Los países ricos llaman a la sociedad civil a tomar parte en la globalización
En la declaración final de la cumbre, los líderes del G-8 consideran la globalización como la "mejor manera de afrontar los problemas de los países pobres"
"Estamos decididos a que la globalización funcione para todos los ciudadanos, especialmente para los pobres del mundo". "Integrar a los países más pobres en la economía mundial es la mejor manera de responder a sus aspiraciones fundamentales", asegura el texto.
En en un claro gesto hacia los movimientos contestatarios, se comprometen a acentuar la cooperación y la solidaridad con las naciones en vías de desarrollo "basadas en una recíproca responsabilidad para combatir la pobreza y promover el desarrollo sostenido".
También para contentar a los antiglobalizadores, los líderes mundiales pretenden instaurar "un debate público abierto" para tratar los retos importantes de la sociedad. En este sentido, afirman que van a "promover soluciones innovadoras basadas en una amplia cooperación".
En el documento conjunto expresan su pesar por la muerte del joven manifestante el viernes, pero advierten de que "una minoría violenta" no impedirá futuras cumbres.
El documento, que consta de cinco páginas, está completamente dedicado a temas como la reducción de la deuda, el desarrollo sostenible y el medio ambiente.
En cuanto a Kioto, la declaración recoge las discrepancias entre sus dirigentes, aunque aboga por la reducción de las emisiones de gases con efecto invernadero.
La cumbre también ha aprobado un incremento en 95.000 millones de pesetas del fondo contra el sida, que podría ser operativo "antes de fin de año" y las enfermedades infecciosas.
En cuanto de la resolución de conflictos, los líderes del G-8 consideran "un objetivo crucial" la paz y la estabilidad en Macedonia y condenan el uso de la violencia para lograr objetivos políticos.
El resto de los asuntos de política internacional, como Oriente Próximo y las relaciones con Africa, fueron ayer objeto de comunicados independientes. Respecto al análisis de la situación económica, fue tratada por separado durante la primera jornada de la cumbre, el pasado viernes.
Próxima estación, Canadá
El movimiento de resistencia global, que ha tenido en Italia su primer mártil, ya tiene un nuevo destino: del 26 al 28 de junio de 2002 en la localidad canadiense de Kananaskis.
Si el Banco Mundial decidió al última hora cancelar su cita de Barcelona y celebrar sus reunión en la Red, el G-8, que ha reclamado durante la cumbre de Génova su "derecho legímimo" a hablar, reunirse y actuar en nombre de la democracia, no quiere por el momento oír hablar de medidas tan drásticas.
Sin embargo, los jefes de Estado y de Gobierno del G-8 han acordado reducir el tamaño de sus próximas cumbres, para dejarlo en unos 400 delegados, según ha anunciado el portavoz del Gobierno italiano, Paolo Bonaiuti.
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