Así es el imperio de los Beckham después de 25 años de matrimonio
Una de las parejas más famosa del mundo (a veces también de las más odiadas) celebra sus bodas de plata siendo propietaria de un ‘holding’ empresarial con beneficios multimillonarios. Los rostros de David y Victoria son habituales en campañas publicitarias y desfiles de moda, pero muchas voces hablan de alianza por conveniencia
En los noventa tenías que vivir encerrado en una jaula para no reconocer el rostro de Victoria Adams (Harlow, Essex, 50 años). David Robert Joseph Beckham (Londres, 49 años) aún no se había consagrado como la viva imagen del futbol británico, pero sabía con certeza que se acabaría casando con esa cantante que veía habitualmente en televisión. La figurante más pija de las Spice Girls conoció a su marido durante un partido benéfico del Manchester United, equipo donde el deportista debutó como futbolista profesional. Allí le pidió el número y le amenazó: “Más te vale llamarme”.
“Fue amor a primera vista”, ha confesado la excantante en múltiples entrevistas, aunque no fue del todo así. Victoria ya se había fijado en él, y era una habitual en sus partidos. Desde el primer minuto en el que la prensa hizo pública la relación sentimental, David y Victoria Beckham se convirtieron en uno de los negocios más fructíferos de Inglaterra. Han construido, a la par, una gran familia y una gran empresa. La mismísima Anna Wintour, editora jefe de la versión estadounidense de la revista Vogue, afirmó en el documental que estrenó la pareja en Netflix en 2023, que ella misma los puso en portada porque “cuando tienes dos personas igual de carismáticas aumenta el factor mediático”. El matrimonio más famoso de Inglaterra, con perdón de los royals, celebra este 4 de julio de 2024 sus bodas de plata en posesión de un imperio empresarial con ganancias multimillonarias que, hace 25 años, tan solo era un sueño. Pero, ¿cómo lo han hecho?
Está claro que un holding empresarial, una marca de ropa de alta costura, inversiones millonarias en empresas de cannabis medicinal, un equipo de fútbol en Miami, contratos millonarios con marcas como Adidas, Calvin Klein, Maserati o Electronic Arts, es mucho más de lo que cualquiera podría imaginarse de un joven proveniente de familia humilde, que allá por los noventa gastaba todo el dinero que llegaba a su cuenta en lujosos caprichos. El exfutbolista se convirtió a finales del milenio en el primero en firmar contratos con marcas, y él mismo ha confesado en varias ocasiones la despreocupación que sentía entonces por el dinero: “Firmé un contrato con Adidas por 50.000 libras y salí y compré un BMW M3... por 50.000 libras”. Ya fuera un coche o un reloj fastuoso, siempre ha mostrado un interés por el lujo, y como él dice “todo lo bueno”. Sus amigos validan esta actitud: “David recibía su sueldo un viernes y se lo gastaba todo el sábado y después se pasaba toda la semana esperando el siguiente sueldo para comprarse otra cosa”. Pero el jovencísimo Beckham ―fue benjamín del Manchester United de 1991 a 1993―, poco tiene que ver con el magnate que es ahora.
No es solo el dinero lo que ha catapultado a los Beckham a consagrarse como una de las grandes fortunas del mundo. En el caso del matrimonio lo hace su tirón mediático y la buena consideración de la que gozan. Muchos los comparan con el matrimonio de Diana de Gales y Carlos III de Inglaterra. Pero no siempre fue así. El carácter temperamental de ambos los ha llevado a protagonizar las peores críticas de la opinión pública. Es difícil encontrar el motivo por el que siempre logran escabullirse y mantener su reputación. En 2023, con motivo del Mundial de fútbol de Qatar, el exfutbolista firmó un contrato millonario de 170 millones de euros para promover el turismo en el país árabe y, a pesar de llevarse las peores de las críticas por hacer publicidad a un país plagado de discursos de odio, su reputación sigue como los chorros del oro.
