El juez Santiago Pedraz y Esther Doña, viuda del marqués de Griñón, se casan
Después de un año de relación, la pareja ha anunciado a través de una exclusiva que contraerá matrimonio el próximo año. “En ningún momento se me ha llamado la atención por mi vida privada”, afirma el mediático magistrado
Hace un año, la sorpresa en la crónica social del verano la daban un juez y una exaristócrata. La viuda del marqués de Griñón, Esther Doña, y el magistrado de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz, hacían público que mantenían una relación sentimental, en una noticia que pillaba a muchos por sorpresa. Pedraz, de 64 años, no es, ni de lejos, un personaje habitual de la prensa rosa, mientras que Doña, de 43, hace años que ocupa las portadas de revistas, tras comenzar su relación con Carlos Falcó (padre de, entre otros, Tamara Falcó) en 2015 y contraer matrimonio en 2017. Sin embargo, durante estos meses, Pedraz y Doña han seguido dejándose ver juntos en paseos y actos sociales y ahora, también de forma inesperada, vuelven a sorprender: se casan.
La pareja ha anunciado su boda a través de una gran exclusiva que lleva a su portada la revista ¡Hola! En un amplio reportaje fotográfico, y también con una extensa entrevista, Pedraz y Doña cuentan cómo fue la pedida de mano, que tuvo lugar este verano en Mallorca, y que pretenden casarse relativamente pronto, a mediados de 2023, y en Madrid, para facilitar que vayan al enlace sus amigos. Doña ha contado que, antes de proponerle matrimonio, Pedraz buscó la connivencia de su madre, algo que emocionó a la futura novia. “Santiago tuvo un detalle muy bonito. En la cara posterior de la carta que me entregó, había escrito: ‘Esta petición está previamente autorizada por doña Marian Morales’. Fue muy emocionante que hablara, antes de dar el paso, con mi madre y la hiciese cómplice de ese momento tan especial”.
Pedraz ya ha estado casado en dos ocasiones, primero con la madre de sus dos hijos mayores, Santiago y Alejandro, y después y durante dos décadas con la periodista y escritora Paula Arenas, con quien tiene otro hijo en común. Pero, más allá de dejarse ver en alguna fiesta, mantenía un perfil muy discreto. Tanto que la revista en la que da la exclusiva le pregunta sobre si esta relación tan mediática con Doña le está suponiendo algún problema. “En ningún momento se me ha llamado la atención por mi vida privada”, afirma él.
El anuncio de la relación entre Doña y Pedraz fue también llamativa. “Estoy aquí, al lado de Esther, porque estoy enamorado y no quiero esconderme. Cuando uno ama, quiere gritarlo a los cuatro vientos”, contaba él, no con poca sorpresa, también en ¡Hola! el pasado septiembre. La pareja se conoció a través del propio Carlos Falcó, como contaron entonces. En una fiesta que dieron años atrás Doña y Falcó, invitaron a Pedraz. Así lo contaba ella a la publicación: “¡Aún no puedo creer cómo empezó! Creo que ya estaba escrito. Hace unos años, Carlos [Falcó] comentó en una reunión con amigos algo que me dejó perpleja: ‘El día que yo no esté, ¡Santiago es el hombre que me gustaría para Esther!”. Sin embargo, ella aseguraba que no recordó aquella anécdota hasta que volvió a coincidir con Pedraz en 2021.
Esther Doña, modelo y empresaria malagueña, fue la cuarta esposa del marqués de Griñón, que para ella fue su segundo marido. Durante sus cinco años de relación (y tres de matrimonio) nunca mantuvo una relación cercana con los hijos del marqués. De hecho, tras la muerte de Falcó a causa del coronavirus en marzo de 2020, decidieron resolver la cuestión de la herencia de la forma más ágil y discreta posible. Mientras tanto, Doña ha aparecido en programas de televisión y ha sacado un libro de memorias donde hablaba de su difunto marido y de su relación y en el que publicaba incluso algunos mensajes que él le mandó cuando se conocieron, una decisión de la que se reafirmó en una entrevista con EL PAÍS puesto que, afirmaba, su marido estaba orgulloso de aquellos mensajes: “Tan orgulloso estaba que los imprimió. No era normal enamorarse por Whatsapp para un aristócrata. Pero quizás, cara a cara, desde el principio, no nos hubiéramos enamorado. A través de ellos, yo pude conocer a la persona. Él era el hombre perfecto, lo único que no era perfecto al principio, era la diferencia de edad, luego, eso dio igual. Nosotras nos enamoramos de la mente, necesitamos admirar a la persona con la que estamos; los hombres, del físico”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.