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La Fiscalía israelí asegura que hay suficientes pruebas de que Sharon aceptó un soborno

El Partido Laborista planteará una moción de censura mientras el primer ministro asegura que no piensa dimitir

El fiscal general israelí, Edna Arbel, considera que existen "suficientes evidencias" de que el primer ministro, Ariel Sharon, aceptó un soborno en 1999, informa hoy el diario israelí Haaretz. Sin embargo, Sharon, que volverá a ser interrogado en un días por la policía por su implicación en el caso, ha manifestado que no tiene ninguna intención de dimitir. Mientras su popularidad cae en las encuestas, los laboristas han planteado ya una moción de censura contra él.

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Según Arbel, esta vez sí que existen pruebas suficientes de que Sharon fue sobornado en 1999 por el empresario israelí David Apel. Arbel ha añadidio que la decisión final sobre su posible citación ante la justicia se tomará en cuestión de días, tras un nuevo interrogatorio del mandatario israelí y cuando se acabe de recopilar todo el material necesario. A pesar de la opinión del fiscal, la conclusión de las investigaciones no dependerán de él, ya que será sustituido próximamente de su cargo, probablemente por el diputado Menachem Mazuz, según el diario israelí.

Se trata de una ayuda recibida por Sharon para su campaña electoral, un dinero que cobró por medio de su hijo Gilad, a cambio de servicios proporcionados a Apel. El empresario buscaba el apoyo del primer ministro para resolver una serie de obstáculos oficiales para un negocio inmobiliario en Grecia con el que, según el empresario, Guilad Sharon "ganaría mucho dinero". El jefe del Departamento de Investigación Criminal de la Policía, Moshé Mizrahi, considera que las evidencias en contra de Sharon son muy contundentes y las servicios de seguridad esperan poder volver a interrogar a Sharon en los próximos días.

Venta de unos terrenos

Los fiscales Rahel Shiber y Ella Rubinek presentaron ayer en el Tribunal de Tel Aviv una demanda de 33 páginas contra Apel, que incluye siete páginas de 209 testigos, entre ellos Gilad Sharon como número 207. La demanda menciona los nombres del primer ministro y el viceprimer ministro Ehud Olmert como personas que han sido sobornadas por Apel, un empresario que pertenece al Comité Central del partido Likud, dirigido por Sharon. Sharon, Olmert y Guilad, sospechosos de estar implicados en delitos de soborno atribuidos a ese contratista de obras, que se habría valido de su influencia para promover un frustrado proyecto turístico en Grecia, niegan todo vínculo con el asunto.

El proyecto incluía la adquisición de una isla griega para crear un centro turístico, con lo que Apel necesitaba la influencia de ambos políticos ante las autoridades de Atenas. Los supuestos delitos datan de finales de la década de los noventa cuando Sharon era ministro de Asuntos Exteriores y Olmert alcalde de Jerusalén. Según la demanda, Apel pagó 700.000 dólares de un total de tres millones que había prometido para el rancho de Los Sicomoros, propiedad de Sharon y administrado por su hijo. Supuestamente, el empresario sabía que Guilad, de 30 años y con escasa experiencia laboral, no estaba capacitado para el trabajo para el que fue contratado pero los pagos continuaron incluso después de que fuera evidente que el proyecto no tenía ninguna posibilidad de avanzar.

El ministro de Justicia, Yosef Lapid, ha señalado que la demanda contra Apel no tiene necesariamente implicación para Sharon y Olmert. "Si se presenta una demanda contra Sharón y Olmert, tendrán que sacar las conclusiones necesarias. Pero el acta de acusación no tiene ninguna consecuencia para ellos", ha indicado. No obstante, el líder del Partido Laborista, Simón Peres, instó anoche a Sharon a dimitir, al tiempo que presentó una moción de censura contra él en el Parlamento (Knesset). Según asegura la radio israelí, Sharon aseguró que no tenía ninguna intención de dimitir en una reunión mantenida ayer con los editores de un diario ruso, en la que tildó los rumores al respecto de "estupideces".

El primer ministro israelí, Ariel Sharon, esta mañana en su asiento de la Knesset.
El primer ministro israelí, Ariel Sharon, esta mañana en su asiento de la Knesset.AP

Bajos índices de popularidad

El 64% de los israelíes considera que, si se demuestra que Sharon ha estado implicado en asuntos delictivos, debería dimitir, de acuerdo con un sondeo realizado por Haaretz y el Instituto Dialogue. Esta encuesta, realizada antes de que ayer se conocieran los cargos contra Appel, indica que el primer ministro ha hundido al mismo nivel de popularidad que su Gobierno.

En cuanto al desempeño de sus funciones, Sharon sólo consigue cinco puntos de media, mientras que su Gobierno suspende en cuestiones con la economía y los asuntos sociales, con menos de cuatro puntos. En agosto pasado, Haaretz publicó otro sondeo similar en el que los israelíes daban al primer ministro de nota media un 5,6.

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