Un juez francés dicta penas de cárcel contra cuatro ex directivos de Elf por desvío de fondos
Los 300 millones de euros sacados de las cajas de la empresa sirvieron para comprar el silencio cómplice de políticos africanos y para pagar a intermediarios
El Tribunal Correccional de París ha condenado hoy a penas de tres a cinco años de cárcel a los cuatro principales directivos de la petrolera francesa Elf en los primeros años de la década de los 90 por su responsabilidad en el desvío de las cajas de la empresa (que por entonces pertenecía al Estado francés) del equivalente a 300 millones de euros.
Ese dinero enriqueció a varios de los dirigentes de la empresa, sirvió para comprar favores en el continente africano pero también en Alemania y España, para comprar el silencio cómplice de partidos y dirigentes políticos y para alimentar también las cuentas corrientes de algunos intermediarios.
Un español condenado
El ex presidente de la petrolera francesa Elf Loïk Lefloch-Prigent (que dirigió la compañía entre 1989 y 1993, y tiene ahora 60 años) ha sido condenado a cinco años de prisión y a pagar una multa de 380.000 euros. La misma pena de cárcel ha correspondido al ex director de Asuntos Generales del grupo, Alfred Sirven, de 76 años, que deberá abonar sin embargo un millón de euros.
André Tarallo, de 76 años y antiguo número dos de la empresa, ha sido condenado a cuatro años de prisión y a pagar dos millones de euros. Alain Guillon, con la misma edad y máximo responsable por entonces de los yacimientos africanos, deberá pasar tres años en la cárcel y abonar otros dos millones de euros. El tribunal ha dictado penas también para varios de los otros 33 procesados, entre ellos contra el español Daniel de Busturia. Este empresario, que sacó una suculenta comisión a cambio de dejar que Elf se hiciese con CEPSA, ha sido condenado a nueve meses de prisión exentos de cumplimiento y a una multa.
El atraco del siglo
La fiscalía, que ha calificado el caso como "el atraco del siglo", había solicitado penas de entre cinco y ocho años de cárcel para los ex directivos y multas para los otros 33 implicados. Se calcula que Sirven (para el que se pedían ocho años y cinco millones de euros) se quedó con unos 107 millones de euros, mientras que Tarallo (con la misma petición por parte del fiscal) se apoderó de 46.
El caso quedó visto para sentencia a principios de julio. La dimensión política del embrollo ha quedado muy circunscrita a ciertos dictadores africanos y sus familiares y al fallecido presidente Mitterrand y algunos de sus amigos íntimos, pero el presidente del tribunal ha evitado que el escándalo salpicase en todas direcciones a pesar de que, en varias oportunidades, el entorno de Jacques Chirac, del ex ministro Charles Pascua y de los partidos socialista y neogaullista también parezcan haberse beneficiado de la generosidad de los dirigentes de Elf con un dinero que no era suyo.
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