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Muchas luces, alguna sombra
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Gais en el lado oscuro

‘Bad gays’ nos recuerda que en la identidad ’'queer’ caben tanto héroes impolutos como abyectos villanos.

Liberace, gran icono LGTB y, para los locutores del podcast 'Bad Gays', un ser humano francamente mejorable.
Liberace, gran icono LGTB y, para los locutores del podcast 'Bad Gays', un ser humano francamente mejorable.Getty Images

Benjamin Britten, Gertrude Stein, Liberace, Andrew Cunanan, Liza Miller... Todos son grandes personalidades homosexuales con conductas poco modélicas. Y todos son protagonistas de los episodios de Bad Gays, un podcast que lleva ya tres temporadas y que acabo de empezar a escuchar intrigado por la pregunta que plantea: ¿por qué recordamos a los héroes queer mejor que a los villanos queer?

Huw Lemme y Ben Miller, responsables de esta especie de historia LGTB+ alternativa, explicaban en una entrevista que “al observar a villanos gais podemos aprender mucho sobre cómo se construyen las identidades homosexuales en el presente. Algunos de nuestros villanos se asomaron a la oscuridad en parte por la manera en que fueron tratados debido a su tendencia sexual”.

Bad Gays ofrece otra manera de hacer activismo político queer para gente queer, con iconos complejos y moralmente reprobables, en un momento en el que el significado de palabras como “malo”, “identidad”, “queer” o “gay” es cada vez más maleable y escurridizo.

En la última colección de Balenciaga para el próximo invierno, protagonizada por sudaderas de capucha y gorras con el eslogan ‘Gay Pride’ bordado, su creador, Demna Gvasalia, afirmaba que era su única manera de hacer activismo político desde la moda. Un cuestionable comentario jocoso sobre la tendencia de muchas marcas a hacer pinkwashing (usar la causa gay como coartada momentánea) durante el mes del Orgullo Gay y guardar silencio el resto del año.

En su exitoso último vídeo, el rapero queer Lil Nas X seduce directamente a Satán, una bofetada a la homofobia que predomina en el hip hop, contoneándose en una barra de pole dancing. Y otro icono queer alternativo, Samantha Hudson, ha anunciado que concursará en un programa tan normativo como Masterchef, dejándonos con la duda de si se está aburguesando o si lo suyo es todo un gol en prime time. Bad Gays nos recuerda que, más que fijarnos en lo heroico, es importante pensar en el claroscuro.

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