Ir al contenido
_
_
_
_

Último adiós a Giorgio Armani

En la primera jornada de la capilla ardiente no se han visto rostros especialmente conocidos del mundo del espectáculo o la moda, y ha sido un adiós más íntimo y discreto, con la presencia multitudinaria de ciudadanos anónimo. Aún queda otro día de despedida, el domingo, en el que se espera la llegada de figuras de mayor proyección pública

La gente rinde homenaje al diseñador Giorgio Armani, cuyo féretro yace en el Armani/Teatro, tras su fallecimiento a los 91 años, en Milán, Italia, el 6 de septiembre de 2025. Foto: Gonzalo Fuentes (REUTERS) | Vídeo: EPV
Lorena Pacho

Para Giorgio Armani, fallecido este jueves a los 91 años, Milán fue su pasarela más personal. El mítico diseñador mantuvo un idilio que duró décadas con la capital italiana de la moda. Armani no se entiende sin Milán y viceversa. “Milán es el centro de mi mundo, siempre me ha inspirado”, decía el estilista. Su vida y su carrera han estado siempre vinculadas a esta ciudad a la que se trasladó cuando era adolescente, que nunca abandonó y de la que se convirtió en uno de sus mejores embajadores. Armani fue un mito de la moda universal, del genio italiano y del espíritu milanés sobrio, elegante, moderno. La multitud que a lo largo del sábado pasó por la capilla ardiente situada en el Teatro Armani para dar un último adiós al maestro es un claro reflejo del vínculo que lo unía con su ciudad. Centenares de personas hicieron cola durante todo el día, incluso desde antes de que se abrieran las puertas del recinto, para despedirse del estilista. Había autoridades, empresarios, figuras de la moda, del cine y de la televisión y ciudadanos anónimos. Entre todos se percibía un mismo sentimiento de gratitud.

William y Marco son de Milán y Como. “Como todos los italianos, queríamos mucho a Giorgio Armani y por eso estamos aquí”, dicen.

Y destacan “su talento como estilista, su forma de ser como persona, su sobriedad”. “Me siento orgulloso de que nos haya representado en el mundo y de que siga haciéndolo porque la gente no se va a olvidar de él. Trabajó hasta los últimos días, es un orgullo italiano en el mundo”, dice William mientras Marco enseña en su teléfono el vídeo que grabó en ese mismo lugar hace no mucho tiempo en el último desfile del diseñador, en el que aparece Armani saludando a los aficionados que lo aclamaban en la calle. “La ciudad lo quería mucho, siempre se portó muy bien con nosotros, creo que a todo el mundo le caía bien”, añade William en perfecto español.

“Era un símbolo de estilo y elegancia que la ciudad echará siempre de menos”, subrayó en el velatorio el alcalde de Milán, Beppe Sala, que decretó un día de luto para la ciudad el lunes, día del funeral, que se celebrará de forma privada por deseo expreso del diseñador.

La influencia de Armani desbordó los límites de Milán y de la moda italiana y se convirtió en un icono universal. Su estética redefinió el vestuario masculino y femenino en todo el mundo. El maestro apostó por una elegancia discreta que marcó a Hollywood, las alfombras rojas y a enteras generaciones de profesionales.

“Fue una auténtica revolución en la moda, honró a las mujeres, las vistió para el trabajo de ejecutivas en los años ochenta. Era único en todos los sentidos, en su estilo, en su forma de comunicar, en su visión empresarial”, señala a este diario la periodista y escritora Renata Molho. Y agrega: “Lo admiraba mucho y le respetaba mucho. Nos ha dejado la elegancia de pensamiento, antes incluso que la moda, una idea de vida elegante. Dio un gran lustre a Milán, es una gran pérdida”.

La diseñadora Donatella Versace en su llegada al Armani/Teatro mientras el diseñador Giorgio Armani yace en capilla ardiente, tras su fallecimiento a los 91 años, en Milán, Italia, el 6 de septiembre de 2025.

La cola para entrar a la capilla ardiente, a la que constantemente se suman personas, discurre de forma fluida, ordenada y silenciosa, “como a él le habría gustado” dice Stefano, mientras avanza entre las vallas antes de acceder al recinto. La mayoría de visitantes se detiene unos segundos para firmar el libro de condolencias. “Gracias” es la palabra más repetida en todos los idiomas. “Orgullo italiano”, se lee en una de las páginas. “Vestiste el mundo con elegancia, pero más que eso, nos enseñaste que la sencillez es la forma más elevada de belleza”, se lee en otro comentario escrito en inglés. El ambiente es emotivo, hay decenas de ramos de flores blancas y de coronas fúnebres del mismo color a un lado del pasillo que lleva a la sala donde se encuentra el féretro. La atmósfera es íntima, la habitación está prácticamente a oscuras, iluminada solamente por decenas de faroles colocados en el suelo. Los visitantes van pasando uno a uno frente al féretro sin detenerse, mientras suena música de piano de Ludovico Einaudi, algunos se persignan, otros lanzan un beso al aire. Un grupo de Carabinieri vestidos con el uniforme de gala custodia el ataúd de madera, sencillo, sobre el que reposa un ramo de rosas blancas acompañado por un crucifijo. Detrás hay una fotografía en blanco y negro del maestro de la moda tomada al final de uno de sus desfiles en la que aparece saludando con la mano, con una frase suya que resume su filosofía: “El legado que espero dejar está basado en el compromiso, el respeto y la atención hacia las personas y la realidad. Ahí es donde empezó todo”.

