EE UU lleva a cabo el mayor simulacro de ataque terrorista de su historia
8.500 personas de más de cien agencias 'lucharán' simultáneamente y durante cinco días contra la explosión de una bomba 'sucia' en Seattle y una epidemia de gripe provocada en Chicago
Si vive usted en Chicago o Seattle y ve a su alrededor a gente corriendo enfundada en trajes espaciales o a personal médico con máscaras atendiendo a supuestas víctimas de radiación nuclear, no se alarme. El Gobierno de EE UU, en cooperación con Canadá, llevará a cabo desde hoy y durante los próximos cinco días, el plan Topoff2 (Top officials 2), el mayor simulacro de operación antiterrorista de la historia del país. La supuesta amenaza consistiría en varios ataques simultáneos de una organización imaginaria bautizada como Glodo que por comparación dejarían al 11-S en una gamberrada.
El escenario previsto no puede ser más catastrófico. Seis días antes de los supuestos atentados las agencias de inteligencia comienzan a recibir señales de "amenazas creíbles" contra el país. El ataque en sí empezará con la explosión en Seattle (costa oeste) de una bomba sucia -la que usa explosivos convencionales para expandir material nuclear- que provocará inmediatamente más de cien muertos y un número indeterminado de víctimas por la radiación.
Al día siguiente la situación se complicará con un ataque bacteriológico en Chicago, a miles de kilómetros de distancia. Los hospitales tendrán que afrontar la llegada masiva de pacientes con síntomas de gripe y el Centro de Control de Enfermedades de Atlanta será el encargado de confirmar que se trata de un ataque con agentes biológicos mortales. Su tarea se verá dificultada por el hecho de que los efectos del virus se hacen notar sólo al cabo de entre tres y seis días. Para rematar el asunto aparecerán algunos casos también en Canadá, lo que obligará a coordinar los esfuerzos a ambos lados de la frontera.
Previo al 11-S
Se pondrán entonces en marcha todos los mecanismos para controlar el desastre. Responsables militares de Washington y Vancouver se encargarán de responder al ataque y de coordinar a las 8.500 personas que participan en la operación y que pertenecen a más de cien agencias y organizaciones locales, estatales y federales, además de la Cruz Roja Estadounidense y responsables del Gobierno canadiense. Un despliegue de medios materiales y humanos que costará alrededor de 16 millones de dólares (14,2 millones de euros al cambio actual).
Este simulacro estaba previsto antes de los atentados del 11 de septiembre. De hecho una primera versión (Topoff 1) se llevó a cabo en Denver en mayo de 2000 y naufragó en el caos por la lucha entre las distintas agencias por hacerse con el control de la situación. El fracaso fue reconocido incluso por la administración Bush, que ha afirmado que este precedente "demostró que la existencia de múltiples centros de control y de equipos de respuesta sólo complica la coordinación y la unidad de esfuerzos".
Desde entonces Washington ha desarrollado una nueva estrategia basada en la centralización de la lucha antiterrorista y en la fluidez del intercambio de información, cuyo primer paso fue la creación del nuevo departamento de Seguridad que dirige Tom Ridge. No nos enteraremos inmediatamente de la efectividad de estas medidas. El Departamento de Seguridad Interior ya ha confirmado que no hará públicos los resultados del ejercicio para evitar que "potenciales adversarios se beneficien de la información". De momento, y por si había alguna duda, las autoridades han difundido el tranquilizador mensaje de que no se incluirán armas reales para simular los atentados.
"Queridos vecinos..."
La página web de la ciudad de Chicago incluye un mensaje tranquilizador para los habitantes de la ciudad ante el inminente despliegue de la operación Topoff2. La misiva -que comienza con el cariñoso saludo de "queridos vecinos..."- asegura que las zonas donde se desarrollará el simulacro estarán bien delimitadas y que se han tomado precauciones para que afecte lo mínimo posible a la ciudadanía.
Para los aprensivos, las autoridades de Chicago aseguran que en la operación no se utilizarán explosivos ni sustancias peligrosos. A los despistados se les recuerda que el realismo de las escenas responde a la necesidad de que todo se parezca lo más posible a una emergencia auténtica. Y para los curiosos se ofrece un "programa" completo de actividades que comienza a las 10 de la mañana con la afluencia masiva de infectados de gripe a un centro de distribución de medicinas y que concluye el viernes a primera hora tras cuatro días de frenetica actividad antiterrorista.
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