Ni un pelo: cómo el rasurado genital masculino se vuelve tendencia en la calle y dictadura en las redes
Estaba reservado a los deportistas de alto rendimiento o al cine porno, pero hoy ya está de moda entre una nueva generación que quiere mostrar cuerpos esculpidos sin que nada tape ni un centímetro
La primera vez que Miguel encontró el pubis depilado de un chico fue viendo pornografía. Tras descubrirlo, la curiosidad le pudo y quiso probar aquello en sus propias carnes. Se recortó el vello con tijeras, solo un poquito. En otra ocasión, afeitó al ras de la piel. Mal hecho: el resultado le pareció estético pero pasó días con picores. También recogió el baño con cuidado, ya que entonces era un quinceañero y vivía con sus padres.
De este recuerdo han pasado cerca de dos décadas. Hoy, los pubis afeitados ya no son cosa de un arrebato tras ver pornografía. Tal vez porque la estética pornhub triunfa ya hasta en la publicidad y la cultura onlyfans ha permeado mucho más allá de la pantalla de un dormitorio en penumbra. Los cuerpos masculinos esculpidos y sin un solo pelo se han hecho masivos: así es, por ejemplo, el cuerpo del hombre más seguido del mundo en Instagram, Cristiano Ronaldo, y así son los cuerpos de hombres que copan el horario de máxima audiencia en formatos como La isla de las tentaciones.
¿El resultado? Unos cánones estéticos que calan en gran parte de la población joven. Un ejemplo: en 2019 Harry Styles protagonizó la portada de la edición estadounidense de Rolling Stone en una foto tomada en la playa y en la que alzaba los brazos en señal de triunfo. A la vista quedaba, claro, el vello de sus axilas, algo que siempre ha estado ahí en casi todos los hombres adultos (también en las mujeres, pero a ellas los cánones estéticos llevan muchos más años exigiéndoles que se lo quiten, algo que empieza a cambiar). Eso, que hubiese sido normal en cualquier otra época, no fue del todo bien recibido en esta: una cantidad sorprendentemente alta de comentarios hablaban de las axilas de Styles y algunos medios dedicaron noticias a la extraña polémica. “¡Depílate!”, decían algunos usuarios de Instagram. La nueva estética obligaba.
Pete Davidson, uno de los humoristas más populares en Estados Unidos gracias a sus años en Saturday Night Live y desde hace unos meses celebridad global por ser la nueva pareja de Kim Kardashian, es la prueba definitiva de que la depilación íntima masculina ha saltado a la palestra. Acaba de firmar un contrato de cuatro años de duración con Manscaped, una firma dedicada al cuidado del vello masculino. Y en su primer anuncio para la compañía, se depila algo más íntimo que las axilas. Se le intuye afeitándose la entrepierna mientras informa a cámara: “Tengo una cita”.
“¡Sorprende a tu novia! ¡Aféitatelo, cariño!”, son algunas de las propuestas que Davidson lanza a la cámara. Viste una bata negra, abierta de par en par, que nos deja ver su pecho tatuado. “¡El envoltorio importa!”, prosigue el cómico, en una clara alusión a la aseveración más frecuente sobre las partes bajas de los hombres: que lo importante es el tamaño del pene. Bien, aquí no es exactamente eso. El artilugio que copa este primer anuncio es el Lawn Mower 4.0, que podríamos traducir al castellano como cortacésped. De todos los productos de la marca, es el primero que se anuncia como específico para las ingles y el pubis. Si lo compramos desde España, nos costará casi 90 euros. Ahora, ¿desde cuándo son los hombres, y no solo las mujeres, el objetivo de reclamos como estos, ligados a una estética tan íntima?
Según Antonio Clemente, médico y dermatólogo, ellas siguen copando casi por completo el mercado del afeitado y la depilación. Es su observación también como miembro de la Academia Española de Dermatología y Veneorología. Desde hace 13 años, este médico posee su propia clínica de depilación láser. Al pensar en la fecha en la que por allí empezaron a asomar los hombres, y no solo las mujeres, elige “alrededor de 2015″. Ahora, los usuarios masculinos aún no le preguntan demasiado por el pubis. El pecho, las axilas, la espalda y los hombros siguen siendo los grandes preferidos a la hora de eliminar el vello. Los varones, menos acostumbrados a embellecer estas partes visibles de su cuerpo, a veces van a verle con la piel irritada por haberse afeitado con poco jabón y apretando demasiado la cuchilla.
Al llegar el afeitado hasta el mismo pubis, como nos propone Davidson, ¿no estaremos impidiendo al vello cumplir alguna de sus funciones? Según Clemente, no demasiado. “El pelo está para protegernos del sol. Gracias al cabello, por ejemplo, no nos quemamos en la cabeza. Del pescuezo para abajo, su función tradicional era la opuesta: resguardarnos del frío. Ahora, esto ocurría en estadios anteriores de nuestra evolución, cuando el vello nos cubría toda la piel, pero ya no. En el pubis o en la nariz había también una labor de proteger los orificios que, de nuevo, ha desaparecido. Retirar o no los pocos capilares que nos quedan por el cuerpo no marca ninguna diferencia”, comenta el doctor.
