Isabel Gemio, polémica y venganza
La comunicadora ha pasado de la primera línea informativa a realizar entrevistas en YouTube. La que hizo a María Teresa Campos ha sacado a la luz viejas rencillas
Isabel Gemio poco podía imaginar que sus intentos de permanecer en la profesión que la convirtió en uno de los rostros habituales de la televisión y de las voces diarias de la radio durante casi 30 años, la devolvería a primera línea en los medios pero siendo ella la protagonista de la noticia. La comunicadora se ha visto zarandeada por la polémica que ha levantado la entrevista que realizó a María Teresa Campos y que se emitió a través del canal de YouTube, Charlas con alma, en el que Gemio mantiene encuentros con personajes de la actualidad.
El canal, que cuenta con 11.300 suscriptores, y donde la periodista ha publicado conversaciones con personajes como la política Cayetana Álvarez de Toledo, el padre Ángel o la escritora y filósofa Elsa Punset, era bastante desconocido y las visitas a sus contenidos fluctuaban entre poco más de 2.200 visualizaciones a las más de 46.000 que acumuló su charla con la controvertida diputada y exportavoz en el Congreso de los Diputados del Grupo Parlamentario Popular. Un intento, como el de tantos otros profesionales, de continuar en activo como periodista en una profesión castigada por la crisis y por el cambio de modelo y de hacerse un hueco a través de las nuevas plataformas.
Sin embargo, la semana pasada, Isabel Gemio entrevistó a otra periodista popular, María Teresa Campos, como ella retirada a la fuerza de la televisión y también entrevistadora con su propio canal de YouTube. El choque de trenes fue inmediato entre ellas y la polémica posterior carne de disección en los programas de televisión que se alimentan de este tipo de enfrentamientos. Gemio ha vuelto a experimentar un pico de audiencia en su nueva etapa profesional, ya que la entrevista supera hasta el momento las 284.000 visualizaciones, pero a cambio antiguos compañeros le han devuelto duras críticas por sus preguntas a Campos que no terminan de ocultar antiguas rencillas. La caja de los truenos ha destapado que el éxito de Isabel Gemio en la radio y la televisión no era parejo a la relación con los equipos que han trabajado con ella, porque objetivamente la entrevista con Campos puede ser mala pero no sangrienta. La polémica más bien tiene que ver con una frase que pronunció al respecto Jorge Javier Vázquez en el programa que conduce en Telecinco: “Siempre se acaba pagando de una manera u otra la forma en que tú te has portado con los demás”.
Isabel Gemio nació en Alburquerque, Badajoz, el 5 de enero de 1961, estudió Arte Dramático y comenzó a trabajar como periodista en Radio Extremadura, en un programa de la Cadena Ser dedicado a los universitarios. Algo le enganchó de aquella experiencia porque la comunicación llegó a su vida para quedarse. En Radio Barcelona, bajo el nombre de Isabel Garbí presentó varios programas, La chica de la radio, Cita a las cinco, El Diván..., pero su suerte comenzó cuando desembarcó en televisión en 1984, donde copresentó con Andrés Caparrós un concurso infantil bautizado Los sabios. En los siguientes años saltó de la radio a la televisión con distintos proyectos, pero el gran cambio en su popularidad y también en su caché, se lo debe a tres programas que fueron sucediéndose en Antena 3: Lo que necesitas es amor, Sorpresa, ¡Sorpresa! y Hay una carta para ti. Durante la década que va desde 1993 hasta 2004, la audiencia acompañó a su trabajo y Gemio ganó fama y dinero.
La televisión en horario de máxima audiencia desapareció del horizonte de Gemio como llegó y ella regresó a sus inicios, a la radio, donde durante casi 14 años fue la conductora del programa Te doy mi palabra, en los fines de semana en la emisora Onda Cero. Los intentos por volver a la pequeña pantalla no han resultado exitosos, Onda Cero dio por terminada su relación laboral con ella en diciembre de 2017 y desde entonces Isabel Gemio intenta encontrar su sitio en una profesión que no anda sobrada de amabilidad con los que van acumulando años a sus espaldas. Por medio han existido episodios personales que no han hecho fácil su camino: un divorcio del escultor cubano Julio Nilo Manrique y la enfermedad rara de uno de sus dos hijos, Gustavo, que padece una dolencia poco frecuente: distrofia muscular de Duchenne.
Ella misma ha contado que la enfermedad de su hijo dio “un giro de 180 grados” a su vida y que parte de sus esfuerzos se centraron en su hijo y en la fundación que creó con su propio nombre para promover la investigación de las distrofias musculares y enfermedades raras. Pero eso no le ha librado ahora de unas críticas que se antojan exageradas respecto a la entrevista de marras. “Lo de su hijo es un sufrimiento tremendo pero hay otras muchas personas que pasan por problemas duros, el de Isabel Gemio es que no actúa de forma solidaria con sus equipos”, afirma una persona que trabajó con ella hace varios años. Ahí está la clave del tono de la polémica actual: muchos de sus antiguos compañeros argumentan que tuvo más suerte que inteligencia, que intentaba ser simpática pero no podía porque no sabe ser empática y que “su soberbia en el trabajo diario hacía encogerse a los equipos y no ser libres a la hora de ejercer su labor creativa”.
“No es normal que tanta gente piense mal de ti”, argumenta otro de sus antiguos compañeros. Las viejas rencillas, esas que hacían que Gemio fuera una con los jefes y otra con los que estaban por debajo de ella, han salido a flote ahora. Y ella no ha encontrado otra forma de pararlas que intentando defenderse afirmando que no hubo saña ni intención de tenerla en la entrevista con María Teresa Campos –argumento bastante creíble– y pidiendo llorosa que “la dejen vivir en paz”. Algo a lo que por cierto tienen derecho ambas divas porque, cada una a su manera, se ganaron el éxito en los programas que les convirtieron en rostros asiduos y populares de la televisión.
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