Genoveva Casanova, la amiga de todos, en entredicho

Cuando hace 20 años Genoveva Casanova llegó desde su México natal a España para pasar un temporada no podía ni imaginarse que su vida fuera a dar un vuelco total. Conocer a Cayetano Martínez de Irujo, con el que viajó a Kenia, y quedarse embarazada de gemelos fue el inicio de todo. La pareja decidió afrontar la paternidad a la vez que comenzaban su vida en común solo unas semanas después. Tiempos difíciles, como ellos mismos han contado, pero recompensados con la llegada de Amina y Luis. Se casaron en Sevilla, como la duquesa de Alba quería, pero su matrimonio se rompió por el diferente estilo de vida que llevaban. Eso sí, Genoveva siempre contó con la protección de quien fue su suegra de la misma manera que sigue teniendo el apoyo de su exmarido. Ambos se apoyan en los momentos complicados, como en las operaciones quirúrgicas de él o en la pandemia, cuando ella pudo disponer para el aislamiento de la casa que Cayetano heredó de su madre en San Sebastián. Estar en la familia Alba ha permitido a Casanova acceder a un exclusivo círculo de amigos entre ellos, Enrique Ponce y Paloma Cuevas.

La separación del matrimonio del torero ha revuelto la paz que rodeaba su vida cotidiana y el tsunami se ha llevado por delante muchas cosas. En uno de los vértices se halla sin quererlo Genoveva Casanova. En el programa Viva la vida de Telecinco se la relacionó con el torero no solo como amiga. Casanova ha reaccionado con abogados de por medio. “En relación a la información difundida en el programa Viva la vida de la cadena Telecinco el pasado 5 de julio sobre una supuesta relación entre Enrique Ponce y Genoveva Casanova debemos rectificar la citada información por ser falsa y engañosa queriendo dejar claro que nunca ha existido relación sentimental entre la Sra. Casanova y el Sr. Ponce y lamentamos los daños y perjuicios causados por su publicación”, dicen los letrados en un comunicado. En caso de que la rectificación no se produzca, la afectada amenaza con emprender acciones legales. Cuando estas afirmaciones se hacían en la televisión, ella se dejaba ver por las calles de Madrid con Gonzalo Vargas Llosa, que fue su pareja en el tiempo en que el escritor fue galardonado con el premio Nobel. Casanova formó parte del grupo de acompañantes que acudieron a la recogida del premio. La relación con Gonzalo se acabó pero no la amistad. Casanova sabe convertir como nadie el amor en amistad.

Lo mismo le pasó con el cantante Luis Miguel. El artista también fue su pareja. Les presentaron Enrique Ponce y Paloma Cuevas, que fueron sus cómplices para que su relación pasara los más inadvertida posible. Se movían en el avión privado de Luis Miguel y se escondían en una de las fincas del torero cuando no viajaban por el mundo.

Casanova pertenece a una pandilla de amigos famosos en la que están desde Ponce y Cuevas, a la joyera Cristina Yanes y su esposo José Luis Santos, la actriz Lydia Boch, el matrimonio Mijatovic, Ramón García y su esposa Patricia Cerezo, María Zurita o Carolina Adriana Herrera.

Se ha ganado la vida trabajado como imagen de varias firmas de moda y joyería y, además, ha seguido estudiando. También anunció hace unos meses que estaba escribiendo dos libros: “uno filosófico de lo que he estudiado sobre las empresas que se valoran por su impacto social” y otro más personal “la historia de mi padre, que es veterano de la guerra de Vietnam, estuvo los años 1967-68″.

Pero en estos momentos su principal tarea es intentar que esa imagen de mujer comprometida con causas sociales, madre entregada y amiga fiel, no se empañe porque su nombre se haya mezclado en el culebrón del divorcio del año.