Un analista militar estadounidense se enfrenta a la pena de muerte acusado de espionaje
La última vez que hubo ejecuciones por espionaje en EE UU fue hace 50 años
Un militar estadounidense se enfrenta a la pena capital tras ser declarado culpable de espionaje. Ayer, un jurado llegó a la conclusión de que Brian Patrick Regan, de 40 años, intentó vender secretos de defensa a Irak y China. La última vez que hubo ejecuciones por espionaje en EE UU fue en 1953, cuando el matrimonio Rosenberg fue declarado culpable de vender información nuclear a la Unión Soviética.
Brian Patrick Regan, ex sargento mayor de la Fuerza Aérea, escuchó ayer el dictamen del jurado formado por 12 personas que le declaró culpable de intentar vender la información, tras deliberar 24 horas durante cinco días. El juez federal que sigue el caso, Gerald Lee, ha pedido al jurado que decida si la información que Regan intentaba vender contenía secretos concretos.
En caso de que el jurado responda de forma afirmativa, el convicto podría ser condenado a muerte. En la fase de la sentencia habría una nueva ronda de testimonios.
Regan fue detenido en agosto de 2001 en el aeropuerto internacional Dulles, en las afueras de Washington, cuando se disponía a embarcar en un vuelo con destino a la ciudad suiza de Zurich. Los agentes le intervinieron información sobre las coordenadas de varios silos de misiles de China e Irak, así como datos específicos sobre qué tipo de cohetes tenían ambos países en esas instalaciones. También tenía la dirección de las embajadas de Irak y China en Suiza y Austria.
Deudas que cuestan la pena de muerte
Regan había trabajado en la Oficina Nacional de Reconocimiento, organismo que opera las redes de satélites espía de Estados Unidos. Según la acusación, Regan buscaba dinero para paliar sus deudas, que ascendían a unos 117.000 dólares.
El caso es llamativo porque es la primera vez en décadas que el Gobierno solicita la pena de muerte, incluso si la acusación federal reconoce que el acusado no llegó a culminar la venta de información secreta.
La última vez que hubo ejecuciones por espionaje en EE UU fue en 1953, en el famoso caso del matrimonio formado por Julius y Ethel Rosenberg, que fueron declarados culpables de vender a la Unión Soviética secretos del programa nuclear norteamericano.
Habitualmente, las autoridades usan la posibilidad de la pena de muerte como arma para lograr acuerdos extrajudiciales con los acusados de espionaje, a fin de extraer su máxima cooperación a cambio de no conducirles al patíbulo.
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