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LA POSGUERRA DE IRAK | El 'caso Kelly'

Un jefe de la inteligencia británica admite que carecían de pruebas sobre las armas de Sadam

Miembros de los servicios secretos estaban "muy preocupados" porque el dossier estaba "forzado"

Algo no termina de encajar en el informe sobre armas de destrucción masiva de Irak redactado por los servicios de inteligencia británicos y que, gracias a su afirmación de que Sadam Husein podía lanzar un ataque de este tipo en 45 minutos, ayudó al primer ministro, Tony Blair, a convencer al Parlamento de la necesidad de ir a la guerra. Un alto miembro de los servicios de inteligencia ha declarado al juez que investiga la muerte del experto en armas David Kelly que en el seno de la organización estaban "muy preocupados" porque el informe estaba "forzado".

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Esta afirmación la ha hecho Brian Jones, hasta hace poco jefe de la sección científica del personal de inteligencia del ministerio británico de Defensa, que ha recalcado la inquietud que provocó el que la polémica afirmación de los 45 minutos estuviera basada en información de una sola fuente, a parecer un oficial iraquí fiable, pero no entendido en la materia y con datos "de segunda mano". "Cuando hablamos de este tema nos preguntamos, incluso si él podría haber tratado de ejercer influencia más que aportar información", ha reconocido Jones, para luego añadir: "No habíamos visto que se desarrollaran armas de destrucción masiva ni teníamos pruebas de ensayos sobre el terreno".

Kelly aprobó el informe

Según ha declarado al juez Hutton, Jones mantuvo una relación "cordial" aunque no de "amistad" con Kelly. Según él, Kelly dio su visto bueno al informe: "Le pregunté: 'Qué piensas sobre el dossier, David?' Él contestó que le parecía bueno". Pero el experto ha reconocido que algunos miembros del personal de inteligencia de Defensa que tenía a su cargo "estaban descontentos con todos los detalles incluidos en el informe", especialmente uno de los expertos en armas químicas, que expresó una "particular inquietud porque algunas de las declaraciones incluidas en el informe no representaban de forma adecuada su evaluación de la información de inteligencia que él había manejado".

El ex funcionario de Defensa ha recalcado que su subordinado tenía la impresión de que "se forzaron ciertos datos, particularmente en relación con la producción de armas químicas", y "estaba preocupado por la solidez de las pruebas sobre semejante producción. Él no negó que hubiera sucedido o que existieran evidencias de que haya ocurrido, pero dijo que él no tenía pruebas claras al respecto".

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