Diez policías afganos mueren en una emboscada tendida por presuntos talibanes al sur de Kabul

Diez policías afganos, entre ellos un jefe local, han perdido la vida esta mañana en una emboscada tendida por presuntos talibanes al sur de Kabul, donde se habían desplazado para investigar un ataque con cohetes perpetrado ayer y en el que murieron dos personas. Estas muertes elevan a 90 la cifra de fallecidos en la semana más sangrienta desde que Estados Unidos derrocó a la guerrilla de los talibanes.

Los policías han sido atacados con armas automáticas en una carretera, cuando regresaban de la localidad de Karaizgay, en el distrito de Jarwar -situada a 100 kilómetros al sur de Kabul-, según ha explicado el comandante militar de la provincia de Logar, Fazlulá Mujadadi. "Su vehículo fue atacado por talibanes, el jefe del grupo y sus ocho hombres murieron", ha precisado Mujadadi. Posteriormente, se ha informado de la muerte de un décimo policía.

Por otro lado, al menos dos guardias han resultado heridos también esta mañana en el domicilio de Ahmed Wali Karzai, hermano menor del presidente afgano, Hamid Karzai, en la ciudad de Kandahar, al sur de Afganistán, según han informado varios testigos del suceso. El hermano del presidente acababa de salir de su domicilio cuando se produjo la explosión, sobre las 11.20 horas (hora local, las 8.50 en España). Aunque en un principio se ha informado de que podía ser un atentado, el propio Ahmed Wali Karzai ha declarado que "no se trata de un ataque terrorista sino de un accidente".

La violencia azota el país

Al parecer, los guardianes manipulaban municiones en el local de seguridad que se encuentra a la entrada de la residencia, en el barrio de Shar e Naw, cuando por causas que se desconocen algunas municiones han estallado y han herido a dos guardias. Como consecuencia de la deflagración, se ha desatado un incendio en la vivienda. Dos vehículos de bomberos se han desplazado al lugar y una cincuentena de policías ha acordonado la zona, mientras los dos heridos han sido trasladados a un hospital local. Con motivo de la celebración del 84 aniversario de la independencia del país, la seguridad se ha reforzado hoy en Kandahar, la segunda ciudad del país, al igual que en otras grandes localidades del país.

Los ataques y emboscadas por presuntos guerrilleros del derribado régimen taliban contra objetivos civiles y militares se han incrementado desde la pasada semana y, en tan sólo siete días, la cifra de muertos es de 90 personas. Estos nuevos ataques se producen después del ocurrido el domingo, cuando dos empleados locales de la organización humanitaria británica Save the Children resultaron heridos levemente al tirotear desconocidos su vehículo cuando viajaban por la norteña provincia de Badakshan.

El pasado sábado por la noche, numerosos hombres armados asaltaron y destruyeron la comisaría de policía del distrito de Barmal, en la provincia de Paktika, a unos 200 kilómetros al sureste de Kabul, y asesinaron al menos a siete agentes, aunque en el ataque perdieron la vida al menos 15 de los rebeldes, que posteriormente huyeron a Pakistán. También el miércoles de la semana pasada, 15 personas, entre ellas varios niños, perdieron la vida al estallar una bomba en el minibus en el que viajaban en el distrito de Nadh Ali, a unos 30 kilómetros al sureste de Lashkargah, la capital de la provincia.