El inusual Festival de Málaga: sin alfombra roja por la falta de actores y con mascarilla
La cita cinematográfica ha perdido el glamur de otras ediciones por el conoravirus y la imposibilidad de que las estrellas viajen a la ciudad
Acostumbrados a esperar durante horas entre una maraña de compañeros, los fotógrafos que cubren el festival de Cine de Málaga trabajan este año más tranquilos que nunca. Y no solo porque hay menos medios de comunicación acreditados que en otras ediciones, también porque el número de famosos que pasean ante sus cámaras ha quedado muy reducido. Apenas una decena de actores y actrices posan cada tarde en el photocall que sustituye este año a la tradicional alfombra roja frente al Teatro Cervantes, ADN del festival. La cita incluso se canceló el martes ante la ausencia de los equipos de las dos películas de la Sección Oficial, que no han podido viajar desde Latinoamérica. Una situación sin precedentes para un festival que tenía uno de sus principales argumentos en clave social y que en 2020 ha tenido que renunciar a ello por la crisis sanitaria.
“Es el reflejo de lo que nos ha traído la pandemia: frialdad y distancia”, dice una responsable de prensa de una de las películas a concurso, que echa de menos “el bullicio, los corrillos, los encuentros y los abrazos”. Las enormes listas que se repartían entre los medios con los nombres de los participantes en el paseíllo frente a las cámaras de cada año se han quedado esta vez en apenas un par de líneas. “Se nota que ahora los equipos viajan a Málaga para presentar sus películas y permanecer allí el mínimo tiempo posible”, cuenta una jefa de prensa que lleva más de una década visitando el festival. “Me ha dado mucha pena perder el calor del público malagueño, de todo ese ambiente de las alfombras, del hotel”, añade, aclarando que “es lógico que no se produzca, pero le quita vida al festival”.
Aun así, ha habido momentos que han recordado a otros años. Como el habitual desparpajo de Juana Acosta el pasado viernes, día en el que presentaba la gala inaugural, o la sorpresa de Paz Vega dejándose fotografiar en compañía de su hija, Ava Salazar. Ambas han rodado estos días La Casa de Caracol en tierras malagueñas, película con la que la pequeña de 11 años se estrenará en el cine. Otros actores como María Botto, Verónica Echegui, Luis Tosar, Ruth Díaz, Ernesto Alterio, Irene Visedo, Raúl Arévalo y su pareja Melina Matthews, Miguel Herrán, Jesús Castro, Kiti Mánver y Carolina Yuste han puesto la nota de color a este inusual Festival de Málaga. Pero es esto o nada, porque sin los numerosos protocolos y medidas de seguridad la cita no hubiera podido celebrarse. Por eso desde San Sebastián o Valladolid tienen sus ojos puestos en Málaga para conocer sus aciertos y errores.
Ya lo advirtió Juan Antonio Vigar, director del Festival de Cine de Málaga que el de este año sería un “festival amable y seguro, donde prime la exhibición sobre el evento social”. Quizá le faltó explicar también a los invitados que las temperaturas de la capital de la Costa del Sol no son las mismas en marzo —fecha inicial de la cita, que tuvo que ser cancelada a causa del coronavirus— que en agosto. “Dan muchas ganas de ir a la playa, pero no hay tiempo”, decía entre sudores uno de los homenajeados, Carlos Marques-Marcet. Tampoco ha habido espacio para las habituales fiestas nocturnas del certamen, que era mejor evitar para que no surgieran los temidos brotes. Algunas han sido sustituidas por cenas. “Nos hemos bebido dos vinos, perdonadnos”, decía una divertida Candela Peña en la gala de inauguración mientras esperaban a Iciar Bollaín, perdida entre los pasillos del backstage de camino al escenario para presentar su película, La boda de Rosa.
El sector, eso sí, ha agradecido a la organización que el certamen se esté celebrando, que se demuestre que el cine puede seguir adelante y que las salas son lugares seguros. Ahí arrecian algunas críticas, pero no contra la organización. “Da mucha tristeza ver las salas tan vacías [por la reducción obligatoria de los aforos] cuando para llegar a Málaga he tenido que viajar en un avión con gente pegada a menos de 5 centímetros”, cuenta la representante de una actriz, que celebra que el festival haya salido adelante a pesar de las circunstancias, como han hecho la mayoría de quienes han ofrecido ruedas de prensa durante el certamen. Con mascarilla y sin apenas famosos, pero se puede.
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