Chávez, de golpista a presidente querido y odiado
El jefe del Estado venezolano protagonizó un pronunciamiento militar fallido para luego ganar casi todas las elecciones que se han celebrado en el país a partir de 1998
Hugo Chávez, otra vez presidente de Venezuela tras desmontarse en 28 horas el golpe que le derrocó, ha pasado en diez años de ser un frustrado militar golpista a dilapidar en 38 meses el mayor caudal de popularidad de un mandatario, acusado por muchos de autoritarismo y de llevar al país a la ruina.
Amplios sectores sociales venezolanos siguen viéndole, sin embargo, como un líder carismático y un nuevo Simón Bolívar.
Chávez, que se hizo famoso el 4 de febrero de 1992 al decir lapidariamente ante la televisión que su golpe fallido sólo lo era "por ahora", pasó en los últimos dos días de ser un hombre vituperado por sus enemigos políticos a regresar a la Presidencia con dignidad y con la legalidad por delante.
Hugo Rafael Chávez Frías nació en Sabaneta, en el estado centro occidental de Barinas, el 28 de julio de 1954, hijo de un matrimonio de maestros formado por Elena Frías y Hugo de los Reyes Chávez, actual gobernador de esa región.
Su gran sueño infantil era ser jugador de béisbol, afición que nunca ha abandonado ni siendo presidente, pero ese anhelo le llegó a ingresar, en 1971, en la Academia Militar de Venezuela, de cuyo equipo de béisbol formó parte, y se graduó como subteniente e 1975, tras licenciarse en Ciencias y Artes Militares, rama de Ingeniería.
El 17 de diciembre de 1982, Chávez y otros dos capitanes del Ejercito de Tierra, Ernesto Urdaneta Hernández y Felipe Acosta, decidieron organizar un grupo que tendría a Simón Bolívar como referente y guía máximo, al que bautizaron como Movimiento Bolivariano Revolucionario-200.
En los años siguientes este grupo, conocido como "bolivarianos", se dedicó al estudio y al proselitismo, aunque afirmaban que no les guiaba ninguna aspiración política, sino dignificar el ejército, lleno de "corruptos" y en plena decadencia.
El 4 de febrero de 1992 encabezó junto a otros cuatro comandantes una fallida intentona de golpe de Estado bajo el pretexto del deterioro económico y la corrupción contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez.
Este suceso, que él califica de rebelión militar contra un Gobierno corrupto, se saldó con 17 soldados muertos y cincuenta heridos, y le llevó a la cárcel durante más de dos años.
En 1994, Chávez abandonó la milicia a cambio de la libertad y se metió de lleno en la lucha política y fundó el Movimiento V República (MVR).
Chávez evitó definirse de derechas o de izquierda mientras su popularidad ascendía, hasta triunfar en las elecciones del 6 de diciembre de 1998, con un 56,2 por ciento de los votos, siendo apoyado por fuerzas izquierdistas tradicionales, que le convirtieron en el presidente electo más joven de la democracia venezolana.
Tomó posesión como nuevo presidente de Venezuela el 2 de febrero de 1999 y en su discurso anunció la convocatoria de un referéndum para preguntar al pueblo sobre la necesidad o no de poner en marcha un proceso constituyente y la concesión al jefe del Estado de poderes excepcionales, dando una idea de lo que en adelante sería su forma de gobernar.
La Constitución bolivariana
El 25 de abril de 1999 se celebró el referéndum, en el que el 87,95% de los votantes aprobaron el proceso constituyente propuesto por Chávez y el 81,62 por ciento los poderes especiales para el presidente.
En las elecciones constituyentes del 25 de julio de 1999, el Polo Patriótico, la coalición de partidos que apoyaban a Chávez, obtuvo 120 de los 128 escaños de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC).
El 15 de diciembre los venezolanos aprobaron la Constitución Bolivariana con el 71% de los votos, si bien se registró una abstención del 54 por ciento del electorado.
Desde comienzos de 2000, año en el que por precepto constitucional se convocaron unas "megaelecciones", que incluían presidenciales y legislativas, Chávez inició su particular carrera con promesas de tipo social, entre ellas la expropiación de tierras ociosas o que no paguen impuestos las personas sin recursos.
Coincidiendo con estas promesas, en febrero de 2000 empezaron a salir a la luz las diferencias entre importantes representantes del MVR de los sectores militar y civil, con acusaciones mutuas de corrupción.
Chávez optó por respaldar al sector civil, lo que motivó el alejamiento de algunos antiguos compañeros de armas golpistas, a la vez que se resquebrajaba la alianza política por la exclusión de algunos líderes de las candidaturas electorales.
El 30 de julio de 2000, fue reelegido presidente con el 59% de los votos, frente al 37 por ciento de Francisco Arias, antiguo amigo y compañero golpista.
En el exterior, Chávez ha impuesto una política cimentada en el petróleo, el gran bien nacional de Venezuela, y orientada hacia la cooperación con los países en desarrollo, integración regional, soberanismo, independencia internacional y búsqueda de mercados no tradicionales, para evitar la dependencia de Estados Unidos, principal importador del crudo venezolano.
En octubre de 2000 la Asamblea Nacional le otorgó por segunda vez poderes especiales para legislar por decreto durante un año en materias económica, social y de administración pública.
A finales de junio de 2001 se produjo la captura en suelo venezolano del prófugo peruano Vladimiro Montesinos, lo que provocó un incidente diplomático entre ambos países, y llevó a la retirada de los respectivos embajadores en Lima y Caracas.
La última crisis
La crisis de gobernabilidad más fuerte desde que asumió el poder comenzó a fraguarse tras la promulgación de un paquete de 49 leyes en noviembre de 2001 al amparo de los poderes especiales que le cedió la Asamblea Nacional.
El contenido de algunos de esos textos enfureció al sector empresarial que organizó una huelga general para el 10 de diciembre de 2001 que contó con el apoyo de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) y fue seguida por el 90 por ciento, según cálculo de los organizadores.
La dinámica de protestas abierta en diciembre tuvo continuidad con una gran manifestación el 23 de enero y con la aparición "goteada", en febrero, de oficiales de alta graduación que pedían su salida del poder.
La situación se complicó cuando los altos ejecutivos del grupo estatal Petróleos de Venezuela SA (PDVSA) decidieron desconocer a la nueva directiva que, conforme a la ley, nombró el Gobierno.
El punto culminante fue la huelga general indefinida que empezó el 9 de abril y la gran manifestación del día 11, que pidió su salida del poder y que ha causado entre 12 y 24 muertos y 110 heridos.
La matanza desembocaron en un movimiento militar que desconoció su Presidencia al responsabilizarle de las muertes, lo que desembocó en la madrugada del pasado viernes en su supuesta dimisión y en su arresto.
El líder empresarial Pedro Carmona asumió durante 28 horas la presidencia provisional con un programa considerado revanchista y a, cuya negación de la legalidad existente le creó tales problemas en la sociedad civil y en la milicia que hoy propició la vuelta de Chávez al poder.
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