Regalar artesanía: las piezas más únicas con las que sorprender estas fiestas se hacen en Castilla-La Mancha

La artesanía es ajena al ritmo de la moda y, a pesar de todo, se ha convertido en una de las tendencias más inspiradoras y deseadas. Incluso existiendo desde la antigüedad, el oficio de los artesanos se ha hecho con la etiqueta de nuevo lujo. Desde Legado Artesano Castilla-La Mancha, la marca de excelencia de Castilla-La Mancha, señalan que esto es posible gracias a una nueva generación de creadores que han decidido continuar el oficio familiar, al mismo tiempo que no temen salirse del patrón, y actualizar la tradición.

En un mundo cada vez más homogéneo y estandarizado, Legado Artesano Castilla-La Mancha nació precisamente para reivindicar el talento de la comunidad y demostrar que no hay nada más moderno y exclusivo. Su market place es un escaparate de la riqueza cultural de la región: cerámica, alfarería, vidrio, joyería, muebles, cosmética, perfumes... Piezas únicas, hechas con manos experimentadas y mucha paciencia, que han logrado traspasar fronteras y llegar a las ferias de diseño más exigentes: de Milan Design Week a Maison & Objet Paris, pasando por Downtown Design Dubai o Casa Decor en Madrid.

“Ahora que todo está mecanizado, la artesanía es un arte que te enseña un oficio, que da riqueza a tu tierra. No se puede replicar, y mira que lo intentan, apunta Mario Alberto Aparicio, uno de los guardianes de Legado Artesano Castilla-La Mancha. Desde su taller de Almagro, en Ciudad Real, continúa la historia familiar que arrancó en los años 40: De aquel Industrial Cañizares, que destacó como fabricante de gorras camperas, a Mario Alberto Textil, que ha crecido también como distribuidor, ampliando su catálogo artesanal con sombreros contemporáneos: Fedora, Panamá, Tirolés, Borsalino... Los apellidos cambian, el oficio continúa.

Las gorras camperas, tan arraigadas en el imaginario popular, continúan siendo su producto estrella. “Cuando algo es clásico y está bien hecho, permanece en el tiempo”, apunta el artesano, que no cree que sea necesario actualizar algo tan icónico. Él prefiere utilizar el término ‘actualizar’: “Los colores que siempre han funcionado siguen estando; tejidos como la pata de gallo, el Principe de Gales, los cuadros típicos de San Isidro... Yo he ido atreviéndome con otros colores, como fucsias o mostazas, que antes era imposible pensar, pero sin perder que lo que siempre ha funcionado es un valor fijo”.

Un diálogo entre lo clásico y lo contemporáneo que ha llevado sus diseños a las boutiques más prestigiosas, como la casa austríaca Johan Handler, y ferias internacionales. Incluso a influencers como Tamara Falcó, que recurre a sus gorras camperas para homenajear a su padre. Porque la artesanía tiene ese poder identitario: detrás de cada pieza hay unos vínculos, unas raíces, que continúan cuando hacemos esta apuesta. Para Aparicio es un ejercicio de educación, “porque siempre vas a tener otras opciones, otras industrias a coste más bajo, pero lo que se hace en tu propia tierra, que da empleo a la gente de aquí y que reporta riqueza, solo lo encuentras en la artesanía”.

Piezas únicas para todos

Las gorras camperas de Mario Alberto Textil son una muestra de los muchos regalos con los que podemos sorprender a los nuestros en las fiestas navideñas en el market place de Artesanía de Castilla-La Mancha. “Yo suelo regalar abanicos pintados a mano de una compañera de Ciudad Real, o títeres de cartón piedra que hace otro compañero de Alcázar. Si a alguien le gustan los belenes, le regalo una pieza artesanal comprada en Calzada, vía 1 o en Villacañas, en Toledo. Y por supuesto, tenemos bisutería o joyería, muy bonita y con detalles muy característicos”, enumera Aparicio, y zanja: “Lo que está claro es que si buscas artesanía la hay, y si no la encuentras es que no la has buscado bien”. Porque solo explorando el legado, se encuentra la calidad.