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VENEZUELA

Chávez amenaza con las armas a los empresarios por secundar una huelga

Los propietarios opinan que el Gobierno prepara un paquete legal que atenta contra la propiedad privada

La huelga convocada para el 10 de diciembre por los empresarios venezolanos en protesta por el paquete legal que prepara el Gobierno de Hugo Chávez ha recibido una contundente respuesta por parte del presidente, quien ha advertido a los huelguistas de que la revolución bolivariana que él encabeza "no es una revolución desarmada".

El presidente venezolano ha augurado el inicio de un conflicto político "difícil" a raíz de la convocatoria de una huelga del sector productivo auspiciada por la central patronal del país para el próximo 10 de diciembre.

Chávez afirmó en un acto político ayer, miércoles, que pretende "seguir impulsando una revolución pacífica", pero advirtió a sus adversarios de "que no se equivoquen, porque esta no es una revolución desarmada".

"Tenemos que cuidar al máximo este camino pacífico. En función de la paz del país es bueno recomendarle a los adversarios que no pierdan la paciencia y no se equivoquen", dijo Chávez, en clara alusión a los cíclicos rumores de planes golpistas que, a su juicio, lanza la oposición para buscar una "improbable" salida forzada del "chavismo" del poder.

La patronal Fedecámaras aprobó por aclamación el miércoles el inédito paro cívico, en protesta por la redacción "sin consultar" a los sectores afectados, y "trasgrediendo normas constitucionales", de un paquete de 49 leyes que Chávez decretó el pasado 13 de noviembre. Para contrarrestar a los huelguistas, Chávez, ha propuesto que el próximo 10 de diciembre se realice una gran concentración popular en Caracas en apoyo a la Ley de Tierras.

En esa fecha vencían los poderes especiales que le otorgó la Asamblea Nacional durante un año, encuadrados en la llamada Ley Habilitante.

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Los empresarios critican que Chávez no les haya consultado la redacción de la ley y su negativa tajante a cambiar una coma del texto, al tiempo que señalan que algunos artículos de la nueva legislación son anticonstitucionales, porque violan el derecho a la propiedad y restringen la participación del sector privado en la economía.

Sin ánimo desestabilizador

El presidente de Fedecámaras, Pedro Carmona, ha negado que el paro sea una iniciativa desestabilizadora, como ha acusado Chávez, y ha reiterado que lo único que persigue es que el Gobierno "cambie de rumbo". Para Carmona, la convocatoria de huelga es perfectamente asumible para un régimen democrático.

A la huelga patronal, convocada durante las horas que cumplen la jornada laboral la mayoría de los trabajadores, se unirá el sector bancario, hotelero y farmacias, mientras que la central obrera y el transporte público y de carga analizan su adhesión.

Chávez ha vinculado a la "conspiración" contra su Gobierno el paro empresarial, que considera una "acción política" en respuesta al hecho de que las 49 leyes que decretó tocan los intereses de quienes han sido los "dueños tradicionales del poder en Venezuela".

Comando de defensa de la revolución

El presidente ha advertido de que la etapa política que se inicia será "difícil", porque no cederá a las presiones de una oposición que, reconoce, se ha agrupado y ha comenzado a actuar coordinadamente en un intento de debilitar la "revolución", como llama al proceso de cambios que aplica desde que asumió el poder, en febrero de 1999.

Ante esa situación, instó a los partidos afines a "articular un plan de batalla" inmediato para afrontar las embestidas "reaccionarias", y a unirse en un "comando político de la revolución", que coordinará las acciones de promoción y defensa de su gobierno.

Los "chavistas" organizados deberán "contrarrestar la tremenda guerra psicológica" que, para el presidente, despliega la oposición y los grandes medios de comunicación, a los que Chávez responsabiliza de divulgar "mentiras" y de obviar los logros de su ejecutivo.

"La falla más grande que hemos tenido es la comunicacional y hay que profundizar esa batalla", dijo Chávez, quien auguró una "nueva aplastante derrota" de la oposición a manos del "pueblo" venezolano.

A mediados de año, Chávez emprendió una campaña de reagrupamiento de las fuerzas políticas que sirvieron de base para su rotunda victoria electoral de diciembre de 1998, y que a lo largo de los últimos meses se ha ido desintegrando al punto de la casi extinción, según los analistas políticos venezolanos.

En agosto pasado, Chávez reestructuró su Movimiento Quinta República (MVR) y llamó a la resurrección del predecesor de ese grupo, el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR-200), que debió anular por orden legal para poder participar en las elecciones de diciembre de 1998.

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