James Cameron, sobre el rodaje de ‘Titanic’: “Kate Winslet salió un poco traumatizada”
El director de la película, apodado tras el rodaje “el hombre más temible de Hollywood” ha zanjado los rumores sobre la supuesta enemistad entre él y la actriz durante la promoción de ‘Avatar: El Sentido del Agua’, donde los dos vuelven a trabajar juntos después de 25 años
Kate Winslet comenzó a rodar Titanic cuando tenía 20 años. Durante los 160 días de grabación, cumplió los 21. En las primeras entrevistas que concedió, antes de abrazar su nuevo estatus de superestrella y mostrarse más reservada con los medios, la actriz llegó a decir sobre el director de la cinta, James Cameron, que “tiene un temperamento para no creérselo.” “Tendrían que pagarme mucho dinero para volver a trabajar con Jim”, recogió el diario británico The Guardian. Después, no volvió a hablar del tema. 25 años después de Titanic, Kate Winslet ha vuelto a trabajar con James Cameron para Avatar: El Sentido del Agua, la esperada segunda parte de la película épica de ciencia ficción estrenada en 2009. Y, ahora, ha sido el director de las cintas quien se ha pronunciado al respecto: “Kate salió de Titanic un poco traumatizada por la escala de la producción y por su responsabilidad dentro de ella”, ha declarado a Radio Times.
El director, de 68 años, ha insistido en que jamás ha existido un sentimiento de hostilidad o de antipatía entre ellos, a pesar de los rumores y de la demora para volver a trabajar juntos: “Ambos hemos estado ansiosos por volver a trabajar juntos y ver en qué punto de nuestras vidas y nuestras carreras estamos”, ha admitido. En 2012, Cameron y Winslet se reunieron para presentar juntos Titanic 3D en el Royal Albert Hall, donde ambos se mostraron distantes entre ellos.
Titanic se convirtió en un éxito mundial y lanzó al estrellato a unos jovencísimos Kate Winslet y Leonardo Dicaprio, los encargados de interpretar a los inolvidables Rose DeWitt Bukater y Jack Dawson. Fue, hasta el estreno de Avatar, la película más taquillera de la historia. En marzo de 1998, cuatro meses después de su presentación, la película ya había recaudado más de mil millones de dólares a nivel mundial, convirtiéndose en la primera película de la historia en alcanzar esa cifra. Obtuvo 14 nominaciones a los premios Oscar, se llevó 11, incluidos Mejor Película y Mejor Director. Durante el rodaje, sin embargo, los costes no dejaron de ascender, hasta alcanzar la cifra de los 200 millones de dólares, lo que provocó que algunos ejecutivos de la productora 20th Century Fox, sin tener claro el futuro éxito de la película, sugiriesen cortar algunas escenas para ahorrar en gastos. Ante la propuesta, el director James Cameron se negó en rotundo y de no muy buenas maneras.
Tras la película, Cameron se generó la fama de ser “el hombre más temible de Hollywood”: “Se hizo conocido como un perfeccionista intransigente, agresivo y un gritón de 300 decibelios”, escribió el periodista Christopher Goodwin en una crónica del año 2009 en The Sunday Times. Cuando en 2007 fue preguntado por su fama de “dictador”, el director respondió: “Soy demandante y exigente con mi equipo de trabajo. En cuanto a ser algo dictador, creo que hay un elemento de eso cuando tienes que lidiar con miles de extras y grandes logísticas y también mantener a la gente segura. Creo que has de tener una metodología estricta al lidiar con muchas personas”. No lo negó del todo.
En mayo de 1997, Kate Winslet habló sobre el ritmo de aquel rodaje, donde no podía desperdiciarse ni un minuto, en el diario estadounidense Los Angeles Times: “El primer día las grabaciones comenzaron a las cinco de la madrugada, y se prolongaron hasta la una. No estaba preparada para algo así. Hubo muchos días así, en que las tomas duraban 20 horas. Y dos terceras partes de esos días filmábamos de noche, ya que el Titanic se hundió por la noche. Cada cual tenía que estar por su cuenta en el set. Tenías que asegurarte de haber dormido algo durante el día, poniéndote una máscara oscura sobre los ojos. A veces almorzábamos a las dos de la mañana o comíamos a las cuatro de la tarde. Fue algo muy desorientador”. Durante el rodaje, la actriz se sintió exhausta y, en aquellas primeras entrevistas, no dudó en reconocerlo: “Si parezco asustada, helada y agotada en la película durante las escenas de hundimiento es porque realmente estaba asustada, helada y agotada. Después de tres meses, me sentía físicamente hinchada, magullada y sola sin mi familia. Tuve que seguir pensando para mis adentros: ‘Tú querías esto, ahora solo sigue adelante”.
A pesar de que el rodaje fue duro, la actriz ha declarado recientemente a The Sunday Times que admira el talento del director. En plena promoción de Avatar: El Sentido del Agua, director y actriz, han intercambiado cumplidos y buenos comentarios, así como gestos de cariño. Kate Winslet ha reconocido haberse divertirse mucho rodando la segunda parte de Avatar y parece haber dejado el pasado atrás: “Jim está mucho más tranquilo ahora. No puedo imaginar la presión que vivió en el rodaje de Titanic, con todas aquellas conversaciones en torno a la película. A medida que envejecemos, aprendemos a decir: ‘Cometí un error’. Todos mejoramos en eso, ¿no es así?”. Ni director ni actriz han mencionado la cifra por la que Winslet se ha embarcado en esta nueva travesía con Cameron.
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