La expresión auténtica: Eladio Carrión, en portada de ICON en Abril

Eladio Carrión tardó un poco en descubrir la mejor manera de expresarse genuinamente. Ya había intentado convertirse en nadador profesional y había tenido éxito como cómico en internet. Sin embargo, decidió abandonarlo todo y apostar por la música, donde finalmente se encontró. Su origen puertorriqueño le inclinó al reggaetón, pero al final optó por el rap y el hip hop. “Se me hace más fácil contar mi historia. Es el desafío que me gusta: meter diez punchlines en ocho barras, fluir con un ritmo, ofrecer referencias que la gente pueda entender…”. La elección dio sus frutos: tiene dos conciertos agotados consecutivos en el WiZink Center de Madrid (y un tercero con el 80% de las entradas ya vendidas) y otro en el Palau Sant Jordi de Barcelona. Los artistas a los que solía imitar cuando era comediante, como Arcángel, Ñejo o Cosculluela, se convirtieron en amigos y colaboradores.

Eladio ahora disfruta tanto de haberse encontrado que se obsesiona con que sus oyentes disfruten tanto como él de su momento. En un concierto en Costa Rica que se volvió viral, pidió a los presentes que guardaran sus móviles. Fue una solicitud tan poco común que lo recuerda como algo casi contracultural. “Se comportaron como en Woodstock. Sin teléfonos, todo el mundo saltando y brincando como loco”. Quiere que la gente experimente al máximo todo lo que tiene para ofrecer: “Hoy en día puedes comprar visualizaciones, pero no puedes comprar las emociones que la gente siente con tu música. A veces me asombra que mis seguidores se sepan todas mis canciones verso a verso”.

El actor Jeremy Pope también tuvo dificultades para encontrar la verdadera manera de expresarse. Preguntado por su interpretación de Jean-Michel Basquiat en la película The Collaboration, comentó que el artista se parecía a él: “Era un hombre negro que intentaba prosperar, con mucho talento y la sensación de no saber cómo expresarlo”. Al final, Pope descubrió que no había una única manera de expresarse: actúa en televisión, en cine y en teatro, donde se convirtió en el sexto actor en recibir en el mismo año dos nominaciones por dos interpretaciones distintas en la historia de los premios Tony. Además, baila, acaba de debutar con su primera exposición de fotografías, Flex (bitch) y, tras lanzar seis sencillos, este año publicará su primer EP, Blind Faith.

El influencer Beka Gvishiani encontró su voz en un medio inesperado. A través de sus cuadrados de un azul único, buscó su espacio en el periodismo de moda con su página Style Not Com y ahora es una presencia frecuente en las primeras filas de todos los desfiles. “Las colecciones se pueden ver en fotos, pero no la música ni los invitados. Las imágenes no tienen olor ni emoción. Y yo quería capturar ese aroma. Contar lo que la gente comenta, dónde se han celebrado los eventos, de qué material son las sillas o cuántas horas han tardado en montar una pasarela. Quise llenar ese vacío. Contar la experiencia más allá de la ropa”, comenta.

Al final, también se trata de dedicarse a lo más auténtico dentro de uno mismo. Lo saben desde Francesc Fortí, del mítico restaurante Racó, hasta Manu Ríos y Marc Forné, con su nueva marca Carrer. En este número también discutimos el uso de modelos digitales de ciudades para predecir su futuro, la tendencia de la pintura de uñas para hombres y conocemos la historia secreta (y española) de la ahora extinta revista Vice directamente de la boca de su exeditor. Todo esto junto a nuestras recomendaciones de moda, hoteles y un especial de motor que presenta un coche nuevo inspirado en el pasado. Todo esto y más, este sábado, gratis con EL PAÍS.

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