EE UU estrecha el cerco en torno a Bin Laden con el bombardeo de Tora Bora
Los jefes tribales que tomaron Kandahar acuerdan reunirse para evitar enfrentamientos internos
Derrumbado el poder talibán, no hay ni rastro de su supremo líder, el mulá Omar, ni de su protegido, el hombre más buscado del mundo, el terrorista saudí Osama Bin Laden. Después de la toma de Kandahar por las tribus pastunes apoyadas por EE UU, los esfuerzos se centran ahora en las montañas de Tora Bora, donde supuestamente se esconde el líder de Al Qaeda. Hoy esta región ha vuelto a ser objeto de un violento bombardeo.
Los B-52 estadounidenses han bombardeado hacia las 12.50 (hora local, 9.20 en España) las citadas montañas, situadas al este de Afganistán, tras sobrevolar la zona realizando círculos. Ninguna otra actividad militar era visible en esos momentos desde una posición de las fuerzas locales afganas, situada en un valle, cerca de la localidad que ha dado su nombre a la base secreta de Bin Laden.
Tropas afganas antitalibanes sostienen que ya han tomado parcialmente el control de la zona y, según informaciones llegadas a la capital afgana, aseguran haber librado combates cuerpo a cuerpo con los incondicionales de Bin Laden.
Por lo que respecta al otro huido, el líder supremo del régimen talibán, el mulá Mohamed Omar, su paradero es igualmente misterioso. Según ha declarado hoy un responsable talibán en Islamabad citado por la agencia AFP, el mulá habría abandonado "sin ninguna duda" Kandahar, tras la rendición de su feudo.
El comandante Jalal Khan, uno de los participantes en la toma de la ciudad, ha indicado hoy desde la residencia del gobernador de Kandahar que sus hombres buscan al mulá Omar, al que inicialmente el nuevo presidente de Afganistán, Hamid Karzai, había previsto dejar marchar, pero que luego cambió de opinión tras la presión ejercida por Washington. Sin embargo, desde la toma de Kandahar, el líder espiritual talibán permanece desaparecido.
"El mulá Mohamed Omar es un criminal y el principal culpable", ha afirmado Khan, añadiendo que "esté con Hamid Karzai o con el mulá Naqibulá, nuestros hombres le perseguirán y le capturarán junto con sus más estrechos colaboradores".
El secretario de Defensa de EE UU, Donald Rumsfeld, mantiene sin embargo que el líder supremo de los talibanes sigue en Kandahar, donde la situación, caótica, podría ayudar al mulá a permanecer oculto. De hecho, Rumsfeld ha advertido de que la insurrección armada de algunos soldados talibán en Kandahar "supone el riesgo de un motín similar al que se produjo hace dos semanas en Kunduz".
También hay gran tensión entre los cuatro grandes grupos tribales que han tomado el poder en Kandahar, y que lideran Wakil Abdul Samad Jan, el mulá Samad Alizai, Fida Achakzai y Ajtar Jan Nurzai.
Para evitar estos roces, que podrían dar al traste con los logros militares de las últimas semanas, jefes tribales y líderes locales celebrarán en las próximas horas una reunión de la Shura o tradicional consejo afgano en la ciudad para eliminar tensiones y evitar combates por el poder entre los cuatro grupos.
El Consejo tratará sobre el reparto pacífico de poderes entre los jefes que tomaron la población e intentará prevenir enfrentamientos entre sus respectivas tropas, como sugieren algunas informaciones provenientes de la zona, según las cuales ya se han registrado escaramuzas entre las distintas facciones antitalibán.
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