Los líderes talibanes secuestran a los familiares de sus soldados para evitar deserciones

En un intento desesperado por que sus tropas no huyan del infierno de una ciudad sitiada y bombardeada constantemente, los comandantes talibanes han detenido y encarcelado a las mujeres, padres e hijos de sus soldados para obligarles a luchar hasta la última gota de su sangre. Tres militares paquistaníes han vuelto de Afganistán y han contado al diario Washington Post que los líderes talibanes en Kandahar han secuestrado a los familiares de sus soldados en tres complejos de alta seguridad dentro de la ciudad para forzarles a defender la plaza del asedio de la Alianza del Norte y de los bombarderos estadounidenses.

"Los talibanes han instaurado en Kandahar un reino del terror", han manifestado los paquistaníes, cuyas declaraciones, según matiza el diario, no han podido ser confirmadas por otras fuentes. Los soldados, de apenas 23 años, fueron reclutados por una organización religiosa para luchar contra Estados Unidos en Afganistán. "Fue un gran error", han declarado los jóvenes, que tuvieron que caminar durante cuatro días por el desierto para huir de los talibanes de Kandahar.

"Ni un solo hombre en las casas"

"Los lugartenientes del mulá Omar secuestraron a sus familiares y luego dijeron a los soldados que sólo los volverían a ver una vez terminada la guerra", ha declarado uno de los jóvenes soldados, que hizo guardia durante días en uno de esos complejos de seguridad.

"Desde el principio tuve mis sospechas. El complejo estaba formado por cerca de 70 casas, y no había ni un solo hombre entre sus habitantes. Aún así, estaba guardado como una fortaleza, y ni los niños podían jugar en sus patios", ha explicado el soldado paquistaní huido. "Más adelante, unos niños y mis compañeros de guardia me explicaron que los soldados sólo verían a sus familias una vez que América fuera derrotada", ha añadido.

Lista de atrocidades talibanes

Precisamente ayer la Casa Blanca ha hecho pública una lista de supuestas atrocidades cometidas por el régimen talibán en los últimos años. El informe incluye, entre otras acciones criminales, el asesinato de ocho niños que se rieron de los soldados talibanes, o el ahorcamiento de más de un centenar afganos, cuyos cuerpos se colgaron de las farolas de las calles de Kabul.

Las atrocidades denunciadas se remontan hasta 1996, y han sido hechas públicas, según la Casa Blanca, para mostrar "la visión de la sociedad que los talibanes quieren exportar al resto del mundo".