Fue durante los meses que precedieron al enlace nupcial, hace hoy (4 de julio de 2024) justo 25 años, en el castillo irlandés de Luttrellstown, cuando las cosas se enturbiaron de más. Aunque la revista británica OK! pagó por la exclusiva de la boda un millón de euros a los novios, no todo lo que rodeaba a la pareja fue de color de rosas. No es nada nuevo que el entrenador del Manchester United, Sir Alex Ferguson, pensase entonces que Victoria era una amenaza para la carrera futbolística de su novio. El exdeportista perdió toda la buena consideración después de protagonizar la histórica patada a Diego Simeone, germen del fracaso de la selección inglesa en el Mundial de Fútbol de 1998. La lluvia de críticas se prolongó durante meses y David Beckham sufrió una feroz presión mediática, aparte de insultos y amenazas.
“No comía, no dormía. Era un desastre. No sabía qué hacer”, confesó, también en su documental, el deportista, aunque siempre fielmente apoyado por su esposa, quien también atestigua que su marido estaba “clínicamente deprimido”. Como es común en el mundo del deporte, los mismos que le dilapidaron le volvieron a convertir en héroe nacional cuando marcó un gol definitivo ante Grecia que clasificó a Inglaterra en el Mundial de 2002. Una buen chute que supuso un antes y un después en su carrera, y que lo llevó a ser el arquetipo de muchos en el Reino Unido, pero también en el mundo. De villano a héroe nacional. Si el futbolista se rapaba, todos lo hacían. Si llevaba cresta, los niños también. Desde entonces, David Beckham ya no era un futbolista más, sino la viva imagen del éxito. Fue entonces, allá por 2003, cuando Isabel II condecoró al futbolista con la Orden del Imperio Británico. El primer ministro de entonces, Tony Blair (1997-2007), fue quien propuso a Beckham a recibir este honor.
El fichaje de Beckham en el Real Madrid fue clave en lo que respecta a la fama y la fortuna del matrimonio. El fanatismo por ambos se hizo insoportable para Victoria, que ya fue reticente a mudarse a España. Su casa alquilada en la zona más exclusiva de La Moraleja era de lo mejorcito que se despachaba en mansiones por entonces en España, pero la ex Spice Girl anhelaba la gris Inglaterra. Además, la supuesta infidelidad de Beckham con una de sus ayudantes, Rebecca Loos, fue clave para que Victoria quisiera poner distancia. Pero, a pesar de los baches, fueron buenos años para su millonario patrimonio.
Los Beckham facturaron grandes cantidades de dinero antes de poner rumbo a Los Ángeles. Solo en el equipo madrileño, en sus cuatro temporadas, generó unos beneficios de más de 600 millones de dólares (más de 550 millones de euros en la conversión actual) solo por la venta de camisetas que llevaban su nombre y su dorsal, el número 23. Desde junio de 2003, cuando el club blanco pagó 36 millones por él al Manchester United, el Real Madrid generó unos ingresos de más de 440 millones de euros. Su presencia catapultó al Madrid de por entonces como el club con más ingresos del mundo del fútbol. También es cierto que en el terreno de juego, los resultados no fueron los mejores.
Desde entonces, los éxitos económicos de la pareja han ido al alza. Durante las seis temporadas que jugó en el club Los Angeles Galaxy, el mediocampista facturó 237 millones de euros entre salario, patrocinios, apariciones y licencias, unos 40 millones de euros al año, aunque solo marcó 20 goles. El convenio entre el Real Madrid y el equipo estadounidense se convirtió en uno de los fichajes más cuantiosos de la historia del futbol, convirtiendo a Beckham en uno de los jugadores más cotizados de por entonces. Su carrera culminó en mayo de 2013, después de 20 años y entre lágrimas. Beckham rodaba el balón para el Paris Saint-Germain, y en su último partido fue sustituido y se retiró del campo llorando mientras era ovacionado por la afición y sus compañeros de equipo. En la temporada que jugó en el club parisino facturó más de 3 millones de euros.
En paralelo, pero siempre de la mano, Victoria ha llevado a cabo otros proyectos éxitosos que han inflado considerablemente la cuenta familiar. Siendo la más pija de las Spice Girls, ganaba 71 millones de euros al año y siguen llevando la medalla al grupo fememenino con más ventas de todos los tiempos. Pero además, ha ejercido de jueza en varios realities británicos, ha protagonizado las portadas de las revistas más prestigiosas y ha publicado libros: uno autobiográfico y otro relacionado con la moda, que también incluye consejos de su marido, ya que el matrimonio es considerado como icono pop. La facturación de la empresa de moda de Victoria facturó 69 millones de euros en 2022, un 44% más que el año anterior. Por su parte, David centra sus esfuerzos en el Inter de Miami, equipo del que es copropietario y cuenta con reconocidos futbolistas como Leo Messi.