Pero sí que da algunos consejos. Para esquivar los picores bajo la cintura, informa, hay que dejar el pelo con al menos un dedo de longitud. Así ha aprendido a hacerlo Miguel con el tiempo. En invierno, puede pasar un mes o dos sin recortarse el vello. Pero en verano le esperan las playas de Almería, en las que él jamás lleva el bañador puesto. Así que, durante el estío, se recorta el vello íntimo al menos cada dos semanas. ¿Y es verdad esa leyenda que afirma que cuando el pelo es más corto los atributos del hombre parecen más grandes? “Sí, sin duda”, cuenta Miguel. Él se afeita más por costumbre que por otra cosa. Aunque le gusta recortarse antes de bañarse y tomar el sol, “en las playas nudistas de siempre, las de tradición naturista de verdad, nadie se fija en cómo llevan lo suyo los demás”.
Quien sí atiende a esos detalles es el fotógrafo Cain Q. Lleva unos 14 años retratando hombres desnudos. A veces, por encargo y otras, para sus propios proyectos como artista. Sus fotografías suelen ir acompañadas de una luz muy dura o publicarse en blanco y negro. “Si buscamos un rollo setentero, hay que dejar el pelo salvaje y libre, sin recortar. Cuando pensamos en la estética de los noventa, toca un rasurado completo. En el presente, el arquetipo de hombre atractivo es mucho más amplio. Hemos abierto la mente. Cuando empezó a ponerse de moda el cuidado de la barba se llevaba solo la de tres días, muy perfilada en las patillas y el cuello. Hoy nos encontramos todo tipo de barbas, ¿verdad? Pues con el pubis está pasando lo mismo”, sostiene el fotógrafo.
Hay un tipo de hombre que, casi siempre, luce un vello más bien ausente en un cuerpo esculpido. Suele ser menor de 40 años y de complexión especialmente atlética. Se depila el cuerpo para marcar mejor sus músculos. Eso incluye todo. Ocurre en la playa, como apunta Miguel, ocurre entre los modelos de Cain Q y ocurre en la consulta del doctor Clemente. También es el caso de José Luis, que jamás falta a sus cinco citas semanales con el gimnasio y alguna vez hasta ha probado el ayuno intermitente, siempre para mantener la musculatura más definida. Llevará unos 10 años haciéndose el láser doméstico en las ingles, el perineo y las nalgas. Un repaso cada dos meses. Mejor en casa, confiesa, para ahorrarse algo de dinero y también por pudor ante la idea de mostrar zonas tan sensibles a un esteticista.
Como reconoce José Luis, suele acicalarse más la entrepierna cuando está soltero. En pareja, se abandona un poco. “También depende de mi ánimo. Si estoy contento y me encuentro bien conmigo mismo, encuentro el momento de perfilarme un poco”, comenta. Por cierto: no hay que temer al láser doméstico. Como anota el doctor Clemente, las máquinas que lo permiten siempre llevan una graduación baja, para evitar que un uso excesivo por parte del usuario pueda devenir en quemaduras de algún tipo. Donde no hay que aplicarlo nunca es en los tatuajes.
Reglas nuevas para un mercado nuevo
Como confirma el experto en branding Fernando de Córdoba, el de Manscaped no es el primer audiovisual que habla explícitamente de recortar y perfilar el pubis de los hombres. Philips ya lo hizo en 2015, en un largo vídeo para YouTube que, además de exponer las ventajas de recortar el vello, proponía indicaciones para hacerlo con cuidado. El contenido alcanzó enseguida las 600.000 reproducciones en España, algo insólito en publicidad. La marca, sin embargo, lo acabó retirando por resultar demasiado explícito. Lo revelador de este otro anuncio, el protagonizado por Davidson, es que por primera vez un rostro conocido apadrina un reclamo como este.
“Quizá hasta ahora los chicos no nos recortábamos tanto, tampoco para ir a la playa. Ellas iban en tanga o bikini, mientras que nuestros bañadores eran casi como un pantalón corto. Hoy, muchos vamos desnudos o hay quienes se ponen un slip deportivo que deja más a la vista”, reflexiona Miguel. A él le da igual cómo presenten el pubis sus parejas sexuales: “Mientras encuentre lo que busco, que cada uno lo lleve como quiera”.
“Con respecto al cuidado de la dermis, no hay grandes diferencias entre afeitar o depilar. Todo lo que nuestra piel tolere es aceptable. Ahora, hay que actuar con cuidado”, apunta Clemente. Solo hay un método que se atreve a considerar más agresivo para nuestra salud: la cera. Ya sea fría o caliente, produce heridas y desgarros. Los tirones resienten los folículos y los poros, y es habitual que nos hagamos destrozos con ella. Hay mujeres que se depilan así el bigote y, sin saberlo, pueden acabar con manchas en la cara. Si preferimos afeitar, en lugar de arrancar el pelo de raíz, Clemente reitera: mejor recortar dejando un poco de pelo, y así evitamos que este al crecer se encarne, crezca por dentro de la piel y no hacia fuera, o pueda hasta infectarse. Allá donde el afeitado es muy apurado, pueden aparecer los granitos. Si hablamos del pubis, el pelo en esta parte del cuerpo es especialmente duro. “Solo hay una forma de evitar las molestias en las ingles, y es descartar el rasurado completo”, apunta este médico. No lo hagan en casa.
Puedes seguir ICON en Facebook, Twitter, Instagram,o suscribirte aquí a la Newsletter.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.