C. Tangana y el gotelé
Sorprende que aflore algo tan viejuno como lo de despachar a la antigua pareja. Sobre todo porque en la historia de la música pop española, la figura de la ex es muy importante
Encuentro propio de la rareza de este 2020 que hacia su final, dos astros decidan unirse. Saturno y Júpiter, dos gigantes gaseosos de nuestro sistema solar se han conjuntado el mismo día del Gordo de Navidad y casi el mismo que escogió Mateo Verdasco Boyer para nacer, quien llegó al mundo un día antes. Las tres noticias me parecieron felices en este año donde casi todo fue malo. Y pensé que quizás el 2020 tendrá más de positividad de lo que hasta ahora le hemos reconocido. Los americanos se quitaron a Trump de encima, por ejemplo. A Boris Johnson, su acólito en este continente, se le estropeó bastante la fiesta con la covid y el túnel. El confinamiento nos hizo reflexionar sobre el propio sistema lleno de agujeros negros e injusticias y virus.
Después de reflexionarlo, Sara Carbonero ha regresado a la radio, con ilusión, y su marido Iker Casillas acaba de anunciar su reincorporación al Real Madrid, esta vez como adjunto al director de su fundación. Como si ese desierto que ambos tuvieron que atravesar tras la salida del portero del club, los regresara por fin a casa, cerrando un ciclo. Es casi otra alineación astral. Abre una nueva etapa e Iker aparece con mejor imagen, guapo, con más pelo. Y junto a ellos, siguiendo este fenómeno de alineaciones planetarias, Paloma Cuevas podría estar conjuntándose con un médico experto en operaciones de cadera. ¡Qué atinado! Porque tarde o temprano, seas torero, estudiante o esposa modélica las caderas se estropean, del uso. O del abuso.
Todo es bueno hasta que leemos la revista Rockdelux y nos sorprende C. Tangana referirse de una manera un pelín áspera acerca de Rosalía, que aparte de ser otra fulgurante estrella musical como él mismo, fue su compañera sentimental hace años. Ay, el morbo que sentimos por los ex muchas veces creo que tiene que ver más con el capitalismo que con el comunismo. En el capitalismo crecemos con la idea de la mejor opción y el recambio. En el comunismo te aguantas con lo que hay. En el caso de C. Tangana sorprende que aflore algo tan viejuno como lo de despachar a la antigua pareja. Sobre todo porque en la historia de la música pop española, la figura de la ex es muy importante. Antes de C. Tangana y Rosalía, teníamos a Chenoa y Bisbal, por los que lloramos en directo y en directo igualmente asistimos a la famosa cobra del cantante almeriense hacia nuestra querida Laura. Por Paula Echevarría, Bustamante también sufrió lo suyo. Y antes de todos ellos, Isabel Preysler y Julio Iglesias son también dos astros del tamaño de Saturno y Júpiter que, pese a estar desalineados hace décadas, cada uno girando en su propia órbita, resurgen como referencias históricas ineludibles.
Las declaraciones de C. Tangana traslucen que posiblemente no le agrade tanto el éxito internacional que cosecha Rosalía cada día. La compara con la Coca-Cola y a muchos les ha parecido un superelogio pero es probable que quiera señalarla como excesivamente comercial. Además, los jóvenes ya no beben tanta Coca-Cola como antes. Preocupa que advierta que la “gente dejará de ver a Rosalía en las manchas del gotelé”, en parte porque el rugoso gotelé siempre ha sido muy debatido por los exquisitos, lo que también pasa con el estilo musical de la antigua pareja. Y no es de recibo desearle a tu ex que se le agote su popularidad.
Lo que es bueno, resiste. Como el propio gotelé, por ejemplo. Hubo un instante, a principios de este siglo, que nos opusimos a esa forma de acabado porque nos sentíamos tan superiores, tan ricos, que veíamos esas paredes y nos recordaban un poco el subdesarrollo en color vainilla. Sin percatarnos, esa antipatía al gotelé lo hizo más resistente, más exitoso. Como todos deseamos que nos haga el 2020. Más resistentes. Más favorecidos por la conjunción astral.
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