Un grupo de guerrilleros asesina en Uganda a 173 personas en un campo de refugiados
Unas 100.000 personas han muerto desde que los rebeldes iniciaron su campaña contra el Gobierno, en 1988
Los rebeldes del Ejército de Resistencia del Señor (LRA), que operan en el norte de Uganda, asesinaron anoche a 173 personas en el campo de desplazados de Barlonyo, situado en la localidad de Ogur, a 25 kilómetros al noreste de la ciudad de Lira, según informó el sacerdote misionero Sebhat Ayele a la agencia misionera de noticias MISNA.
"No tengo palabras para describir lo que he visto en Barlonyo", ha dicho el sacerdote. Según el misionero, de nacionalidad eritrea, el ataque ha sido perpetrado por un centenar de asaltantes, muchos de ellos niños y adolescentes.
El balance de fallecidos en la matanza, llevada a cabo durante tres interminables horas, podría aumentar, ya que que el número de heridos es de unos 70. En el campamento, que alberga a unas 5.000 personas huidas de la violencia, medio millar de tiendas de campaña fueron incendiadas y muchas de las víctimas fallecieron abrasadas dentro de ellas.
"Los civiles fueron encerrados en las tiendas de campaña y pasados a cuchillo y a fuego por los crueles agresores durante otras tres horas", ha recordado el religioso.
100.000 muertos desde 1988
Hace dos semanas, los rebeldes del LRA cometieron otra matanza en el distrito de Lira, en la localidad de Abia, en la que murieron numerosos civiles.
Más de 100.000 personas han sido asesinadas, unas 20.000 han sido secuestradas y cientos de miles han huido de sus hogares en el norte de Uganda desde que el LRA lanzó una campaña contra el gobierno de Yoweri Museveni en 1988. El LRA, que pretende crear un régimen basado en los Diez Mandamientos de la Biblia, también es tristemente célebre por el secuestro de niños a los que recluta forzosamente para luchar en sus filas, y de niñas a las que obliga a ejercer como esclavas sexuales para sus comandantes.
Se estima que alrededor del 90% de los rebeldes -cuyos efectivos se calculan entre 3.500 y 4.000- son adolescentes y jóvenes secuestrados y obligados a combatir, incluso bajo el efecto de las drogas.
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