Bush anuncia que agentes armados viajarán en los aviones para garantizar la seguridad
Las cabinas de los pilotos será reforzadas y habrá presencia de agentes federales armados
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ha anunciado un plan para aumentar la seguridad en los aeropuertos de EE UU y a bordo de los aviones, que se desarrollará en un plazo de seis meses. Mientras se implantan las nuevas medidas, para las que ha provisto unos fondos de 500 millones de dólares (90.000 millones de pesetas), la Guardia Nacional se hará cargo de la seguridad.
Entre estas medidas figura que el Gobierno federal se haga cargo de la seguridad de pasajeros y equipajes en los aeropuertos, el refuerzo de las puertas que conducen a la cabina de mando de los aviones comerciales para impedir el paso de piratas aéreos, la modificación de los sistemas de vuelo para que sea imposible la desconexión del faro de navegación y una fuerte presencia de agentes federales armados y de paisano en los vuelos nacionales.
Hasta ahora, en muchos aeropuertos, los controles de seguridad del equipaje estaba encargados a empresas privadas que en ocasiones contrataban a trabajadores sin preparación específica.
"No podemos renunciar a nuestra libertad de viajar. Debemos defendernos del terror", ha explicado el presidente ante los trabajadores del aeropuerto internacional de O'Hare de Chicago. En este sentido, Bush ha recalcado que uno de los principales retos de su Gobierno es "restablecer la confianza de los ciudadanos en la industria aérea".
La recuperación económica
"Si el tráfico aéreo recupera la normalidad, hará posible que otros sectores también se recuperen", ha indicado Bush, que ha recomendado a los estadounidenses que viajen en avión para reuniones de negocios y para sus vacaciones.
MEDIDAS DE SEGURIDAD |
- Fondo de 500 millones de dólares (90.000 millones de pesetas) para sufragar las medidas. |
Bush ha llegado a Chicago en el Air Force One, el avión presidencial pero, como ha apuntado ante los trabajadores del aeropuerto, nueve miembros de su gabinete han volado en vuelos comerciales para demostrar la confianza del Gobierno en las aerolíneas estadounidenses.
Dos aviones aparcados, uno de American Airlines, y otro de United Airlines, han asistido al discurso del presidente, mientras los aviones despegaban y aterrizaban con normalidad en el aeropuerto.
Bush ha agradecido a los trabajadores de las aerolíneas su dedicación en tiempos difíciles: "Sé que han sido días tensos para los empleados de las aerolíneas, apreciamos vuestra determinación contra el terrorismo, por que cuando pilotáis un avión, o procesáis un embarque, o cargáis bolsas, estáis realizando una declaración contra el terrorismo".
Los vuelos diarios son ahora 5.500 en el país, según la Casa Blanca, mientras que en un día normal, antes de los atentados perpetrados el pasado 11 de septiembre contra Nueva York y Washington con Boeings secuestrados, era de 6.500.
La polémica petición de los pilotos
Por su parte, los sindicatos de pilotos de EE UU han solicitado una reforma de las normativas que les permita llevar armas para disparar contra un intruso en la cabina. Sin embargo, Bush se opone a que los pilotos vayan armados en el avión.
Respecto a esta petición de los sindicatos de pilotos, el director general y jefe de la dirección de la Asociación del Transporte Aéreo Internacional (IATA), Pierre Jeanniot, asegura que se trata de una opción que habrá que "examinar con precaución".
Estas medidas se enmarcan en los esfuerzos que realiza el Gobierno por apuntalar a la industria de la aviación, agobiada por altos costes laborales y un descenso de la demanda desde antes de los atentados terroristas. La crisis ha obligado a las líneas aéreas a ordenar el despido de más de 100.000 trabajadores.
La última de esa serie de despidos ha sido anunciada este miércoles por Delta Airlines, la tercera línea aérea de los Estados Unidos, que cancelará los contratos de al menos 13.000 trabajadores.
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