Nueva Gales obligará a los pirómanos australianos a visitar unidades de quemados

La nueva legislación anunciada hoy por el Gobierno del estado australiano de Nueva Gales del Sur, azotado desde Navidad por cerca de un centenar de incendios que ya han calcinado más de 500.000 hectáreas, obligará a los jóvenes pirómanos detenidos a visitar las unidades de quemados de los hospitales para comprobar las consecuencias de sus actos. Además, los culpables de provocar los incendios deberán trabajar en las tareas de restauración y limpieza de las áreas afectadas.

El número de detenidos como sospechosos de haber provocados los incendios que tienen a Australia bajo las llamas desde la Navidad pasada asciende ya a 25, después de que la policía arrestara esta madrugada (hora española) a otro adolescente. La joven detenida, de 16 años, está presuntamente implicada con la aparición de un nuevo foco en Berowra Valley, al norte de Sydney. La alarma y la indignación ciudadana es tan grande que ya se han aprobado nuevas penas para todos aquellos que sean condenados por piromanía. Entro otras medidas, los detendidos deberán visitar las unidades de quemados de ciertos hospitales para comprobar las consecuencias de sus actos. La reforma fue anunciada por Bob Carr, gobernador de Nueva Gales del Sur. "Como ciudadano, no puedo creer que haya gente capaz de hacer esto a sus vecinos y a sus comunidades", subrayó Carr.

Más de 80 fuegos continúan activos en todo el estado de Nueva Gales del Sur, sin que los bomberos sean capaces por el momento de evitar que las llamas sigan devorando más hectáreas de bosque. En las Montañas Azules los bomberos siguen concentrados en proteger las casas y en la turística costa sur continúa la labor de evacuación de los residentes, tras el avance del incendio que hace dos días destruyó varias casas y miles de hectáreas en Sussex Inlet. Miles de personas han sido evacuadas de sus hogares y en algunos casos han pasado la noche en las playas.

Las previsiones meteorológicas para las próximas 48 horas anuncian que las temperaturas y los vientos se mantendrán estables y que el domingo la situación empeorará al alcanzarse máximas de 40 grados, lo que dificultará aún más las tareas de contención del fuego.