Seis palestinos muertos en los enfrentamientos más intensos desde el inicio de la Intifada

Cinco de los jóvenes murieron en la ciudad cisjordana de Nablús en enfrentamientos con el ejército israelí, que respondió con disparos a los manifestantes que, en una nueva Jornada de la Ira, celebraban además el Día de la Tierra. Esta celebración conmemora el aniversario de la matanza de seis palestinos a manos de las tropas de Israel hace 25 años, cuando se manifestaban contra la política de expropiación de tierras del Gobierno hebreo.

El último fallecimiento se ha producido en la ciudad cisjordana de Ramala durante una manifestación hacia un puesto de control del ejército israelí.

En otra ciudad cisjordana, Hebron, también se han producido altercados graves. Alrededor de 2.000 personas se han manifestado en el centro de la ciudad y han lanzado piedras y bombas incendiarias contra los soldados, que han respondido con fuego real. Los incidentes se han saldado con al menos dos heridos de bala, uno en una pierna y otro en el pecho, según fuentes hospitalarias.

También en Hebrón, tanques israelíes han bombardeado los barrios palestinos de la ciudad por la presencia de francotiradores. Uno de ellos sería el autor del disparo que el lunes acabó con la vida de una niña israelí de 10 meses.

También se han producido disturbios en la franja de Gaza, donde los manifestantes quemaron banderas de Israel y de EE UU. Los combates se saldaron con varios heridos.

Mientras, en Jerusalén, la policía ha evacuado hoy a casi un centenar de feligreses judíos que rezaba en la explanada del Muro de las Lamentaciones, después de que los manifestantes palestinos les lanzaran piedras y botellas desde la vecina Explanada de las Mezquitas.

Los enfrentamientos se han recrudecido en los últimos días después del asesinato de la niña israelí, punto culminante de una escalada de la violencia por parte palestina caracterizada por los ataques suicidas con bombas y que terminó con la vida de dos adolescentes israelíes. El Gobierno de Israel prometió represalias por los incidentes y así, en las últimas fechas, el ejército ha bombardeado objetivos en las zonas de control palestino.

Estas ciudades han sido focos de violencia durante los seis meses que dura ya la nueva Intifada palestina contra Israel y que se han cobrado la vida de más de 400 personas, la gran mayoría palestinas.

A pesar de las bajas, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yasir Arafat, declaró ayer que la Intifada continuaría hasta que "la bendera palestina ondeara en los muros, iglesias y mezquitas de Jerusalén. Así respondía Arafat a los ataques aéreos del ejército israelí del miércoles sobre Ramala y Gaza.

Como respuesta, el presidente de EE UU, George W. Bush, hizo ayer un llamamiento "alto y claro" a Arafat a que pusiera fin a la violencia. El secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, transmitió al presidente palestino las palabras del mandatario norteamericano.

El cruce de declaraciones ha culminado esta tarde con las palabras del jefe del Gabinete de Arafat, Nabil Shaath, que ha reclamado desde Ginebra que EE UU retome su papel de patrocinador del proceso de paz entre israelíes y palestinos.

"Cuando se habla de la responsabilidad de la violencia, se debe empezar por la responsabilidad de la ocupación (israelí de los territorios palestinos) y luego hablar de la responsabilidad de los ocupados", ha declarado Shaath tras acudir a la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.

Espero que EE UU vuelva a actuar como el sponsor del proceso de paz, que averigüe de verdad lo que se debe hacer y que se ponga en el lugar de la víctima para variar", ha dicho.