Del “scrotox” al “bocox”: los tratamientos para agrandar el pene que obsesionan a Silicon Valley llegan a España
Conocíamos los efectos del bótox o el ácido hialurónico en los rostros, pero cada vez más clínicas los usan para agrandar el pene y cada vez más millonarios e ‘influencers’ admiten haber recurrido a este método que tiene entre los profesionales muchos defensores y algunos escépticos
¿El tamaño importa? Esa pregunta sigue sin hallar una respuesta convincente. Lo que es seguro es que seguimos hablando de ello. Especialmente, los hombres. El tema se ha colado en el horario de máxima audiencia de nuestro país: Jorge Javier Vázquez, con motivo de la promoción de su libro Antes del olvido’, reconoció en Sálvame Deluxe haberse inyectado ácido hialurónico en el glande. “Durante años he tenido un complejo con el tamaño de mi pene y estoy pensando en hacerme un tratamiento para darle grosor”, escribía en el libro. Cuando se publicó, el presentador ya había solucionado su problema. “Me ha quedado muy bonito. Siempre tuve un complejo y no viene mal algo más de contundencia. Me han inyectado ácido hialurónico en el glande y me ha quedado precioso, como muy juvenil. Con los años, todo se resiente”, confesó.
La Asociación Española de Andrología indica que las medias oficiales en España (medido el pene desde la base hasta la punta, para la longitud) son 13,58 centímetros de longitud, y como señala el estudio Revelations on Men Who Seek Penile Augmentation Surgery (‘Revelaciones sobre hombres que buscan cirugía de aumento de pene), incluso “los hombres con un tamaño de pene normal a veces creen erróneamente que tienen un tamaño de inferior al promedio y, a menudo, buscan tratamiento. Muchos hombres sufren una ansiedad significativa con respecto a este defecto percibido”.
Aunque los complejos suelen estar condenados al secretismo, Jorge Javier Vázquez no ha sido el único en confesar al mundo haber recurrido a estos tratamientos. Bryan Johnson, el emprendedor millonario obsesionado con la longevidad, explicó en X que al haberse inyectado botox en el pene, había ganado un centímetro extra de longitud. “El tratamiento también mejora la erección, la velocidad sistólica máxima, la velocidad diastólica final y promueve una salud sexual más satisfactoria”, explicaba en el tuit, que por supuesto, se hizo viral. “¿Qué es lo que más importa a los hombres? La capacidad de tener erecciones y tener una vida sexual saludable es lo más importante, Si un hombre no puede tener una erección y no puede tener relaciones sexuales se debilita psicológicamente. Es causa de vergüenza y de pena”, aseguró al medio Decrypt.
Una de las consecuencias inesperadas de sus palabras fue el creciente interés de los biohackers en este tratamiento. Desde el Scrotox (botox escrotal) hasta el Bocox (botox en el pene), pasando por el ácido hialurónico, los techies de Silicon Valley se han obsesionado con estos tratamientos gracias al tuit de Johnson, y teniendo en cuenta que Elon Musk propuso a Mark Zuckerberg “un concurso para medirse el pene”, al parecer el interés por el tamaño genital está más que extendido en la meca de la tecnología.
