Inspiración para la nueva Internacional Progresista

Noam Chomsky es una de las mentes que alumbra el proyecto de la nueva Internacional Progresista, organización promovida por un grupo de intelectuales y políticos. Ante el avance planetario de la extrema derecha y de los populismos diestros, ante el deterioro del medio ambiente, de las condiciones laborales y el crecimiento de la desigualdad, parte de la izquierda global ha decidido recuperar la tradición de las organizaciones internacionales. En la Primera Internacional, fundada en 1864, estaban Marx y Bakunin, y la cosa acabó mal. En el consejo de la Internacional Progresista (IP), que el lunes hacía su presentación en Europa, figuran nombres como Yanis Varoufakis, Bernie Sanders y Naomi Klein. Además, por supuesto, del propio Chomsky. Está por ver cómo discurre esta iniciativa.

“El compromiso de Noam Chomsky con el internacionalismo se remonta a su primer ensayo sobre la Guerra Civil española, que escribió cuando tenía solo diez años”, explica el filósofo croata Srecko Horvat, autor del libro Poesía del futuro (Paidós), otro de los artífices de la Internacional. El citado ensayo lo publicó el pensador estadounidense en el periódico de su escuela y trataba de la caída de Barcelona ante las tropas franquistas, suceso que impresionó al joven Chomsky y marcó su trayectoria política. Ahora, más de 80 años después, la IP ha tomado como lema una sentencia suya: Internacionalismo o extinción (que recuerda al Socialismo o barbarie de Rosa Luxemburgo). “En otras palabras: o vinculamos nuestras luchas locales a escala planetaria, o nos rendimos a un capitalismo autoritario que está moliendo nuestra especie hasta la extinción”.

En España se han unido, por el momento, partidos como Compromís o Esquerra Republicana de Catalunya, mientras que en Podemos, Más País y Actúa ven la iniciativa con simpatía. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha participado en algunos de sus eventos.

El primer paso para esta organización, que surge de otras como el Sanders Institute y el DiEM25 (el Movimiento Democracia en Europa, por sus siglas en inglés), consiste en construir una infraestructura global, una organización fuerte, para conectar diferentes luchas que se produzcan en el planeta. “A más largo plazo”, señala Horvat, “el objetivo es crear una visión política común para prevenir el deterioro de la crisis climática y otras amenazas existenciales para la humanidad y el planeta. Crear un sujeto político planetario que sea capaz de hacer realidad esta visión”. Buscan implantar un Green New Deal a escala mundial.

Enfrente tienen, en palabras de Varoufakis, a la Internacional Nacionalista, “una coalición de tiranos xenófobos que, en colaboración con la oligarquía transnacional, se está preparando para utilizar esta crisis en su beneficio”, según la describe el exministro griego en los documentos de la IP.

El coronavirus, claro está, ha afectado a los planes de estos nuevos internacionalistas. Su cumbre inaugural estaba prevista para septiembre en Reikiavik, por invitación de uno de sus miembros, la primera ministra de Islandia, Katrín Jakobsdóttir. La convocaría peligra debido a la pandemia.