÖ del canciller Wolfgang Schüssel el 4 de febrero de 2000 fue tramitado por Klestil, quien obligó a Schüssel y Haider a suscribir un documento por el que se comprometían a respetar los valores democráticos, a no entorpecer el proceso de integración europea y a aceptar "la parte de responsabilidad de Austria en los terribles crímenes del régimen nacionalsocialista". Además, Klestil vetó el nombramiento de dos ministros del FPÖ por considerarlos xenófobos, todo lo cual prefiguró una cohabitación incómoda en el poder ejecutivo.
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