Aznar y Schröder se reúnen para debatir sobre los problemas económicos de la UE
La entrevista se celebra tres días antes de la Conferencia en Roma para redactar el texto definitivo de la Constitución Europea
El canciller alemán, Gerhard Schröder, y el presidente del Gobierno español, José María Aznar, se han encontrado esta noche en Berlín para intercambiar puntos de vista sobre los problemas económicos de la UE y el proyecto de Constitución cuyo texto definitivo se redactará dentro de tres días en Roma.
Schroeder recibió al jefe del Ejecutivo español en la puerta de la Cancillería y, al hacerle notar Aznar que no podía saludarle con la mano derecha porque llevaba vendado ese brazo, el canciller alemán alzó el brazo del presidente del Gobierno y, con una sonrisa, bromeó ante los periodistas: "la mano derecha, por supuesto la derecha, está rota".
El encuentro, uno de los previos a la Conferencia Intergubernamental (CIG) que se celebrará en Roma este fin de semana, versará principalmente sobre "los urgentes problemas económicos" que tiene la UE y en particular de la manera de mejorar la competitividad europea. El canciller tratará de explicar al presidente español la postura germana de cara a la CIG que alberga la presidencia italiana, que tiene como misión fundamental la redacción de la Constitución europea, según fuentes germanas.
Sobre el tema de la Constitución, Schröder intentará acercar a España a la propuesta, ideada con Francia y a la que posteriormente se adhirió el Reino Unido, para impulsar un repunte del crecimiento mediante programas de inversión en infraestructuras, investigación y desarrollo de tecnologías. Según las mismas fuentes, España y Alemania tienen una postura e intereses "muy parecidos" en lo que respecta a la necesidad de mejorar la competitividad europea.
Diferencias en la Constitución
Aunque se ha rebajado el contenido que en las conversaciones de esta noche tendrá la Constitución europea y la CIG italiana, se trata de uno de los temas más espinosos entre ambos países, ya que Alemania quiere que se respete lo que ya ha pactado la Convención, encargada de redactar el proyecto constitucional, que asegura un reparto de poder con criterios demográficos, lo que favorece a los países grandes, como Alemania. Por su lado, España intentará que se respete lo pactado en Niza. Alemania se niega a que se reabra el debate de lo acordado por la Convención, ya que eso abriría la puerta a todos los miembros a hacer peticiones acordes con sus preferencias, lo que echaría por tierra todo el proyecto.
Un alto funcionario alemán ha indicado que no habrá temas "tabú" en Roma, pero ha apelado "al sentido de responsabilidad de los países" y ha advertido de que quien "cuestione" la propuesta de la Convención "debe aceptar la responsabilidad política de lograr otro consenso".
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