Una oda parisiense a los interiores madrileños: así es la boutique Cartier de Galería Canalejas
La ‘maison’ francesa inaugura un nuevo espacio en el epicentro del lujo de la capital
Las ventanas enrejadas más cotizadas de Madrid tienen nuevo inquilino. Y, como ya es norma en Galería Canalejas, el espacio comercial dedicado al lujo ubicado en el corazón de la capital, los códigos de este nuevo local tienen más que ver con las distancias cortas y la exclusividad que con el impacto visual exterior. En la nueva boutique Cartier de Galería Canalejas no hay escaparate exterior, sino una instalación botánica que, en las suntuosas ventanas ornamentales del edificio, establece un vínculo entre el exterior y el interior.
Y, en el interior, lo que rige es la estética de Cartier con un filtro madrileño: tonos suaves, boiseries, molduras lacadas en blanco –según cuentan, algunas se inspiran en detalles del Real Palacio de Aranjuez–, detalles dorados, materiales nobles, mármol y elementos que remiten a la tradición decorativa capitalina. En el futuro, además, darán la bienvenida a tapices a medida que reflejan otra de las grandes tradiciones artesanas de la capital. En total, 170 metros cuadrados que ocupan un lugar predominante en el espacio comercial instalado en la plaza de Canalejas, surgido a partir del proyecto que unifica siete edificios históricos, y entre los que se encuentra la antigua sede del Banco Hispano Americano, obra en 1902 del arquitecto Eduardo de Adara y Magro.
La apertura de la nueva boutique de Cartier, que inauguró su primer espacio en Madrid, en el Barrio de Salamanca, hace más de 30 años, en 1990, marca una nueva etapa en la relación entre la histórica joyería francesa y la ciudad española. También ofrece un entorno nuevo en el que descubrir las colecciones de joyería, relojería y accesorios de la maison parisiense, que el pasado verano celebró su legado de diseño con una gran exposición en la capital. Este año, además, ha renovado sus colecciones de relojería Tank Must y ha reivindicado el vigor creativo de los diseños clásicos de Aldo Cipullo, como el brazalete Love o la colección Juste un clou.
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