Esta clase de terapias llegaron a Madrid de la mano de Doctor Life, una clínica especializada en tratamientos hormonales que en 2019 abrió su primer centro en el barrio de Chueca. En la actualidad varias clínicas ofrecen diferentes alternativas para aumentar el tamaño del pene. Gabriel Bastidas, especialista en salud masculina y estética genital y director de la clínica masculina Androclinic, aplica ácido hialurónico. “Se puede aplicar en todo el pene, incluso en el glande. En la actualidad, contamos con ácido hialurónico de reticulación especial, con el que logramos dar volumen al pene, mejorando de forma significativa su grosor y longitud. De igual forma, se pueden aplicar neuromoduladores, para mejorar la apariencia del mismo”, explica el urólogo a ICON. “Evidentemente, los riesgos varían en función de cuán invasiva sea la técnica que empleemos. Las técnicas actuales consisten en aplicar productos de relleno, ampliamente usados desde hace bastante tiempo en otras ubicaciones del cuerpo con perfiles de seguridad muy altos, así como también es el caso de los neuromoduladores. El riesgo es realmente bajo siempre y cuando sea realizados por manos expertas”. John Brachalli, influencer y creador de contenido para adultos, acudió a la clínica de Bastidas con la intención de mejorar el aspecto de su pene para lograr un grosor y una longitud algo superiores. ”Como soy actor, la apariencia física es una parte importante para mí. Antes de hacerlo me documenté, y creo que ha sido muy buena decisión. Hoy me siento mucho más seguro de mí mismo”, asegura a ICON.
Los doctores Juan I. Martínez-Salamanca y Esaú Fernández-Pascual, de Lyx Instituto de Urología, explican que en la actualidad, no hay un estándar para su correcta aplicación. “Cada especialista puede hacerlo a su manera. Lo más común es que se aplique de forma intracavernosa, con dos aplicaciones en cada cuerpo cavernoso, uno en la parte distal y otro en la parte proximal, no exactamente en la base. Después de hacer la aplicación, se puede realizar un masaje en cada cuerpo cavernoso de 3 a 5 minutos. En teoría, los efectos de la aplicación de botox son lograr la relajación del músculo liso del cuerpo cavernoso”, aseguran. “Todo procedimiento que se aplica en el pene tiene algún riesgo, tanto a corto como a largo plazo. Los pocos estudios que hay sobre el uso de botox intracavernoso revelan que puede ser seguro, describiendo la posibilidad de efectos secundarios leves como algo de dolor o sensación de ardor en el área de la aplicación, alguna equimosis o en ocasiones, algún hematoma y rara vez, alguna infección. Sin embargo, no contamos con la evidencia científica necesaria para aplicar este tratamiento con todas las garantías de seguridad”, advierten.
El doctor Gabriel Bastidas asegura que una pregunta recurrente en la consulta es la de cuántos centímetros se puede agrandar el pene. ¿Su respuesta? “La idea es conseguir grandes resultados, pero siempre dentro de lo estético y natural. La clave es que parezca que hemos nacido así. No hay un tamaño mínimo para este tratamiento. De hecho, los micropenes, los penes pequeños o los promedios inferiores son muy agradecidos con la técnica, puesto que conseguimos una transformación real e importante”, asegura.
Los doctores Juan I. Martínez-Salamanca y Esaú Fernández-Pascual explican qué alternativas hay para quienes quieran un pene más grande. “Dentro de las opciones no quirúrgicas, contamos con algunos dispositivos para alargar ligeramente el pene, como la bomba de vacío o los extensores, que requieren un uso prolongado y durante varias veces al día para poder apreciar algún resultado. La evidencia científica de este tipo de alternativas es muy variable. Respecto a las alternativas quirúrgicas, existen diferentes técnicas que deben ser aplicadas en función de las características personales de cada paciente: liberación del ligamento suspensorio del pene, aplicación de rellenos de ácido hialuronato, aplicación de rellenos de material sintético permanente e implantes de silicona...”, indican. “Cada técnica tiene sus ventajas e inconvenientes y antes de realizar cualquiera de ellas, es fundamental que el especialista haya estudiado detenidamente el caso concreto y deje claro los posibles resultados para que las expectativas del paciente sean reales”, añaden. Una vez más, los doctores Juan I. Martínez-Salamanca y Esaú Fernández-Pascual son más precavidos: “Aunque en teoría el efecto del botox puede ayudar a relajar los cuerpos cavernosos y por lo tanto aumentar el tamaño del pene, aún faltan datos para poder valorar la eficacia real del mismo”, explican. Sea como sea, parece que los tratamientos estéticos para agrandar el pene han llegado para quedarse.
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