El jefe de Spotify reconoce que esperaban más del ‘podcast’ de Enrique de Inglaterra y Meghan Markle
En una entrevista con la BBC, Daniel Ek ha explicado en tono diplomático y lejos de quienes llamaron “putos estafadores” a los duques hace unos meses, que pensaban que habría “más innovación” y más “felicidad” en las charlas de la pareja real
Cuando Enrique de Inglaterra y Meghan Markle decidieron dar un paso atrás como miembros activos de la familia real británica se les acabaron la mayor parte de los privilegios. Entre ellos, el de tener una residencia gratis (o muchas) y un real salario. En su marcha a California y para poder seguir con su ritmo de vida se asociaron con grandes marcas que les proporcionaron jugosos ingresos, desde Netflix hasta Spotify. Pero en estos tres años y medio desde que se marcharon a Estados Unidos parte de esos contratos han hecho aguas. Uno de los más llamativos fue el que tenían con la aplicación de audio Spotify, por el que lograron entre 20 y 25 millones de dólares. El acuerdo se firmó a finales de 2020 y pretendía ser a largo plazo. Sin embargo, tras un proyecto poco exitoso y dos años y medio de colaboración, todo acabó de la noche a la mañana el pasado mes de junio. Nadie dio explicaciones, al menos oficiales. Hasta ahora.
Porque ha sido estos días cuando el director ejecutivo de la compañía, Daniel Ek, ha hablado sobre la cuestión. Lo ha hecho en una entrevista con la BBC, donde ha tratado cuestiones como la música generada con inteligencia artificial o el futuro de los podcasts, sobre los que ha explicado que su compañía trata de posicionarse como una de las primeras opciones a nivel global. Y los duques de Sussex iban a ser bandera en esa cuestión. Pero la empresa no parece estar satisfecha con el producto que ofrecían, un podcast de entrevistas llamado Archetypes, un juego de palabras entre el nombre de su hijo mayor, Archie, y su fundación, Archewell, además del término arquetipos.
Ek, sueco de 40 años y cofundador de la empresa, se ha mostrado “muy diplomático” en su respuesta, tal y como señala la periodista Zoe Kleinman en la charla. Kleinman le pregunta por algunos de los “grandes nombres” que ha tenido en Spotify, entre ellos “los Obama, o los duques de Sussex; han lanzado 12 episodios en dos años y medios. ¿Vale eso 18 millones de libras?” (20,7 millones de euros o casi 22 millones de dólares), plantea la periodista. “Pensamos que era necesario que hubiera innovación aquí. Pensábamos que podíamos llegar y ofrecer una gran experiencia que diera felicidad a los consumidores y que, además, permitiera a los nuevos creadores explorar nuevas vías”, argumenta él. “Y lo cierto es que algunos han funcionado, y otros no. Estamos aprendiendo de estos últimos y estamos avanzando, y deseamos que todos los que no hemos renovado tengan el mayor de los éxitos de aquí en adelante”.
Con sus palabras, Ek deja entrever que no ha habido la innovación que buscaban en ese podcast y que esa “felicidad” tampoco ha llegado a los consumidores. En diciembre de 2020 junto a su empresa de audio, Archewell Audio, la pareja hizo una pequeña presentación de su proyecto y un especial navideño de media hora de duración con invitados como sir Elton John o el chef José Andrés. Las entrevistas arrancaron en agosto de 2022, acabaron tres meses después y ocuparon un total de 12 episodios. Mientras que el príncipe Enrique se alejó del proyecto, Markle era la entrevistadora de un espacio que se anunciaba como un lugar para “investigar, diseccionar y subvertir las etiquetas que tratan de frenar a las mujeres”. En las charlas, la duquesa hablaba con personalidades como la tenista Serena Williams, la cantante Mariah Carey, la actriz Issa Rae, la entonces esposa del primer ministro de Canadá, Sophie Trudeau, la escritora y autora de Sexo en Nueva York Candace Bushnell o el cómico Judd Apatow. Los 12 episodios siguen disponibles en Spotify y han logrado 67.000 reproducciones.
Daniel Ek es el primero que da una explicación oficial en tres meses y medio, pero no el primero en pronunciarse. A principios de este año el periodista y presentador estadounidense Bill Simmons, que ocupa el cargo de jefe de innovación y monetización de Spotify, fue muy crítico con la pareja en su programa, llamado The Bill Simmons Podcast y que tiene en su propia plataforma. Dijo que se sentía “avergonzado” de trabajar en Spotify junto al menor de los hijos del rey Carlos III de Inglaterra: “¿Qué hace? Es como, ¿cuál es tu talento? ¿Por qué te estamos escuchando? Naciste en una familia real y ahora te has ido, vendes documentales y podcasts, a nadie le importa lo que tengas que decir sobre nada a menos que hables de la familia real, y encima te quejas de ellos”. A finales de junio, poco después de acabar la unión de los duques con Spotify, Simmons fue más allá. “Putos estafadores. Ese es el podcast que deberíamos haber lanzado con ellos”, comentó sin reparos. “Una noche me emborracharé y contaré la historia de la videollamada que hice con Enrique por Zoom para ayudarle e intentar sacar adelante una idea de un podcast con él. Es una de mis mejores historias”.
La periodista Ashley Carman, que trabaja para Bloomberg y que cada semana lanza un boletín sobre la industria de la música, el podcast y el audio en general, investigó el entorno de trabajo de la pareja y también llegó a la conclusión de que no habían aportado demasiadas ideas creativas. “Enrique escuchó varias ideas de otros, pero, sobre todo, estaba obsesionado con las suyas propias, sobre todo una acerca del trauma infantil. El concepto: Enrique entrevistaría a una serie de controvertidos invitados, como [el presidente ruso] Vladímir Putin, [el fundador de Facebook] Mark Zuckerberg y [el expresidente de EE UU] Donald Trump, sobre sus días en la niñez y acerca de cómo esas experiencias les convirtieron en los adultos que son hoy en día”. Unas ideas peregrinas y poco realizables.
A todo ello se une que Spotify, como tantas otras empresas tecnológicas y específicamente del sector del audio, no está pasando por su mejor momento. En enero, Daniel Ek reconoció que habían sido “demasiado ambiciosos al invertir antes de que crecieran los ingresos” y despidió al 6% de la plantilla, alrededor de 600 personas. El movimiento costó entre 35 y 45 millones de euros. En junio, dijeron adiós a otros 200 empleados. Tras apostar por contenido con celebridades de renombre, pero también con un alto coste, la compañía ha visto que esa búsqueda de la innovación y la felicidad no ha dado los frutos esperados.
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