Idris Elba y Sabrina Dhowre: el compromiso político como forma de romanticismo

Horas y horas deslizando el dedito en la pantalla, matches con los que nunca se habla, ghostings e infinitas primeras citas que jamás llegan a cuajar. En pleno siglo de las aplicaciones de ligue, lógico es que alguien soltero acabe preguntándose cuándo dejará de serlo. O llegado el hipotético día, cómo se logra que una relación sobreviva al paso del tiempo. ¿Es todo esto imposible? No según el actor, productor y DJ inglés Idris Elba, tal y como subraya él mismo a ICON en una videollamada junto a Sabrina Dhowre, la empresaria y modelo canadiense con la que Elba comparte vida y también trabajo.

“La clave pasa por la consistencia, es lo que necesita el amor para ser eterno”. El actor menciona esta última palabra porque, además, le sirve para explicar el hecho de que una fragancia a la altura de Calvin Klein Eternity siga hoy no solo vendiéndose casi tanto como el primer día, sino sumando miembros a su familia. Así ha ocurrido en 2024 con Eternity Aromatic Essence, la cual abanderan Elba y Dhowre en una campaña en la que se los ve juntos, acaramelados, como imagen de un perfume que ha marcado sus vidas, que no son unas cualquiera.

Al menos no desde que Elba saltó a la fama tras participar en la serie The Wire de HBO a principios de siglo, para luego encarnar en 2013 al ex presidente de Sudáfrica en su biopic Mandela: Long Walk to Freedom. Un papel que le valió la nominación a los Globos de Oro, y al que se le suman bastantes apariciones más en la saga Thor de Marvel, la serie The Office o, entre muchísimas otras, la cinta de Netflix Luther: Cae la noche que él protagonizó en 2023. Dhowre no se queda atrás. Como una de las grandes estrellas que es de la agencia estadounidense IMG Models, ha firmado innumerables portadas y campañas a la vez que actúa como embajadora de la ONU.

Conociendo sus trayectorias, no sorprende que hayan sido los escogidos para representar la nueva versión de Calvin Klein Eternity. “Además, es que esa fue mi primera fragancia”, recuerda la canadiense. “La compré cuando tenía 17 años o algo así. Con ella, me acuerdo de que me sentía adulta”. Lo que cuenta Sabrina Dhowre ocurrió a finales de los ochenta. Por aquel entonces muchos perfumes ya evocaban el romance como idea y concepto, cierto es, aunque ninguno lo había abordado como Calvin Klein Eternity. Inspirada en la dedicatoria que Eduardo VIII grabó en el anillo para su boda con Wallis Simpson –la palabra inscrita era eternity-, la fragancia simbolizaba el amor infinito. Cosa que hacía con un aroma fresco e intenso, tanto en su versión para ella como en la de él, que llevó a este perfume de la firma estadounidense a ser uno de los más vendidos del mundo durante los noventa. Y así hasta día de hoy.

Más de treinta años después Eternity Aromatic Essence, eso sí, añade algunas reinterpretaciones olfativas a la formula fougère original. Concretamente, de la mano de un matiz de agua de coco que en la fragancia de mujer se complementa con notas florales y una base amaderada, mientras que en la de hombre juega junto a acordes de cardamomo, lavanda y bayas de enebro que pueden recordar al olor de una ginebra centenaria. Exceptuando eso, la esencia de Eternity permanece intacta y encarna el compromiso por las raíces propias con el que tanto se identifican Idris Elba y Sabrina Dhowre. Al fin y al cabo, ninguno de los dos ha olvidado el continente africano del que sus familias proviene.

Él lo remarca. “Uno de cada cuatro seres humanos será africano en 2050, es una población en crecimiento que requiere la misma atención y respeto que el resto del mundo, que es a lo que Sabrina y yo nos estamos dedicando. Queremos que los jóvenes y las personas infrarrepresentadas tengan voz y oportunidades”. Mientras se esfuerzan en lograrlo, o al menos en intentarlo, ambos tratan de trabajar juntos cada vez más, ya sea como embajadores de la ONU o en la marca de cosmética S’Able Labs creada por la pareja para luchar contra la hiperpigmentación con ingredientes botánicos africanos. También dando imagen a una de las sagas olfativas más icónicas del repertorio de Calvin Klein y de esta era actual.

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