Tom Ford habla por primera vez de la pérdida de su marido, Richard Buckley: “A veces sigo pensando: ‘Tengo que contarle esto”
El diseñador de moda, que trabajó para Gucci e Yves Saint Laurent, ha publicado en noviembre la segunda edición de su ‘best seller’ y ha opinado recientemente sobre ‘La casa Gucci’
El diseñador de moda Tom Ford ha cumplido 60 este año, dejando atrás un largo recorrido profesional: ha sido director creativo de Gucci e Yves Saint Laurent, lleva a sus espaldas dos películas dirigidas cuyos actores fueron nominados al Oscar y los Globos de Oro y, como proyecto más reciente, ha publicado la segunda edición de su best seller en noviembre (llamado Tom Ford 002). Sus numerosos trabajos no eclipsan su faceta como padre, a la que está actualmente entregado por completo. Podría decirse que lo tiene todo, pero le falta su pilar principal. La pérdida el pasado septiembre de su marido, Richard Buckley, de 72 años, le ha dejado un tremendo vacío del que le cuesta recuperarse. “Ha sido duro después de 35 años juntos, muy duro”, ha confesado el estadounidense en una entrevista para WSJ Magazine. “A veces sigo pensando, ‘Oh, Dios, tengo que llamar a Richard’, o ‘Necesito escribirle una nota contándole esto’. Pero él ya no está aquí”, se ha lamentado.
Durante la entrevista con la revista del Wall Street Journal, Ford ha explicado cómo se está adaptando a la nueva rutina de su hijo de nueve años, Jack. “Hasta hace poco, tenía a Richard para ayudarme por las mañanas. Ha sido un poco complicado este último mes, porque normalmente él le hacía el desayuno [a Jack] en los días de colegio, mientras yo me vestía”, ha relatado. “Pero ahora me he vuelto bastante bueno en compaginar varias tareas”, ha comentado, orgulloso de sus progresos.
El director de Animales Nocturnos ha afirmado que, aunque se trate de un asunto cotidiano para cualquier familia, no deja de suponer “un desafío”: “Es un reto levantarle, vestirle, prepararle su almuerzo, su desayuno, hacer todas mis cosas y luego llevarlo a la escuela a las 7.45 de la mañana. Pero eso también significa que estoy en mi oficina ya activo y despejado a las 8.10, así que empiezo bien el día”, ha concluido, asumiendo que, a falta de la ayuda de su marido, ha conseguido adaptarse a la rutina.
Fue en un desfile de 1986 cuando Ford y Buckley se conocieron, con 25 y 38 años respectivamente. Según el modisto, ya entonces le fascinó. Pero no fue hasta 10 días más tarde cuando su destino se unió en un cruce fortuito en un ascensor. Ocurrió en las oficinas de Women’s Wear Daily, a las que el diseñador acudió por un encargo laboral y donde trabajaba el periodista. En sus propias palabras, cuando acabó el corto trayecto sabía que Buckley era la persona a la que quería tener toda la vida a su lado. Ford ya contó en una entrevista en televisión en 2016 que aquello había sido “literalmente amor a primera vista”, como recogió la revista People.
Ford, que actualmente trabaja el lujo en su máxima expresión, formó parte durante cuatro años de la firma de moda italiana Gucci (desde 1999 hasta 2004). Y en ese puesto ha sido interpretado por el actor estadounidense Reeve Carney en la reciente gran producción de Ridley Scott, La casa Gucci, donde se refleja el importante papel que tuvo para la misma en ese periodo. Y por ello no ha podido contenerse al opinar sobre la película hace unos días: “Me sentí como si hubiera vivido un huracán cuando salí del cine. ¿Fue una farsa o una apasionante historia de codicia? A menudo me reía a carcajadas, pero ¿se suponía que debía hacerlo?”, ha escrito el diseñador en el diario Air Mail, que confesó haber formado parte del testimonio que recoge el libro The House of Gucci: Una historia sensacional de asesinatos, locura, glamour y codicia, escrito por la autora Sarah Gay Forden y en el que se basa la película.
Si bien el diseñador alaba la fotografía y el vestuario utilizado, no ha dudado en trasladar su opinión sobre los papeles, que considera lejos de la realidad. “Como ocurre con la mayoría de las películas basadas en una historia real, los hechos se alteran, los personajes se exageran, las líneas de tiempo se deforman y, al final, ¿a quién le importa mientras estas alteraciones produzcan una gran película?”, ha expresado, comparando la producción de Scott con la serie Dinastía, pero “con mayor presupuesto”.
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