Pedro Sánchez veranea en La Mareta, una casa con historia para la familia real
El rey Hussein de Jordania se lo cedió a don Juan Carlos, que tuvo que presenciar en el palacio la muerte de su madre. Aznar y Zapatero también han disfrutado de sus instalaciones
Después de un curso político difícil marcado principalmente por la crisis del coronavirus y por la decisión del rey emérito don Juan Carlos de abandonar España, Pedro Sánchez ha decidido cogerse sus vacaciones de verano e instalarse en el palacio de La Mareta. El presidente del Gobierno aterrizó en la isla de Lanzarote este miércoles y permanecerá en esta residencia de lujo del municipio de Teguise hasta el 11 de agosto, acompañado de su esposa, Begoña Gómez, y sus dos hijas, Carlota y Ainhoa, además de su perra Turca.
No es la primera vez que la familia del jefe del Ejecutivo se hospeda en el edificio principal de este recinto de 10.000 metros cuadrados. Ya lo hicieron para celebrar la Nochevieja de 2018, tras pasar la Navidad en la finca de Las Marismillas, en el Parque Nacional de Doñana. Allí disponen de dos dormitorios con terraza, dos baños, una piscina, amplios jardines, canchas deportivas y un helipuerto. Pero puede que lo más atractivo de este lugar sea su acceso directo a la playa. La Mareta debe su nombre al agua que se recogía allí antes de edificarse. Se trata de una antigua casona al borde del mar que fue remodelada por el artista local César Manrique, que le imprimió el sello de la arquitectura local: escasa altura y fachadas blancas con puertas y ventanas verdes.
Desde hace cinco años la residencia se puso al servicio de los intereses turísticos de España por expreso deseo del rey Felipe. La intención del monarca era hospedar en el palacio a mandatarios o representantes de instituciones internacionales o relevantes figuras de sectores como la cultura. De esta manera disfrutarían de las instalaciones y contribuirían a la promoción y refuerzo de la marca España, especialmente de Canarias y Lanzarote. Por este motivo, Sánchez no es el primer presidente que ha dormido en el inmueble; también han descansado allí José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero. Otros visitantes ilustres que han disfrutado de sus instalaciones han sido el canciller alemán Gerhard Schröder, el presidente checo Václav Havel y el presidente de Kazajistán Nursultán Nazarbáyev.
Antes de la decisión que Felipe VI tomó en 2015, La Mareta fue una cesión del el rey Hussein de Jordania a Juan Carlos I en 1989, por lo que las instalaciones pasaron a formar parte de Patrimonio Nacional. El monarca hachemita mandó construir el palacio a finales de los años setenta, pero nunca se hospedó en él, a pesar de sus frecuentes visitas a la isla canaria. Uno de sus hijos fue el único miembro de la familia real jordana que utilizó la residencia para disfrutar de su luna de miel.
Una vez pasó a estar en manos del rey emérito, por allí han pasado también otros personajes reconocidos. El primer mandatario que utilizó La Mareta fue el excanciller alemán Helmut Kohl, que se alojó en ella durante la cumbre hispano-alemana celebrada en Lanzarote en mayo de 1992. En agosto de ese mismo año pasaron tres semanas en La Mareta el expresidente de la URSS, Mijail Gorbachov y su esposa Raisa, quienes cada tarde efectuaban prolongadas marchas a pie a lo largo del litoral de Costa Teguise.
Para la propia familia real española La Mareta ha sido un lugar importante en sus vidas. Aquel fue su refugio tras la muerte de Don Juan, el conde de Barcelona, en 1993. Siete años después celebrarían el Año Nuevo con la familia al completo: los reyes eméritos, el entonces príncipe Felipe, las infantas Elena y Cristina con sus maridos y sus primogénitos; las hermanas de don Juan Carlos, Pilar y Margarita de Borbón, con sus respectivas familias y la hermana de doña Sofía, Irene de Grecia. Con ellos celebró las fiestas también doña María de las Mercedes, la madre de don Juan Carlos. A su llegada posaron frente a la residencia; unas imágenes en las que el entonces jefe del Estado empujaba la silla de ruedas de la matriarca, aquejada desde hacía varios años de la cadera. Fue la última instantánea de doña María junto a su familia. Unas vacaciones de Navidad que tuvieron un triste desenlace. El 2 de enero de 2000, la madre del monarca falleció. La muerte le sorprendió mientras descansaba después de haber almorzado con sus hijos, nietos y bisnietos. Sufrió una parada cardiorrespiratoria.
Fue un momento desagradable. Pero aquella situación no impidió que la realeza regresara de nuevo a La Mareta. Don Felipe y doña Letizia, cuando todavía eran los príncipes de Asturias, pasaron allí las vacaciones navideñas con su hija Leonor. Era 2005 y la princesa había nacido unos dos meses antes, por lo que este era su primer viaje fuera de Madrid. En noviembre de ese mismo año los reyes eméritos se alojaron en el palacio durante su visita a las islas de Lanzarote, Gran Canaria y Tenerife.
Ahora los inquilinos durante el periodo estival son los miembros de la familia del líder socialista. Su esposa y sus hijas han pasado antes unos días en Mojácar, Almería, su habitual lugar de vacaciones, mientras que Sánchez ha permanecido en la capital española hasta esta misma semana.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.