Pakistán prueba con éxito un misil de medio alcance en plena crisis con India
Islamabad mide sus fuerzas con Nueva Delhi y anuncia nuevos ensayos los próximos días
Pakistán ha realizado con éxito el lanzamiento de un misil balístico de medio alcance tierra-tierra en el norte del país, la primera de una serie de pruebas que tiene previsto realizar entre hoy y el próximo martes. Esta demostración de fuerza militar se produce en pleno agravamiento del contencioso de Cachemira, la disputada región fronteriza entre India y Pakistán.
El misil, de tipo Hataf 5/Ghauri y con un alcance de 1.500 kilómetros, ha sido lanzado "con éxito" de acuerdo con las informaciones proporcionadas por un responsable de los servicios de seguridad (ISI). "El Ghauri puede transportar armamento convencional y cabezas nucleares con gran precisión", añade un comunicado oficial del Ejército emitido tras el tercer ensayo con éxito de este tipo de misil.
El Gobierno de Pakistán informó ayer a Nueva Delhi de su intención de proceder a una serie de lanzamientos de misiles de corto y medio alcance en los próximos días, aunque añadió que los ensayos no están relacionados con la tensa relación que sostiene con el país vecino.
Sin embargo, los analistas consideran la prueba como una demostración de fuerza disuasoria ante el agravamiento del conflicto existente entre estas dos potencias nucleares a propósito de la disputada región de Cachemira, en el Himalaya.
En este sentido, el presidente paquistaní, Pervez Musharraf, ha señalado que "Pakistán no quiere la guerra", pero que "no la teme y está preparado por si fuera necesario".
"No queremos impresionarlos. Queremos defender nuestro país", ha señalado el general Musharraf en respuesta a las declaraciones de India durante un discurso ante los jefes religiosos reunidos en Islamabad con motivo de una fiesta por el aniversario del profeta Mahoma, ante los que ha reiterado la determinación de su Gobierno a terminar con el extremismo religioso y el terrorismo en su país.
La respuesta de Nueva Delhi
Previamente, un portavoz indio del Ministerio de Defensa había manifestado que su Gobierno no está "impresionado" por la prueba paquistaní. "No tenemos ningún otro comentario que hacer, lo que teníamos que decir ya lo dijo el Ministerio de Asuntos Exteriores", ha señalado el portavoz en referencia a un comunicado de este departamento, que interpreta las pruebas paquistaníes como un gesto "dirigido obviamente a la audiencia nacional".
En este sentido, el primer ministro indio, Atal Behari Vajpayee, ha declarado que la paciencia de su país "tiene límites", al tiempo que ha asegurado no dar "importancia" a la prueba de misiles.
India y Pakistán, que han librado tres guerras desde su independencia y partición en 1947, dos de ellas por el control de Cachemira, ingresaron en el verano de 1998 en el club nuclear, lo que desató en el temor de que pudieran ser utilizadas en caso de otro choque armado.
Con el regreso del fantasma de una guerra nuclear en la zona, la comunidad internacional se ha movilizado para impedir un nuevo conflicto. China ha manifestado su confianza en que Pakistán e India "muestren suma moderación y resuelvan sus disputas mediante el diálogo".
El país más activo ha sido, con todo, Rusia, que ha invitado a los dirigentes de India y Pakistán a una reunión, que se celebraría a comienzos de junio, para impedir que el conflicto entre ambos países se agrave. Así lo ha ofrecido este sábado desde San Petersburgo el presidente del país, Vladimir Putin.
Pakistán ya ha aceptado la invitación mientras que un portavoz indio del ministerio de Asuntos Exteriores ha dicho que "parece poco probable" que se celebre finalmente el encuentro.
Además, el presidente de EE UU, George W. Bush, de gira en Rusia, ha manifestado su "profunda preocupación" por la crisis y ha presionado hoy a los dos Estados para que reduzcan la tensión.
Siete muertos en la frontera
Mientras tanto, la tensión en la frontera, donde se encuentran apostados cerca de un millón de soldados, se ha cobrado esta noche nuevas víctimas. Siete personas han perdido la vida en los enfrentamientos entre separatistas islámicos y fuerzas de seguridad en la zona india de Cachemira, mientras que soldados paquistaníes e indios se enfrentan en la frontera por noveno día consecutivo.
Militares y policías indios rodearon durante la noche a un grupo de rebeldes que se escondían en el distrito de Rajuri, a unos 150 kilómetros de Jammu, la capital de invierno de la parte india de Cachemira, según la Policía.
Cinco rebeldes y un policía y un soldado indios murieron en esta operación, mientras que cuatro miembros de las fuerzas de seguridad resultaron heridos y varios rebeldes lograron darse a la fuga. En otro incidente, seis policías resultaron heridos por los separatistas en el distrito de Udhampur, a 160 kilómetros de Jammu.
Además, un portavoz del Ejército indio ha declarado que las fuerzas paquistaníes bombardearon durante la noche los distritos de Poonch, Rajuri, Kathua y Samba, en el sur de la parte india de Cachemira, y que sus soldados respondieron con disparos de armas de poco calibre, morteros y ametralladoras.
La batalla regional contra el terrorismo islámico
India y Pakistán libran su propia batalla regional en torno al terrorismo islámico, en la que Nueva Delhi acusa a Islamabad, aliado de EE UU contra los talibanes, de fomentar a los grupos separatistas de la Cachemira india. Más de 35.000 personas han muerto en la zona desde el inicio de la rebelión islámica en 1989.
En este contexto, la tensión entre los dos países ha aumentado peligrosamente desde el mes de diciembre, cuando radicales islámicos asaltaron el Parlamento de Nueva Delhi. Inmediatamente después, India comenzó a reforzar su frontera, al tiempo que exigía a Pakistán "acciones contundentes contra el terrorismo". El presidente Musharraf ordenó la ilegalización de dos movimientos islámicos, pero India consideró la medida "insuficiente".
Tras un periodo de calma, el fuego cruzado se reanudó el pasado viernes 17, tras una masacre terrorista en la Cachemira india. Dos días después, India anunció la expulsión del embajador de Pakistán. Al menos 36 personas, entre ellos 26 paquistaníes y 10 indios, han fallecido desde el viernes.
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