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Amalia de Orange: “No hay escuelas para ser reyes, seré yo misma con un sello personal”

A los 18 años, la heredera del trono holandés accede al Consejo de Estado, se compromete a aprender y espera que pase tiempo suficiente antes de reinar

Princesa Amalia Holanda
La princesa Amalia, custodiada por sus padres, Guillermo y Máxima de Holanda, a su llegada al Consejo de Estado.GTRES
Isabel Ferrer

La princesa Amalia de Orange ha tomado asiento este miércoles en el Consejo de Estado de Países Bajos. No tendrá voto, pero podrá aprender el funcionamiento de las instituciones holandesas, una tarea para la que intentará ser “una buena estudiante, consciente de mi responsabilidad”. Lo ha dicho flanqueada por sus padres, los reyes Guillermo y Máxima, que la miraban emocionados. “Gracias, señor presidente”, le ha dicho a su progenitor, que ostenta allí dicho cargo, sin poder de decisión.

Poco después, algo más suelta, ha declarado ante la prensa que si bien “no hay escuelas para ser reyes, llegado el momento trataré de ser yo misma con un sello personal”. Con 18 años cumplidos este martes, ha sido la primera cita oficial como heredera al trono de su país y ha plantado un tilo en recuerdo de una jornada que marca para ella la ruta de la Corona.

La heredera al trono, Amalia de Orange, ocupa su asiento en el Consejo de Estado holandés.
La heredera al trono, Amalia de Orange, ocupa su asiento en el Consejo de Estado holandés. SplashNews.com (GTRES)

Con un vestido estampado en azul marino y flores blancas, tacón alto y maquillada, la princesa Amalia ha tomado asiento entre sus progenitores. La reina Máxima, que tiene también un asiento sin voto en el Consejo, no ha dejado de sonreír durante toda la reunión, de carácter extraordinario. El rey no ha podido ocultar su emoción, y ha reconocido que su propio acceso al Consejo de Estado a la misma edad le marcó, “y sigo recogiendo hoy los frutos de lo que aprendí”. Su hija ha hecho hincapié en el hecho de que espera “aprender durante mucho tiempo”, ya que podrá asistir a las reuniones del organismo independiente asesor del Gobierno, que es también la máxima instancia administrativa de Países Bajos. Ha aceptado su destino al frente de la jefatura del Estado, pero quiere tener tiempo para ella y para formarse. No se apresura para suceder a su padre. “Espero que no llegue por ahora, ¿eh, papá?”, ha dicho, entre risas. Luego ha añadido esto: “Por lo demás, espero estar lista cuando llegue el momento”.

Después de plantar un tilo en el jardín, ha atendido a la prensa holandesa, y ahí es donde se ha soltado algo más en sus respuestas. Ha subrayado varias veces la importancia de la labor del Consejo de Estado, pero también ha sido espontánea al reconocer que no hay escuelas para reyes. “Es una labor pegada al momento histórico, y me fijaré en el pasado y en el ejemplo de mi abuela, la reina Beatriz [hoy princesa] y de mi padre. En su quehacer y espíritu de servicio. Pero sobre todo en hoy, que es el momento que me ha tocado vivir, para tratar de ser yo misma con un sello personal”. Este organismo, ha añadido aquí, “es un buen lugar para aprender”. En el mismo encuentro con los medios ha dicho que sus ilusiones en la mayoría de edad son las del resto de su generación, “y aunque mi camino sea distinto, tengo por delante una vida de experiencias, como todos los que cumplen 18 años”.

Sus padres, de pie, a su lado aunque un poco apartados, no han hecho comentarios para que la heredera acaparase la atención de su primera rueda de prensa oficial. La pandemia ha modificado sus planes en este año sabático que se ha tomado. Una vez concluido el bachillerato y antes de acceder a la universidad esperaba viajar, pero asegura que ha conocido “a mucha gente interesante” y está “aprendiendo mucho”. Concluida la cita, su madre, vestida de rojo y con un sombrero y guantes de color burdeos, no ha podido evitar decir “muy bien”, mirándola.

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