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LA POSGUERRA DE IRAK

Los demócratas exigen a Bush que concrete su plan para Irak

"Me preocupa que los mejores soldados del mundo tengan que actuar como policías en una galería de tiro al blanco", ha señalado Edward Kennedy

Dos meses después del fin de los combates en Irak (pese a que casi cada día mueren soldados estadounidenses en ese país, los dos últimos hoy mismo), las críticas a la gestión del Gobierno de George W. Bush en el periodo posbélico se unen en un fragor cada más feroz con las suspicacias acerca de los motivos que llevaron a Estados Unidos a la guerra. La oposición demócrata parece haber despertado de un largo letargo al calor de las dudas sobre los informes presentados por Bush para respaldar la ofensiva. Y la última víctima de las andanadas demócratas ha sido el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, uno de los halcones que más defendió la necesidad del ataque, que ayer perdió su tradicional seguridad ante la avalancha de preguntas de la oposición.

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Rumsfeld compareció ante el comité de Servicios Armados del Senado para explicar la marcha de la ocupación iraquí, y se encontró ante el que quizá ha sido el ataque más duro de los demócratas desde que tomó posesión de su cargo hace dos años, según informa el diario The Washington Post.

Tiro al blanco con los soldados

Los senadores demócratas interrogaron a Rumsfeld sobre el coste de la presencia estadounidense en Irak, y su impacto a largo plazo sobre la operatividad de las Fuerzas Armadas. "Me preocupa que los soldados mejor entrenados del mundo tengan que actuar como policías en lo que parece ser una galería de tiro al blanco", ha señalado Edward Kennedy, una de las instituciones del poder demócrata.

Por si la situación de los militares en Irak no despertase ya bastantes reticencias, el general Tommy R. Franks, que en su momento dirigió la guerra y ahora tuvo que testificar junto a Rumsfeld, cifró en 150.000 los soldados que deberán permanecer en el país "en el futuro inmediato". Un número que contrasta con el de 50.000 que había avanzado el Pentágono antes de la guerra. Además, Franks ha admitido que la presencia de tropas en Irak podría alargarse hasta cuatro años.

El doble de dinero

Es más, Rumsfeld tuvo que admitir, acorralado por los demócratas, que los costes de este despliegue ascienden a 3.900 millones de dólares al mes (para el periodo entre enero y septiembre), es decir, casi el doble de los 2.000 millones estimados por el Pentágono en abril.

El secretario de Defensa, que siempre había desplegado una suficiencia rayana con lo insultante, se mostró bastante más dubitativo ante el Comité (un testimonio realizado bajo juramento), al que no pudo contestar muchas de sus preguntas (entre ellas si había pedido ayuda, o sea, tropas, a Alemania y Francia para la posguerra). De hecho, el coste de la operación se supo después de que telefoneará a sus asesores en el Pentágono durante un receso.

Esta comparecencia se ha producido apenas unas horas después de que los demócratas solicitarán en el Congreso la apertura de una investigación al respecto de lo que los republicanos consideran un "asunto menor": las falsas acusaciones de la Casa Blanca sobre el potencial nuclear del régimen de Sadam Husein.

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