De cómplice de Melania Trump a su mayor amenaza
Stephanie Winston anuncia un libro en el que hablará de la primera dama y desvelará los trapos sucios del matrimonio presidencial tras su repentina destitución como asesora
Después de que Mary Trump, la sobrina de Donald Trump, haya puesto patas arriba la armonía en la familia del presidente estadounidense por la próxima publicación del libro Demasiado y nunca suficiente: cómo mi familia creó al hombre más peligroso del mundo, en el que habla del lado más oscuro del mandatario, un nuevo texto amenaza ahora con desvelar los trapos sucios de Melania Trump. Su autora es Stephanie Winston Wolkoff, la que fuera asesora de la primera dama y quien se encargó de organizar la toma de posesión de Donald Trump. Sin embargo, poco después del acto de investidura, Stepahnie Winston abandonó la institución sin mayor explicación y ahora, casi cuatro años después, va a publicar Melania y yo, donde habla de su amistad con la esposa del presidente y de su repentina destitución. Está previsto que el libro salga a la venta el 1 de septiembre en Gallery Books, una sucursal de Simon&Shchutster, la editorial encargada de la publicación del texto de la sobrina de Donald Trump que, aunque su lanzamiento se esperaba para el 28 de julio, ha causado tanta expectación que se ha adelantado dos semanas y verá la luz el próximo 14 de julio.
Se avecina una gran tormenta en el seno de la Casa Blanca pues, según adelanta The Daily Beast, que ha tenido acceso a parte del contenido del texto de Stepahnie Winston, el libro contiene “revelaciones explosivas” sobre Melania Trump. Stephanie Winston Wolkoff, hija adoptiva del heredero de las famosas joyerías Harry Winston y antigua organizadora de eventos de Vogue, incluida la fastuosa gala del Met, conoció a Melania Trump en Nueva York en 1998, año en el que comenzó a forjarse su amistad.
Stephanie se ganó el apelativo de “general Winston” —puesto por la todopoderosa de la moda Anna Wintour— por manejar con mano de hierro la lista de invitados de la gala del Met, que suele reunir a más celebridades que los Oscar, los Grammy y todas las semanas de la moda juntas. Tras dejar Vogue, Winston ejerció dos años como directora de moda del Lincoln Center, lo que en la práctica implica supervisar la Semana de la Moda de Nueva York, para después centrarse en aupar la imagen de Melania Trump como primera dama. Una tarea nada fácil teniendo en cuenta lo alto que dejó el listón su predecesora, Michelle Obama, que fue y sigue siendo muy querida por los ciudadanos.
Durante los 20 años que duró su relación, ambas quedaban para comer una vez a la semana y la organizadora de eventos y su marido, heredero de una familia de constructores, eran huéspedes habituales en Mar-a-Lago, la mansión de 126 habitaciones que el presidente de EE UU tiene en Florida. En una entrevista a la revista Du Jour durante la campaña, Winston Wolkoff declaró: “No subestimen a Melania todavía solo porque es tímida y reservada. Tiene mucha seguridad y no siempre está de acuerdo con todo lo que dice Donald. Son una pareja poderosa y dos compañeros de equipo. […] Siempre dice que cuando llegue el día estará a la altura”.
Sin embargo, algo se rompió entre ellas poco después de la toma de posesión de Donald Trump en enero de 2017, un evento organizado a toda prisa ya que la victoria de Trump pilló a todos por sorpresa. Winston seguía trabajando para el matrimonio —de su organización también salió el famoso baile presidencial—, pero un año después abandonó la Casa Blanca entre acusaciones cruzadas con los abogados presidenciales, quienes adujeron que Stephanie se había beneficiado excesivamente (y, por tanto, económicamente) de su amistad con la primera dama. Según estos trabajadores, la empresa de organización de eventos de Stephanie Winston Wolkoff ganó 26 millones de dólares en solo unos meses y por unos cuantos actos, percibiendo ella 1,6 millones.
Algo que la propia asesora desmintió en mayo de 2019, un año después de su salida, cuando reveló a The New York Times que su desempeño en la Casa Blanca era como asesora no remunerada de Melania Trump. “¿Me despidieron? No. ¿Recibí personalmente 26 millones o 1,6 millones? No. ¿Me arrojaron debajo del autobús? Sí”, dijo Winston en su comunicado.
Según su abogado, Stephanie Winston Wolkoff trabajó detrás de los Trump, principalmente la señora Trump, hasta febrero de 2018, cuando el comité inaugural presidencial presentó una declaración de divulgación financiera que muestra que una entidad que ella había incorporado, WIS Media Partners, recibió aproximadamente 26 millones de dólares. De eso, dijeron los trabajadores de la Casa Blanca en su momento, su propia empresa recibió 1,62 millones, que se repartió entre más de una docena de contratistas.
Al romper públicamente con la Casa Blanca, Stephanie se convirtió en la última de un creciente grupo de exayudantes o exempleados que comenzaron a hablar sobre sentirse maltratados por Trump, su familia y sus asesores y que tienen documentación para respaldar sus declaraciones. Stephanie ha estado un tiempo sin hablar por el “acuerdo de confidencialidad” que firmó al entrar a formar parte del equipo Trump, pero una vez finalizó ha colaborado activamente con las investigaciones pertinentes realizadas a la Administración Trump, objeto de escrutinio por varias agencias de aplicación de la ley.
Según el libro que adelanta The Daily Beast, tras la marcha de Stephanie Winston de la Casa Blanca, Melania Trump le envió un correo electrónico: “Lamento que la parte profesional de nuestra relación haya terminado, pero me consuela el hecho de que nuestra amistad supera con creces la política”. Sin embargo, las dos mujeres nunca habrían retomado contacto y ahora parece dispuesta a convertirse en su más temida enemiga.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.