Odio mi película: ocho estrellas todavía atormentadas por un papel
Sandra Bullock es la última figura de Hollywood que se sincera sobre una película que le avergüenza en su filmografía, pero antes que ella varios intérpretes han reconocido que hay una mancha en su currículum
Una de las contrapartidas de la fama es que los errores profesionales están ahí, disponibles ante el mundo, para que el público los revisite siempre. En el caso de los actores, esas manchas en el currículum vienen en forma de películas que, en el peor de los casos, pueden acabar con una carrera, y en el mejor, convertirse en una cruz que uno lleva con humor y de la que puede hablar, como estos ocho intérpretes, con naturalidad al cabo de los años. Sandra Bullock ha sido la última de una larga lista de celebridades del cine que confiesan que una película, una en concreto, les avergüenza y persigue.
Un barco muy lento va hacia una isla
La actriz: Sandra Bullock
La película: Speed 2 (1997)
Bullock no se lleva demasiado bien con las segundas partes. En una entrevista promocional de The Lost City, el film que la une con Brad Pitt, Daniel Radcliffe y Channing Tatum, a la actriz le preguntaron si había alguna película de su filmografía de la que se arrepintiese y ella fue muy directa: “Hay una película que todavía me avergüenza, Speed 2. Siempre he sido muy honesta al respecto. ¡No tiene sentido! ¿Un barco muy lento acercándose muy lentamente hacia una isla? Ojalá no hubiese hecho esa película”. Bullock no está sola en esto: Speed 2 está universalmente considerada una de las peores películas de acción de la historia y a las críticas salvajes se sumó el fracaso en taquilla, tal vez provocado por ausencia de Keanu Reeves, estrella de la primera entrega que se negó a volver para la segunda. Cuando el periodista le explicó que a él le había gustado Speed 2, Bullock preguntó con humor: “¿Estabas drogado?”. “Tenía 12 años”, dijo el reportero. “Ahí tienes la explicación”, remató la actriz.
“Todos la cagamos”
El actor: George Clooney
La película: Batman & Robin (1997)
Hay tantos frente abiertos a la hora de juzgar aquel desastre colorista y desnortado que fue Batman & Robin, segunda y última película de la saga dirigida por el fallecido Joel Schumacher, que su protagonista, George Clooney, puede sentirse afortunado: no todo le cayó a él. Han echado la culpa al director, a Arnold Schwarzenegger, a las actrices secundarias e incluso al diseño de producción por crear el primer traje de Batman con pezones. Pero Clooney siempre ha sido muy franco con esta película. La última vez hace un año, durante una rueda de prensa en Nueva York para promocionar The Tender Bar. “Hice una película de superhéroes y la jodí tanto que no creo que me dejasen entrar en el rodaje de otra”. En una entrevista en el programa de radio de Howard Stern, un año antes, admitió: “Podría haber hecho las cosas de otra manera en esa película. Pero era parte de una maquinaria enorme. En ese momento, yo solo era un actor haciendo un trabajo, no una superestrella que pudiese influir demasiado. Lo cierto es que estoy muy mal en esa película. Estoy fatal, el guion está fatal, el director reconoció que lo había hecho fatal. No funcionó. Todos la cagamos”.
Sadomasoquismo
El actor: Christopher Plummer
La película: Sonrisas y lágrimas (1965)
En las fobias de los actores no solo hay lugar para los fiascos, también para los clásicos incontestables. Sonrisas y lágrimas es un hito del cine musical y el American Film Institute la tiene entre sus mejores películas de todos los tiempos, pero a Christopher Plummer, que dio vida al capitán Von Trapp, simplemente no le gusta. En una mesa redonda de varios actores organizada en 2011 por The Hollywood Reporter, alguien preguntó al actor cuál había sido el papel que más le había desagradado de su carrera y él sacó a colación la película. Entre risas, lo argumentó: “Era horrible, sentimental y empalagosa. Tuve que trabajar muy duro para tratar de infundir solo un poquito de humor en ella”. Su descontento es patente también en sus propias memorias, In spite of myself: en ellas se refiere a la película como S&M, iniciales para el original (The sound of music, o sea, El sonido de la música) pero también, ojo al chiste, para “sadomasoquismo”.
Gracias por “este pedazo de mierda”
La actriz: Halle Berry
La película: Catwoman (2004)
Berry es una de esas actrices que mejor (o peor) simbolizan la supuesta maldición del Oscar: tras ser la primera mujer negra en ganar el Oscar a mejor actriz por Monster’s Ball en 2002, apostó todo a un gran proyecto de acción, uno de los primeros con una heroína mujer, Catwoman. Y tras el batacazo en taquilla, todo se fue al traste para ella. Sin embargo, se tomó con un humor y una profesionalidad admirables el hecho de ganar el Razzie (el reverso tenebroso del Oscar, que premia los fiascos de cada año) a peor actriz: es una de las primeras famosas que apareció para recogerlo.