Cualquiera puede observar cómo los Beckham son imagen de un centenar de marcas. Sus cuentas de Instagram están rebosantes de publicidad. Él acumula 88 millones de seguidores y ella 33; pero el contenido es muy parecido. David prepara una pizza artesanal mientras vende una barbacoa o abre su chaqueta de terciopelo para mostrar los abdominales que aún conserva y vender una de las fragancias que lleva su nombre. La cuenta de Instagram de Victoria es parecida, pero su contenido se centra más en su propia marca. Sus bolsos y las prendas de ropa de primera calidad. En su página web, sus vestidos no bajan de los 600 euros.
¿Juntos o separados?
El éxito comercial de la pareja es, por ende, indudable. Beckham Brand Holdings Limited, nombre con el que bautizaron a su conglomerado de empresas, obtuvo 21,6 millones de euros de beneficio durante los 12 meses del último ejercicio (2023), según los datos que fueron publicados por el propio holding empresarial y consultados por el diario británico The Sun. Ni siquiera los estragos generados por la pandemia los ha debilitado. Aun así, algunos discursos apuntan a un escenario distinto al que se cree, asegurando que la pareja se encuentra separada desde hace años, y solo se muestran de la mano de cara a la galería porque son conscientes de que separados no tendrían el mismo éxito.
Se trata de una reflexión de Tom Bower, periodista del diario británico The Mirror, que asegura en su libro La casa Beckham: dinero, sexo y poder que el matrimonio lleva separado desde 2016: “Mantienen una relación de negocios a distancia”. Según cuenta, David Beckham está en Estados Unidos, al frente del equipo del Inter de Miami, y su esposa en Londres, dedicada a su firma de moda. Una imagen que contrasta de lleno con el ya mencionado documental familiar de Netflix, en el que ambos derrochan complicidad, o con la imagen que dio la vuelta al mundo hace unos meses del exfutbolista sacando a caballito a su mujer de la fiesta de su 50 cumpleaños, que celebraron en un exclusivo club de la capital británica. “No importa cuánto lo ocultes, las cosas siempre salen a la luz”, afirma la fuente.
“No pueden ocultar sus vidas separadas, pero estuvieron unidos para apoyar su marca”, asegura. El exfutbolista, ya habló de este tipo de rumores hace un año en una entrevista radiofónica. Garantizó que no sigue casado con su mujer por conveniencia, ni mucho menos por seguir manteniendo una marca familiar muy rentable, de la que ya participan sus tres hijos mayores. “¿La gente habla de que seguimos juntos para mantener nuestra marca? Por supuesto que no. Seguimos juntos porque nos queremos. Seguimos juntos porque tenemos cuatro hijos maravillosos”, dijo Beckham en el programa de BBC Radio 4 Desert Island Discs.
El matrimonio celebra este jueves sus bodas de plata y David solo se arrepiente de una cosa: que uno de los estilismos de su enlace fueran dos trajes a conjunto en color lila. El exjugador del Manchester United ha confesado en varias ocasiones que al lucir ese traje se parecía a un personaje de Dos tontos muy tontos, una opinión que choca de lleno con su actual esposa: “En ese momento me pareció muy buena idea, ¿sabes? De verdad nos lo pareció. Creo que había mucha ingenuidad. No sabíamos de moda. Simplemente, nos estábamos divirtiendo”.
Aunque todo lo que gire en torno a David y a Victoria Beckham sea excéntrico y a veces llegue al horterismo, siendo una de las parejas más famosas del mundo se han hecho con un imperio multimillonario que ahora delegan en sus cuatro futuros herederos, Brooklin (25 años), Romeo (21), Cruz (19) y Harper (12). “Mi mayor logro en la vida son mis hijos, gracias Victoria por darme a estas personas increíbles a las que amar. Siempre recuerden lo mucho que papá les ama”, reza una de las últimas publicaciones de David Beckham en Instagram.
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