Muere Nino Cerruti, el diseñador que modernizó el traje masculino y descubrió a Giorgio Armani
El italiano ha fallecido a los 91 años tras las complicaciones derivadas de una operación de cadera
El diseñador italiano Nino Cerruti (Biella, 1930), que revolucionó el armario masculino en los años sesenta y formó a talentos como Giorgio Armani o Narciso Rodriguez, ha fallecido este sábado en Vercelli, ciudad al norte de Italia, a los 91 años. Según un comunicado, el creador ha muerto a raíz de unas complicaciones derivadas de una operación de cadera. Muy respetado y conocido en la industria por su elegancia y amabilidad, a él se le atribuye la modernización del traje masculino, además de brillantes aportaciones a vestuarios cinematográficos tan icónicos como Instinto Básico, Pretty Woman o La joya del Nilo.
Nacido en Biella, uno de los principales centros textiles de Italia, en el seno de una familia dedicada a la producción de lana, un jovencísimo Cerruti abandonó sus estudios de filosofía ante la prematura muerte de su padre para asumir la dirección de Lanificio Fratelli Cerruti, la fábrica que había fundado su abuelo en 1881. Gran conocedor de la fabricación de excelentes telas (afirmó que “Una tela es como un cuadro: de lejos puede parecer un solo color, pero de cerca descubres todas las tonalidades y texturas que la componen”), a finales de los años cincuenta decidió dar un paso más empezando a confeccionar sus propias prendas. Antes de lanzar en 1967 su firma homónima, Cerruti, ya había revolucionado el mercado una década antes con la pionera firma de prêt-à-porter para hombres, Hitman.
A él se le atribuye la invención del traje masculino elástico y plegable, mucho más cómodo que sus predecesores, y también fue un adelantado a su tiempo al deconstruir las chaquetas y teñirlas de estampados florales como los que hoy podrían firmar diseñadores como Dries van Noten. Tras hacerse pública la noticia de su muerte, Carlo Capasa, presidente de la Cámara de la Moda Italiana, lo definió como “el primer diseñador en entender la importancia de la creatividad en la moda masculina y en confiar en un joven diseñador de inmenso talento como Giorgio Armani para cambiar las reglas de la moda”.
Ser mentor de Armani, al que contrató cuando aún era un completo desconocido, es otro de los logros que siempre se señalan al recordar al Signor Nino, como era conocido en la industria. “La noticia de su muerte me produce gran tristeza. Aunque con los años perdimos el contacto, siempre lo he considerado una de las personas que ha tenido una influencia real y positiva en mi vida”, escribió el creador italiano en un comunicado. “Él fue quien forjó mi gusto por la sastrería refinada, al igual que me enseñó la importancia de tener una visión integral, tanto como diseñador como emprendedor. Il Signor Nino tenía una mirada aguda, era genuinamente curioso y atrevido. Lo echaremos mucho de menos”.
Según confesó el propio Cerruti a Suzy Menkes, institución en el periodismo de moda que popularizó su apodo como “filósofo de la moda”, Armani y él “eran como el día y la noche”. “Trabajamos juntos en actualizar el armario masculino, pero se enamoró de un determinado tipo de tejidos que a mí no me gustaba. Yo estaba interesado en telas más deportivas y esa fue la primera gran diferencia entre ambos”. Además de Armani, junto a él también se han formado otros diseñadores de renombre como Narciso Rodríguez, Stefano Pilati o Umit Benan.
Aunque sus aportaciones más reconocidas se desarrollaron en el guardarropa masculino, también influyó en el estilo femenino. No solo vistió a grandes nombres de Hollywood como Catherine Deneuve o Faye Dunaway, también contribuyó a la popularización del traje femenino en la década de los setenta, cuando aún era algo anecdótico. Y en su labor como figurinista, ideó varias de las prendas más icónicas del celuloide: de la minifalda con la que Sharon Stone tenía dificultades para cruzar las piernas en Instinto Básico a algunos de los famosos atuendos de Julia Roberts en Pretty Woman, por nombrar solo algunas de las decenas de películas en las que participó. Con el inicio de sus colaboraciones cinematográficas llegaron también los encargos para hacer trajes a medida a estrellas masculinas como Michael Douglas, Clint Eastwood o Harrison Ford. Incluso llegó a ser sastre durante un tiempo de la mismísima Coco Chanel, que se declaró admiradora de los pantalones que diseñaba.
A finales de los años setenta también lanzó el primer perfume masculino vinculado a la marca, llamado Nino Cerruti, al que siguieron otras innovaciones como la línea deportiva, especialmente apreciada para la ropa dedicada al tenis y al esquí y que vistieron estrellas como el estadounidense Jimmy Connors o el esquiador sueco Ingemar Stenmark. La popularidad de la marca aumentó aún más en 1994, cuando esta fue nombrada diseñadora oficial del equipo Ferrari de Fórmula 1.
Con el cambio de milenio, Nino Cerruti se deshizo del control de su empresa y la vendió a un grupo italiano ahora desaparecido, Fin.Part, que terminó expulsando al diseñador de su propia marca. “Había un conflicto de intereses perpetuo”, reconocería el propio Cerruti más tarde. Su última colección diseñada para la firma fue la de primavera-verano de 2002. Desde entonces, el diseñador centró sus esfuerzos en la empresa textil familiar, Lanificio Fratelli Cerruti, donde mantenía una participación del 20% y ejercía como vicepresidente asistido por su hijo Silvio.
Reconocido por el expresidente de Italia, Carlo Azeglio Ciampi, con la Orden al Mérito en el Trabajo en el año 2000 y considerado como “el más francés de los diseñadores italianos”, Cerruti entendió antes que muchos la importancia de hacer una moda cómoda y fácil de llevar. “Quiero hombres más libres en su elegancia, más elegantes en su libertad”, afirmó en una frase que, la que un día fuera su firma, Cerruti 1881, mantiene hoy como eslogan en su biografía de Instagram.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.