Eugenia Martínez de Irujo: “Estoy en el mejor momento de mi vida”
La menor de los hijos de la duquesa de Alba asegura que los cuatro meses que pasó durante el estado de alarma fueron los más felices y que en ellos recuperó su afición por la pintura
Eugenia Martínez de Irujo ha tenido muy presente estos días a su madre a través de la pintura. “Me acuerdo perfectamente pintando con un cuaderno en su cuarto”, rememora en conversación telefónica con EL PAÍS desde su casa en Madrid. El estado de alarma la sorprendió con su pareja, Narcís Rebollo, en la finca que posee a unos 30 kilómetros de Sevilla. “Con dos chándales pasé los cuatro meses, felices de la vida”, ríe. En el estudio de su madre cogió el pincel después de mucho tiempo y retomó esa afición que las une y que ha culminado el pasado fin de semana en una exposición que se celebró los días 23 y 24 cuya recaudación ha ido destinada a la Fundación Querer. Cercana y feliz explica que se encuentra en el mejor momento de su vida “en todos los aspectos”.
La menor de los seis hijos que la duquesa Cayetana de Alba tuvo con su primer marido, Luis Martínez de Irujo, pide nada más comenzar la entrevista que se la tutee. Eugenia Martínez de Irujo aclara que no tenía en mente hacer nada con su obra. “Siempre me ha dado mucho respeto todo el mundo del arte y me parecía una osadía por mi parte hacer una exposición", resalta. Pero los cuadros se le fueron acumulando y quiso ayudar ante la situación por la covid. El pasado sábado solo faltaban por vender cuatro de los 60 cuadros que ha expuesto en el espacio Valverde. Y el domingo abrieron una página web con otras pinturas no incluidas en la exposición que están a la venta con el mismo fin benéfico.
Esta afición ha supuesto “alegría y color en estos momentos tan tristes y oscuros”, destaca la duquesa de Montoro. Sobre todo, hace hincapié en ese elemento que la une a su madre. “La pintura de mi madre me encantaba por el colorido y por esos bodegones tan especiales que hacía”, afirma. La benjamina de la familia tiene un recuerdo distinto al de la madre ocupada y estricta que han descrito otros de sus hermanos. Con ella centró su cariño y fue una presencia muy cercana en su infancia. Por ello, a menudo los medios la describen como la heredera de ese espíritu artístico, moderno y ligeramente transgresor que caracterizó a la duquesa de Alba —portadora del título de mayor raigambre de la nobleza española y la mujer que más títulos nobiliarios acumulaba en la misma persona—. Y Martínez de Irujo se muestra encantada por esta comparación: “Para mí es un orgullo”.
“Tengo un arlequín que ella pintó muy jovencita [con solo 13 años] y que me regaló a mí. Justo pinté uno yo ahora en el confinamiento, en cartulina, más pequeño, el de mi madre es un óleo y yo lo he hecho en acrílico. Es un regalo que le voy a hacer a mi hija porque así el día de mañana tendrá el de su abuela y el de su madre”, cuenta. El pasado abril compartió una imagen del cuadro de la duquesa de Alba en su cuenta de Instagram, donde tiene más de 233.000 seguidores. En esta red social también se ha hecho eco de su propia obra, centrada en la naturaleza y los animales, su gran pasión. Rodeada por el paisaje de su finca en Sevilla, el amanecer la pillaba ya, desde las seis o las siete de la mañana, pincel en mano.
Su infancia transcurrió por los pasillos del Palacio de Liria rodeada de obras de arte y belleza, y aunque de pequeña no era muy consciente, ahora sabe bien que es una privilegiada. De su infancia recuerda estar con su madre y sus hermanos. “Los más pequeños, claro, con los mayores nos hemos empezado a conocer mucho más tarde. Es normal, con el mayor me llevo 20 años. Pero ahora nos llevamos todos súper bien. Yo los quiero muchísimo”, añade alejando cualquier polémica sobre su relación con Cayetano Martínez de Irujo —el hermano al que siempre se ha dicho que estaba más unida— tras la publicación de su libro, De Cayetana a Cayetano.
El arte y la cultura también la une a su pareja, Narcís Rebollo, presidente de Universal Music en España y Portugal. Ambos celebrarán el próximo mes su tercer aniversario. “Pero me da mucha pena, porque siempre lo celebramos en Las Vegas, que es donde nos casamos y este año no va a poder ser”, se lamenta. Se conocieron en un concierto e hicieron su primera aparición pública en la Feria de Abril de 2017. Ese mismo año aprovecharon un viaje de trabajo del productor musical para enfundarse los trajes de Elvis y Marilyn y darse el “sí quiero”.
Este alocado enlace nada tuvo que ver con el primer matrimonio de Eugenia Martínez de Irujo con el torero Francisco Rivera. Esta ceremonia, mucho más clásica, se celebró en la catedral de Sevilla el 23 de octubre de 1998. Sin embargo, la relación acabó cuatro años después. Ambos comparten ahora una hija, Cayetana Rivera, de 21 años, quien acompañó a su madre durante la inauguración de la exposición. Eugenia Martínez de Irujo no se prodiga sobre su pasado, sino que tiene la vista en el presente. Por ahora, aunque la pandemia ha retrasado el lanzamiento de su nueva colección de joyas, afirma que siempre ha sido muy casera y el confinamiento no ha trastocado demasiado su día a día. “Me encanta estar en casa, me gusta estar con mis amigos de toda la vida y rodeada de mi gente”.
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