Cinco soldados de EE UU mueren en la peor ofensiva insurgente desde la captura de Sadam

Las tropas de Estados Unidos no logran frenar los ataques de la resistencia en Irak, que se han intensificado desde la captura de Sadam Husein, el pasado 13 de diciembre. Cinco soldados estadounidenses han muerto en las últimas 24 horas en el conflictivo triángulo suní, la región del país donde se registran los ataques más virulentos de los insurgentes.

A primera hora de esta mañana, un soldado ha muerto y otro ha resultado herido en un ataque con granadas en Duluiya, 76 kilómetros al norte de Bagdad, según ha informado un portavoz militar de la IV División norteamericana, que cita la página web de la CNN.

El mismo portavoz ha confirmado la muerte de otro soldado en Baquba, 60 kilómetros al noroeste de la capital iraquí y una de las ciudades donde más apoyo popular tenía el ex dictador. Allí, una patrulla integrada por tres militares ha sido sorprendida por la explosión de una bomba de fabricación casera abandonada junto a una carretera. Sin salir de esta ciudad pero en un incidente separado, un militar experto en desactivación de explosivos ha perecido cuando trataba de neutralizar un artefacto de similares características, colocado en el arcén de otra carretera. A última hora de esta tarde, un tercer militar ha muerto tras pisar su vehículo una mina artesanal.

Antes, de madrugada, la region de Baquba fue de nuevo escenario de un ataque con mortero contra una base estadounidense a las afueras de la ciudad. Dos soldados murieron y otros cuatro resultaron heridos. Los resistentes también han colocado hoy una bomba en una carretera de la ciuda de Balad, también al norte de Bagdad, causando la muerte de otro soldado que patrullaba por la zona.

Con estas bajas, asciende a 211 el número oficial de soldados del Pentágono que fallecen en combate en Irak desde que George Bush anunciara el 1 de mayo el fin de la guerra.

66 detenidos en Bagdad

Entretanto, Estados Unidos sigue su campaña de detenciones masivas de insurgentes. Hoy, en una vasta operación de rastreo y detención en Bagdad y sus alrededores, las tropas estadounidenses han detenido a 66 sospechosos, 21 de ellos considerados por el mando militar de "gran relevancia".

Un portavoz de la I División Acorazada, que también combate en el conflictivo "triángulo suní", al norte de Bagdad, ha subrayado que uno de los detenidos es "un importante responsable que podría tener valiosa información" acerca de las actividades de la resistencia.

En Bagdad, tras un día de Navidad repleto de incidentes -los rebeldes lanzaron media docena de cohetes y granadas contra varias embajadas y el hotel Sheraton-, los aviones estadounidenses se han valido de la oscuridad de la noche para desatar un corto pero intenso bombardeo sobre una zona rural al sur de la capital.