Parodiando su emocionada reacción al recoger el Oscar, se subió al escenario (con un Oscar en una mano, un Razzie en la otra) y dijo: “¡Gracias! Jamás en mi vida creí que fuera a estar aquí”, justo antes de dar una lista de personas a las que agradecía el premio, “porque no puedes ganar un Razzie sin la ayuda de muchas personas”. Entre las risas del público, nombró a los implicados antes de exclamar: “Y gracias a Warner Bros, ¡gracias por darme el papel protagonista en este pedazo de mierda!”. A continuación también agradeció a su mánager: “Me quiere tanto que cree que soy la mejor actriz del mundo y me convence para hacer proyectos, ¡incluso aunque sepa que son una mierda!”.
El protagonista no la vería
El actor: Óscar Jaenada
La película: XXL (2004)
Antes de alcanzar la fama y los premios por su papel de Camarón y de lanzarse a Estados Unidos, donde no ha dejado de trabajar, Jaenada protagonizó una comedia llamada XXL (2004) que no le gustó demasiado. Y ni siquiera esperó a que pasase un tiempo para admitirlo: lo hizo, casi, durante la propia promoción de la película. En declaraciones a EFE recogidas por El Mundo, Jaenada (por aquel entonces candidato al Goya al mejor actor revelación por Noviembre, de Achero Mañas) explicó: “El único cine español que parece que interesa es la comedia, y XXL es una más. No es una película que yo vería, pero, a veces, hay que aceptar cosas que no te gustan porque tengo que comer”. Años después, en una conversación con Icon, el actor miró atrás y recordó sobre ese momento: “Ese descaro que tenía con veintitantos, obviamente, no lo tengo con 40. Cambia la perspectiva, uno se enfada menos y entiende más las cosas. [...] Ahora, que es algo que me llama mucho la atención, me encuentro a mucha gente a la que le gustó esa película”.
Lo peor
El actor: Nick Nolte
La película: Me gustan los líos (1994)
Nick Nolte, que no ha sido nunca precisamente contenido en sus declaraciones ni sus actos, detesta profundamente Me gustan los líos, la comedia que en 1994 lo unió a la estrella más grande del mundo, Julia Roberts, y estaba llamada a resucitar la gran comedia de lucha de sexos en el estilo de las screwballs de Spencer Tracy y Katharine Hepburn. Bien, no funcionó. Las críticas fueron negativas, la recaudación supuso el primer fracaso de la gran estrella Roberts, imbatible hasta entonces, y la relación entre los dos intérpretes fue tan mala que la falta de química traspasó la pantalla. Roberts se refirió a Nolte como un tipo “asqueroso”, él contraatacó diciendo “todo el mundo sabe que no es simpática” y, respecto a la película, el protagonista de Aflicción la clasifica como la peor en la que ha participado y ha admitido que solo la hizo por dinero.
“Un tío ridículo”
El actor: Robert Pattinson
La saga: Crespúsculo (2008-2012)
Que los intérpretes que se acaban convirtiendo en ídolos adolescentes acaben odiando esos papeles que los llevaron a la fama y a las carpetas de instituto es habitual. Jamie Dornan no tiene una gran relación con la saga 50 sombras de Grey y Leonardo DiCaprio siempre ha mostrado cierta ambigüedad respecto a su papel en Titanic, por ejemplo. Pattinson, gran estrella de 2022 gracias a The Batman, tampoco se salva con la saga que lo convirtió en ídolo. En agosto de 2011 habló con amargura de su personaje en la revista británica Empire. “Cuando lees el libro [Crepúsculo, de Stephenie Meyer], hay cosas como ‘Eduard Cullen era tan bello que me humedecí'. ¡Todas las frases son así! Es un tío ridículo que todo lo hace bien. Cuanto más leía el guion, más odiaba a este tío, así que decidí interpretarlo desde ahí: como un maníaco-depresivo que se odia a sí mismo. Además, tiene 108 años y es virgen, así que seguro que tiene algunos problemas”.
Shia, más LaBeouf que nunca
El actor: Shia LaBeouf
La película: Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal (2008)
LaBeouf es un actor rebelde y experimental. Ejemplo: si casi todos los demás se pasan la vida entera esperando a que suene el teléfono y que sea Steven Spielberg, él se encarga personalmente de que Steven Spielberg no vuelva a llamarlo tras allanarle el terreno al estrellato y darle la oportunidad de protagonizar Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal (2008) con Harrison Ford, papel por el que todo actor joven o aspirante a estrella hubiese matado. En una entrevista concedida a Variety en 2016, LaBeouf explicó que, como muchos otros actores, había crecido con la ilusión de trabajar con Spielberg. “Pero entonces llegas”, remató, “y te das cuenta de que no te has encontrado al Spielberg con el que soñabas. Estás con un Spielberg diferente, que está en otra etapa de su carrera. Ahora es, más que un director, una puta compañía”. El actor añadió que con el director de E.T. El extraterrestre sintió que no había espacio para crecer como actor. “¡Todo está tan meticulosamente planeado! Tienes que soltar tus diálogos en 37 segundos. Haz eso durante cinco años y empezarás a sentir que ya no sabes a qué te dedicas”. “No me gustan las películas que hice con Spielberg”, remata. Y señala, especialmente, Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal, que él considera un fracaso pese a que recaudó más de 800 millones de dólares en la taquilla mundial. Le afectaron especialmente las críticas negativas a su interpretación. “Me preparé durante año y medio y, cuando la película se estrena, ¡resulta que era todo mi culpa!”.
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