La coalición gubernamental de Koizumi logra mayoría simple en el Senado de Japón
El electorado da un espaldarazo a la gestión económica del primer ministro
El Partido Liberal Demócrata (PLD) ha obtenido 64 escaños; el Komeito, brazo político de la secta budista Sokagakkai ha conseguido 13 escaños y el Conservador (PC) ha logrado un sólo escaño.
La primera fuerza de la oposición, el Partido Demócratico (PD), se ha adjudicado 26 escaños, seguido del Partido Comunista (PCJ) con 5 escaños y el Partido Social Democrático (PSD) con 3 escaños.
En los comicios de ayer estaban convocados a renovar 121 de los 247 escaños del Senado los más de 110 millones de japoneses con derecho al voto.
Estos comicios son los primeros desde que Koizumi accedió al puesto de primer ministro y se interpretan como un test para medir su popularidad y la de su gestión, fundamentalmente dirigida a sacar al país de la crisis económica.
Koizumi sustituyó a Mori en la jefatura del Gobierno después de ganar por sorpresa las elecciones primarias en su partido.
La victoria de la alianza no ha causado sorpresa, y se debe a la popularidad del primer ministro, que ha sabido atraer la atención del ciudadano con su enérgica determinación a materializar un duro programa de reformas estructurales para devolver la vitalidad a la actividad económica del país, sumido en la crisis desde hace un decenio.
Antes de comenzar el recuento de los votos, la alianza tripartita acordó mantener la coalición oficialista cualquiera que fuera el resultado de las elecciones parciales al Senado, la primera consulta popular a nivel nacional desde que Koizumi fue nombrado para el cargo por el Parlamento a finales de abril.
Reformas en curso
"No hay marcha a atrás. Seguiré adelante con las reformas", ha dicho el primer ministro japonés en una entrevista televisada en la que ha invitado a los partidos de la oposición a unirse a sus esfuerzos por cambiar Japón.
El primer ministro, un político de corte personalista amparado más en las altas cotas de popularidad de que goza que en su propio partido, ha advertido que será necesario sufrir para devolver a la economía japonesa a la senda del crecimiento, un mensaje que los ciudadanos han aceptado sin trabas a la vista de los resultados.
Entre las claves de las elecciones la agencia Kyodo destaca que un tercio de los votantes indecisos ha respaldado al PLD de Koizumi, cifra superior al 11% que lo hizo en las elecciones parciales al Senado de 1998.
Aunque antes de los comicios algunos analistas apuntaban a que una victoria del PLD podría debilitar a Koizumi frente a la vieja guardia de su propio partido, los votantes confiaron más en el carisma de un primer ministro cuyo programa se basa en promesas de cambios aún poco perfiladas.
Portavoces del Partido Demócrata (PD), el mayor de la oposición, han dicho que enfrentarse a Koizumi había sido estas elecciones como hacerlo a "un huracán", y han avisado que podría haber cambios en la cúpula del partido si no se alcanzan 27 escaños.
Tampoco han levantado cabeza los grupos Comunista y Socialista, al haber perdido el programa del primero el atractivo del "cambio" con que solía contar, y al seguir el segundo anquilosado en propuestascomo la de preservar el Artículo 9 de la Constitución de Japón, que confiere a ésta su carácter pacifista y que Koizumi es partidario de revisar.
A la vista de los resultados, Koizumi cuenta con la confianza de la mayoría de los japoneses para poner en marcha unas reformas que básicamente consistirán en reducir el gasto público, obligar a los bancos a eliminar sus multimillonarios créditos irrecuperables e impulsar la privatización de algunos servicios deficitarios, como el postal.
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