Las desconocidas hijas del polémico rey de Tailandia
Maha Vajiralongkorn presume de sus princesas: la primogénita estudió Derecho en Estados Unidos y trabaja en la Fiscalía General; la menor se ha centrado en el mundo de la moda y el deporte
Entre los súbditos postrados a sus pies, el rey de Tailandia encontró de pronto una cámara de televisión. Él, pese a ser un semidiós poco acostumbrado a dar explicaciones, prestó oídos a la afilada pregunta del reportero de la CNN. “Esta gente le ama pero, ¿qué les dice a los manifestantes que piden reformas?”. “Los amamos a todos por igual”, concedió Vajiralongkorn, en la primera respuesta a un medio de comunicación desde que accedió al trono. Acto seguido, la princesa Sirivannavari, que miraba lo sucedido con cara de pocos amigos, salió al paso interponiendo la mano ante el micrófono y con un agradecimiento finiquitó el canutazo.
Tanto ella como su medio hermana mayor, la princesa Bajrakitiyabha, acompañaron a su padre durante su baño de multitudes del domingo en Bangkok, pese a que el descontento social a causa de su polémico comportamiento se vuelve cada vez más mayoritario. La historia de ambas jóvenes es fiel reflejo de la frenética vida amorosa del monarca.
La reina madre Sirikit, viuda –y prima– del difunto rey Bhumibol, tenía la aspiración de lograr que la estirpe Kitiyakara, a la que ella pertenece, se convirtiera en el linaje imperante en la familia real tailandesa. Por eso en 1977, cuando el por entonces príncipe heredero Vajiralongkorn tenía 25 años, arregló su matrimonio con su descendiente –y también prima– Soamsawali Kitiyakara. Fruto de esta unión nacería, un año más tarde, la princesa Bajrakitiyabha.
La primogénita cursó su educación en el extranjero, hasta completar un posgrado en Derecho en la prestigiosa Universidad de Cornell de EEUU. A partir de entonces comenzó una carrera diplomática, cuya primera parada fue la representación de Tailandia ante las Naciones Unidas en Nueva York. Entre 2012 y 2014 sirvió como embajadora del país en Austria, hasta que en 2016 regresó a Bangkok para incorporarse como abogada a la Fiscalía General.
Sin embargo, el devenir doméstico de sus progenitores no resultó tan modélico. Vajiralongkorn pronto demostró que no era un hombre de familia ni de compromiso y abandonó a su mujer por la aspirante a actriz Yuvadhida Polpraserth. Esta le dio cinco descendientes, cuatro de ellos varones. La última fue una chica: la princesa Sirivannavari. Dos años después de su casamiento, Yuvadhida se fugó al Reino Unido con sus hijos, por lo que a todos ellos se les retiraron sus títulos reales y sus pasaportes. La princesa, a diferencia de sus hermanos, permaneció en Tailandia con su padre por motivos que nunca han trascendido.
A diferencia de su medio hermana, Sirivannavari se ha centrado en el mundo de la moda y el deporte. Tras cursar un máster en Francia sobre el mundo de la costura, fue invitada a mostrar sus diseños en el Semana de la Moda de París de 2007. Además, también ha representado a Tailandia como jugadora de bádminton en los Juegos del Sudeste Asiático de 2005, en los que se llevó el oro; y como jinete ecuestre en las ediciones de 2013 y 2017.
Ninguna de las dos, no obstante, se sentará en el trono. El presunto número uno en la línea de sucesión es el príncipe Dipangkorn Rasmijoti Sirivibulyarajakumar, un chico de 15 años, hijo de Srirasmi Suwadee, tercera esposa de Vajiralongkorn y repudiada en 2014. Se sospecha que el joven, que nunca ha dicho más que unas pocas palabras en público, padece autismo o algún otro trastorno cognitivo. Por este motivo, muchas voces apuntan a que, cuando llegue el momento, la princesa Bajrakitiyabha podría actuar como regente. Hasta entonces, ambas princesas seguirán acompañando a su padre.
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