El Gobierno venezolano denuncia un plan para asesinar a Chávez
El ministro de Defensa asegura que el levantamiento del pasado 11 de abril se fraguó varios meses antes
El Gobierno venezolano ha denunciado ante la Asamblea Nacional un supuesto plan para asesinar al presidente Hugo Chávez y ha ratificado que en "alguna gente" persiste la tentación golpista. El ministro de Defensa y vicepresidente designado, José Vicente Rangel, ha dicho que tiene informaciones sobre "la posibilidad de un magnicidio", y que "hay gente que cree que todavía puede mover a agentes militares para una nueva aventura golpista".
Sin más detalles, Rangel ha hablado en una larga sesión ante una comisión legislativa especial de 27 diputados que investiga las causas políticas que condujeron a la sublevación cívico-militar que el pasado 11 de abril sacó durante 48 horas a Chávez del poder.
La tesis del magnicidio flota en Venezuela desde la instalación del gobierno "revolucionario" hace 39 meses, y Chávez y sus funcionarios dicen tener indicios al respecto, pero sin señalar responsables y sin que se haya registrado hasta ahora intento alguno de atentado.
Los diputados ya interrogaron el pasado jueves al empresario Pedro Carmona, presidente del fugaz gobierno transitorio; al contraalmirante retirado Carlos Molina, designado jefe de la Casa Militar del frustrado gobierno interino, y a Rangel.
El ministro de Defensa ha calificado de "surrealistas" los esfuerzos de la oposición por negar la existencia de un golpe bajo el argumento de que el 11 de abril hubo un "vacío de poder", porque el gobernante renunció al cargo, versión que Chávez ha negado."No pudieron decir la verdad, porque la verdad les incrimina", ha agregado al referirse a Carmona y Molina en sus declaraciones.
Un golpe premeditado
También ha sostenido que la intentona se fraguó varios meses antes y ha citado testimonios de algunos de los generales implicados, que reconocieron ese hecho poco después de la detención de Chávez al suponer que el golpe era un éxito y no tenía marcha atrás.
Rangel ha revelado que horas antes de que se registrase la muerte de entre 12 y 24 manifestantes en las cercanías de la sede del palacio presidencial el 11 de abril, que sirvieron a los jefes militares para justificar el alzamiento, hubo acciones dentro del principal cuartel de Caracas dirigidas a poner en marcha el golpe.
La interpelación a Rangel ha transcurrido sin las agresiones verbales registradas el jueves, tanto en el recinto parlamentario como en las afueras de la sede del Legislativo, donde seguidores de Chávez gritaron improperios y lanzaron huevos contra diputados de oposición.
En esa "inseguridad" se ha basado el presidente de la Confederación de Trabajadores de Venezuela, Carlos Ortega, para pedir que su presentación ante el legislativo, prevista para hoy, fuera aplazada hasta que se garantice su integridad física y moral. Ortega fue, con Carmona, uno de los principales promotores de los hechos que desencadenaron el golpe cívico-militar contra Chávez.
El vicepresidente de la comisión, el oficialista Tarek William Saab, ha dicho que Ortega tomó como "excusa" las situaciones irregulares de violencia para "evadir su responsabilidad ante la comisión y el país". "Quizá muchas cosas que se han dicho ante esta Comisión lo van a incriminar de manera directa", ha agregado.
El presidente de la comisión, el socialdemócrata Edgar Zambrano, ha informado de que Ortega y el ex jefe del Comando Unificado militar general Manuel Rosendo, que se excusó el viernes por un problema de salud, serán citados en las próximas horas.
La jornada de interpelaciones la cerró el alcalde de Caracas, el "chavista" Freddy Bernal, quien ha negado que financie la movilización y colocación de grupos "chavistas" conocidos como "círculos bolivarianos" en los alrededores del Palacio Legislativo.
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