“No foto, no vídeo”, recuerda de vez en cuando a los asistentes en voz baja uno de los empleados que gestiona la afluencia en la sala. A la salida espera también un grupo de Carabinieri, enfundados en el uniforme que el propio Armani ideó en 1998, cuando introdujo el color negro en el traje de este cuerpo de las fuerzas del orden italianas. Fuera, un grupo de mujeres altas, delgadas, con aspecto de modelos, enfundadas en vestidos de riguroso negro y que se cubren el rostro con grandes gafas oscuras solloza mientras toman un refresco en la terraza de un bar cercano.

Por la capilla ardiente han pasado numerosas personalidades, como la diseñadora Donatella Versace, que llevó un ramo de flores blancas; la modelo Valeria Mazza; John Elkann, el heredero de la familia Agnelli y su esposa Lavinia Borromeo. También, el presidente de la Federación italiana de Baloncesto, Gianni Petrucci; el entrenador del Olimpia Milano, el equipo de baloncesto patrocinado por Armani, Ettore Messina; el presidente del Comité Olímpico Nacional Italiano. O el alcalde de Milán, Giuseppe Sala, que elogió al estilista: “Tras su apariencia a veces fría, Giorgio Armani era un hombre de inmensa calidez. Había vivido sus propias dificultades y, por lo tanto, comprendía las de los demás. Un hombre de extraordinaria elegancia y sobriedad. Incluso ahora, la forma en que se ha preparado el funeral demuestra su sobriedad. Se va con su fe absoluta en el trabajo como medio de realización personal y profesional”.

La gente hace cola para presentar sus respetos al difunto diseñador de moda italiano Giorgio Armani en la capilla ardiente situada en Milán, al norte de Italia, el 6 de septiembre de 2025. El taller alberga la capilla ardiente del diseñador. Armani falleció a los 91 años el 4 de septiembre de 2025.

Mario Boselli, presidente honorario de la Cámara Nacional de la Moda Italiana, destacó en declaraciones a los medios el talento de Armani, que además de dejar un legado cultural y artístico sobresaliente, lega un imperio empresarial valorado en cerca de 12.000 millones de euros: “Fue capaz de aunar dos cosas importantes, algo que rara vez sucede: fue un gran creativo y un gran empresario”.

Piero, un antiguo empleado de Armani que trabajó seis años con él ha querido “rendir un último homenaje” al hombre que marcó su vida laboral. “Me enseñó el respeto por el trabajo, que él ponía en práctica con tanta humanidad y total dedicación y pasión”, dice mientras espera en la cola para entrar a la capilla ardiente y agrega: “Representaba lo mejor de este país, nos cualificó en el mundo”. Rememora también la pregunta que le hizo el diseñador en la entrevista de trabajo: ‘¿Por qué quiere trabajar en Armani?’. “Usted más que nadie en el mundo ha consolidado un estilo, ha vestido a tanta gente, pero incluso quien no puede comprar un traje de Armani, se viste con el estilo de Armani”, le respondió.

Mariavittoria Rava, que preside una organización humanitaria que trabaja con niños en Haití y que recibió la ayuda de Giorgio Armani también destaca la faceta personal del genio de la moda: “Fue una persona de gran talento y humanidad, que dejó importantes mensajes. En una ocasión se interesó por mi hijo y le aconsejó: ‘estudia, esfuérzate, solo a través del sacrificio se alcanza el éxito’”, dice con orgullo.

Frente al Teatro Armani está el museo que también lleva el nombre del estilista y donde se exponen algunos de sus diseños más aclamados como los impresionantes vestidos lucidos por estrellas del cine como Cate Blanchett o Nicole Kidman. Este fin de semana la entrada es gratuita para todo el público. Aquí el tiempo discurre con normalidad, los camareros de la cafetería ríen y bromean, los visitantes, en gran parte turistas, toman fotos de los diseños y en la tienda del museo numerosos clientes ojean y compran merchandising del diseñador, como camisetas con su fotografía o postales, libretas y bolsos con sus diseños. En las estanterías también hay libros de fotografía que recogen su obra y la biografía escrita por Renata Molho. A la entrada varias personas han dejado flores blancas y rojas y algún mensaje de agradecimiento.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Lorena Pacho
Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valladolid. Colabora con EL PAÍS desde Italia. Aprendió en Castilla y León Televisión, RTVE y la Agencia EFE. Máster en Periodismo en Televisión Instituto RTVE / URJC y Máster en Periodismo Internacional UNED / EFE Escuela.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_