Pakistán prueba un misil que puede alcanzar todo el sistema defensivo de India
El Gobierno de Musharraf realiza el segundo ensayo en una semana
El presidente de Pakistán, el general Pervez Musharraf, aprobó ayer un nuevo ensayo de un misil balístico tierra-tierra de medio alcance capaz de portar una cabeza nuclear. La prueba, la tercera que efectúa el régimen de Islamabad desde mayo y la segunda en una semana, ha tenido lugar esta mañana, dos días antes de las elecciones legislativas, y ha sido "un éxito".
El misil paquistaní, llamado Shaheen I y también Hatf IV, tiene un alcance máximo de 800 kilómetros y adquiere una velocidad de cien kilómetros por minuto. El misil ha sido disparado sobre las 9.00 hora local desde la zona de lanzamiento ubicada en Sonnmiani, al sur del país y cerca de la ciudad de Karachi, y, tras alcanzar los 200 metros de altura, ha impactado en un área del distrito de Shandhak, al oeste y próximo a la frontera con Afganistán. Según publica The News, "todos los enclaves de la defensa india están en su radio de acción", con una precisión de entre 25 y 50 metros.
Tras el ensayo, el presidente Musharraf ha felicitado al equipo de científicos militares y civiles a cargo del programa de desarrollo de misiles balísticos, según ha indicado la radio estatal paquistaní. Los preparativos y el lanzamiento del misil han sido supervisados por el general Mohamed Yousaf, segundo jefe del Estado Mayor, y otros miembros de la Comisión Científica que encabeza el profesor Samar Mubarak.
Elecciones en Cachemira
La prueba ha coincidido con la cuarta y última fase de los comicios en la conflictiva región de Cachemira controlada por India, donde esta noche murieron dos policías y un rebelde, y ha sido efectuada el último día de la campaña electoral para las elecciones legislativas que se celebrarán en Pakistán el próximo jueves. Y todo en plena crisis diplomática con sus vecinos de Nueva Delhi, con contínuas demostraciones de fuerza nuclear, que el gobierno paquistaní califica de "rutinarias" e India interpreta como un gesto de consumo interno ante los comicios.
Pakistán probó el pasado 4 de octubre el misil Hatf IV, y pocas horas después India disparó su misil Akash, en aparente respuesta. El misil tierra-aire de India es capaz de alcanzar varios objetivos de forma simultánea, pero tiene un alcance máximo de 32 kilómetros. Ambos ensayos fueron condenados por la comunidad internacional, que teme un nuevo aumento de la tensión entre los vecinos, que este año estuvieron a punto de lanzarse a una nueva guerra por Cachemira.
Recta final de una campaña sin entusiasmo
La falta de los dos pesos pesados que dominaron la política paquistaní en el pasado -el primer ministro depuesto Nawar Sharif y la ex primera ministra Benazir Bhutto, en el exilio- y la impresión de que Musharraf seguirá moviendo los hilos del poder tras las legislativas fomentan la apatía entre el electorado en vísperas de las elecciones del jueves.
Cuando Musharraf asumió el poder en octubre de 1997 mediante un golpe de Estado incruento, prometió que en tres años devolvería la democracia al país, pero nunca precisó si mucha o poca. Sea cual sea el resultado de los comicios de los que saldrán elegidos los 342 miembros de la Asamblea Nacional, el presidente, gracias a las enmiendas introducidas este mismo año en la Constitución, podrá disolver el Legislativo y cesar al primer ministro.
"Existen suficientes razones para no creer la promesa del presidente Musharraf de que las elecciones abren el camino hacia la restauración de la auténtica democracia", ha señalado Raja Zafarul, jefe de la Liga Musulmana de Pakistán-Nawaz (PML-N).
En todo caso, Musharraf ha reiterado que entregará el poder al futuro primer ministro, a quien vigilará desde su posición de jefe del Consejo Nacional de Seguridad, un órgano de nueva creación que legitima el papel de los militares en los asuntos de gobierno.
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